La relación de este blog con sus lectores es de amistad y confianza. Por eso, hoy quisiera explicarles la razón de una cosa que quizá hayan notado algunos.
17 de Febrero.- Mientras estoy escribiendo esto, el sol entra a raudales por el ventanal del cuarto de estar.
Los gatos, no lejos de mí, están desperezándose. Incluso, en el distrito quinto, desde donde escribo, algo lejos del campo, han empezado a escucharse los cantos de los pájaros. En el jardín de mi bloque han brotado las primeras flores que en Austria brotan, que se llaman campanillas de las nieves.
Aún es pronto para decir que ha llegado la primavera pero sí que se puede decir que lo más duro del invierno ha pasado.
Probablemente mis lectores habrán notado que, desde que empezó el año, Viena Directo solo se ha publicado en días alternos y hoy quisiera, primero, agradecerles a todos, como siempre, su fidelidad y, supongo que en correspondencia por esa fidelidad, darles una explicación de por qué ha sido así, y también, cómo no, a propósito de cómo me gustaría que fueran las cosas en el futuro, si Dios quiere.
(Porque ya se sabe que, en esta vida, el hombre planea y los hados deciden luego lo que más conviene).
Lo conté ya en un post, intentando no hacer más drama del estrictamente necesario, pero este invierno ha sido bastante más difícil para mí de lo habitual.
Por alguna razón (no es descartable que sea porque peino canas y me estoy quedando calvo) la oscuridad y el frío me han afectado mucho más que otros años y, de verdad, he estado mucho más cansado y, por qué no decirlo, mucho más triste de lo que suele ser habitual en mí (aunque he procurado que se me notase poquito, porque yo no soy de darle a la gente preocupaciones con mis cosas).
Se puede decir que, lo mismo que en la Europa de la Edad Moderna hubo una pequeña Edad de Hielo, una corta glaciación -los vieneses debemos de estarle agradecidos de rebote, porque esa pequeña edad de hielo terminó con el agente infeccioso de la peste, y como los vieneses de la época no sabían nada de virus ni de bacterias, atribuyeron el fin de la peste a la intervención divina (no descartable, tampoco) y construyeron la columna de la peste, del Graben y la Iglesia de San Carlos Borromeo, de Karlsplatz- en fin, que lo mismo que se puede hablar de una pequeña edad de hielo en el clima, se puede decir también que yo he pasado por un más que ligero y menos que moderado bache anímico que sería una tontería no reconocer.
Escribir, aunque se haga sentado, es una actividad que exige estar muy en forma, tanto física como mentalmente. Y, como supongo que les ha pasado también a muchos de mis conciudadanos, ni el mes de diciembre ni el mes de enero han sido periodos de mi vida excesivamente brillantes.
Me lleva a pensarlo que no cesan de oirse por la radio comentarios que hablan de una liberación, del fin de un reinado de oscuridad que han roto los primeros rayos de sol.
Como les pasa también a muchos de mis convecinos, ya estoy mucho mejor y parece que, poco a poco, la cosa va remontando. Nos quedan todavía nevadas y fríos, porque este sol -que, por cierto, obedece a un centro anticiclónico procedente de la Península Ibérica- no es más que la promesa de lo mucho y bueno que vendrá; pero lo cierto es que parece que lo peor ha pasado.
Como aún estoy convaleciente, durante lo que queda del mes de febrero Viena Directo seguirá publicándose un día sí y otro no. Luego, me iré diez días fuera de Austria, a un lugar sin ordenadores y, a mi vuelta, a primeros de marzo, ya con la primavera afianzada, si Dios quiere, Viena Directo recuperará su ritmo diario de comentarios a propósito de las quisicosas de la actualidad austriaca.
Será (ya es) el año número 14 de Viena Directo y me gustaría dedicarle más tiempo que hasta ahora, a un nuevo juguete: el vídeo.
También quisiera aprovechar este post para preguntarles a mis lectores a propósito de sus preferencias: he pensado que, por ejemplo una vez al mes, o una vez cada quince días, podría hacer una conexión en directo (vía YouTube o vía Facebook) para que hablemos de las cosas que nos interesan. También me gustaría -por placer personal- hacer vídeos cortos, especie de reportajes sobre aspectos históricos o, simplemente, sobre noticias que sucedan en Viena.
Referente a esto, tengo varias preguntas para mis lectores: en primer lugar ¿Vídeos/Piezas/Reportajes o conexiones en directo? Para lo primero ¿Vídeos cortos (5 min máximo) o vídeos más largos (el cielo es el límite)? Para lo segundo ¿Cuál sería un día y una hora a la que mis lectores les vendría bien? ¿Deberíamos hacerlo fijo o con anunciarlo con antelación bastaría?
Por favor, respuestas en los comentarios (aquí, o en Facebook, en los diferentes sitios en los que comparto los posts).
Todas las sugerencias son bienvenidas.
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