El secreto de Puenteviejo

Resulta muy curioso comprobar lo mucho que se parece Austria a El Secreto de Puente Viejo.

27 de Agosto.- Austria, con perdón por la comparación, es un poco como El Secreto de Puenteviejo.

Habría mucho que hablar sobre esta gran serie que hace de las sobremesas celtíberas un territorio ideal para echarse una siestecilla. Lo que hace más gracia de ESDP es que los guionistas –sin duda unos chavales de la ESO que quieren hacer méritos frente a su profesora de literatura- hacen hablar a sus personajes de una manera que a Lope de Vega le hubiera parecido antigua. Para ver El Secreto, recomiendo a mis lectores que intenten traducir al lenguaje normal, de la calle, las cosas que dicen los personajes.

Por ejemplo, dos mujeres se encuentran en una de las calles de dicha localidad ficticia y una le dice a la otra :

-Maravillada me tienes de los afeites con los que te engalanas la faz.

Y la otra le contesta :

-No es menester, Eulalia, que me vengas ahora con estas chanzas. La color que me gasto sabes tú de dónde viene, de haber sabido de los amores que Eufrasio mantiene con Etelvina.

Esto, traducido al castellano de 2019, vendría a ser más o menos :

-Qué buena cara tienes.

-No me jod…Digo,no me fastidies, Eulalia. Ya sabes tú de qué estoy colorada, me he enterado de que Eufrasio se ha liado con Etelvina.

Otra particularidad de ESDP es que uno se puede saltar diez o doce capítulos y, cuando se reengancha, se entera perfectamente de dónde se ha quedado, gracias a un eficaz sistema de redundancias y circunloquios que estiran la acción a un paso de la cámara lenta. Con Austria, igual.

Recordarán mis lectores que, hace diez días, cuando me fui de vacaciones a España, a Strache, el artista antes conocido como líder de la ultraderecha austriaca o como el vicecanciller de EPR, le había revuelto la policía la casa en busca de pruebas de un delito. La policía también le quitó el móvil, como a los adolescentes cuando hacen trastadas. El interesado, aparte de hacer las naturales protestas de inocencia, declaró que, cuando se personaron en su domicilio las fuerzas del orden se encontraban, como hubieran dicho en El Secreto de Puente Viejo, « en traje de Adán », lo cual ha provocado el lógico cachondeo en el mortecino panorama informativo transalpino. Y es que, deja que te pillen con una fementida oligarca rusa, cría fama y échate a dormir.

Hoy, diez días después de haberse producido el registro domiciliario, el abogado de Strache, que tiene más trabajo que el relaciones públicas de los duques de Sussex, ha interpuesto una queja a propósito de la actuación policial, diciendo que la orden de registro debía de haber sido más concreta y su tiempo de validez haber estado más acotado, de manera que las fuerzas del orden no hubieran dejado tanto tiempo a Strache al sereno y medio en bolas (se conoce).

En fin.

No es el único frente que Strache tiene abierto (the poor one) porque en su partido, con una campaña electoral en ciernes, le quieren tener atado en corto así que, de nuevo como a los adolescentes, le han capado el Facebook. Si antes Strache era el administrador de su propia página web (800.000 seguidores) la cual podía utilizar de altavoz para lo que quisiera (sin filtro) ahora le han rebajado los permisos, de manera que todas las cosas que escriba las tendrá que aprobar alguien. Conociendo el nivel cultural que reina en ciertos ambientes, quizá consiguiera pasar la censura escribiendo sus posts como en El Secreto de Puenteviejo, para que solo puedan traducirle los buenos entendedores.

Es una idea, verdad ?


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