La dura vida de un disco duro

Hace casi dos meses un funcionario del Partido Popular austriaco fue el encargado de llevar a cabo una acción por lo menos cuestionable.

20 de Julio.- Hace casi exactamente dos meses, o sea, el 23 de Mayo de 2019, todos los que nos preocupamos de estas cosas estábamos en un ay. El Gobierno había saltado por los aires y no se sabía si Sebastian Kurz, el entonces canciller, continuaría en el puesto o no continuaría.

Se había planteado ya lo que, cuatro días más tarde, sería una moción de censura, la cual terminó con Sebastian Kurz siendo el primer canciller de la Historia de la República austriaca destituido de su cargo por una cuestión de confianza promovida por una mayoría parlamentaria que no quería que se presentase a unas futuras elecciones anticipadas utilizando la ventaja (teórica) que da el estar en el cargo.

En esas circunstancias inciertas, alguien decidió que lo más prudente era ponerse en lo peor. Así pues, mientras todos los demás estábamos mirando al centro incandescente de los acontecimientos, un funcionario del Partido Popular austriaco cuyo nombre, lógicamente por lo que ahora se verá, no ha trascendido, recopiló numerosos discos duros de la cancillería, entonces aún ocupada por Sebastian Kurz y los llevó a una empresa especializada, que se llama Reisswolf. Allí, los hizo destruir (consta que observó el procedimiento personalmente), tras lo cual la empresa en cuestión extendió la correspondiente factura.

Para la elaboración de la factura el funcionario proporcionó unos datos que los empleados de Reisswolf tomaron (lógicamente) por auténticos, pero que resultaron ser falsos. El funcionario dio un nombre supuesto pero cometió la imprudencia de dar un número de teléfono móvil auténtico.

Llegado que fue el vencimiento de la factura, la empresa Reisswolf intentó cobrar el importe (una ridiculez: setenta y seis euros) y al no poder hacerlo trató de localizar al deudor y, como no pudo hacerlo, presentó una denuncia a la policía. Denuncia que las fuerzas del orden utilizaron para abrir una investigación más amplia.

Cae por su propio peso que la policía creyó (y cree) que resultaba altamente sospechosa esta acción de destrucción de datos cuando todo el país se encontraba flipando en colores por el llamado „Ibizagate“ (o sea, por el escándalo a causa del cual cayó el Gobierno anterior) y cae por su peso que la policía creyó (y cree) que tal destrucción de datos se produjo porque en los discos duros que la empresa Reisswolf se encargó de eliminar había información comprometedora.

El número de teléfono permitió tirar del hilo y averiguar quién había sido el funcionario del ÖVP que había procedido a la destrucción de los discos duros de la cancillería. Se registró su domicilio y se le interrogó.

El funcionario indicó que no había actuado por iniciativa propia y que había por lo menos dos personas que estaban enteradas y que autorizaron la acción.

Por un lado, uno de los empleados del gabinete de Gernot Blümel (el cual, aunque no nos hemos ocupado de ello en Viena Directo, ha sido noticia estos días, al haber afirmado que si se volvieran a repetir los procentajes de voto de las últimas elecciones y el Partido Cortico y el Partido Derécher formaran coalición, la única condición sine qua non sería que Herbert Kickl no fuera ministro otra vez); la otra persona enterada de la destrucción de los discos duros sería un alto funcionario de la cancillería del departamento de informática.

Según el funcionario que llevó los discos duros a destruir, esto se hizo fuera de la cancillería (en la cual, presumiblemente, hay equipos preparados para esto) porque se tenía la sospecha de que funcionarios cercanos al Partido Socialista austriaco (SPÖ) podrían haber „espiado“ a los del Partido Popular.

El mismo funcionario al que se le encargó el marrón (marrón que ejecutó muy torpemente) por lo visto trajo lo que había quedado de los discos duros y lo depositó en la cancillería. Estos restos, hasta el momento, no se han localizado.

¿Qué contenían los discos duros que se destruyeron? En la ultraderecha, tienen todo tipo de teorías conspiranoicas al respecto, en tanto qu elos otros partidos piden una investigación que, dadas las circunstancias resultará probablemente muy difícil, si no imposible. Es probable que el ÖVP intentara, por vía de este pardill…Digooo, de este funcionario, eliminar información que pudiera ser utilizada en la campaña electoral que se avecinaba.

Como digo, es muy probable que nunca se sepa.


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