Escándalo en el plató

Vas a la tele a hablar de tu libro y, sorpresa, terminas teniendo que hablar de temas de los que no te apetece nada hablar. No a todo el mundo le gusta.

22 de Diciembre.- Hoy, para muchos españoles, es el día de acordarse de que están más sanos que una manzana.

Seguramente, entre los que se alegran de seguir bien estarán algunos lectores de Viena Directo, los cuales habrán comprado sus décimos de lotería, incluso sus números enteros, para darse cuenta hoy de que los niños de San Ildefonso este año no se han acordado de ellos.

El dinero. Ese tema. Bueno, para mucha gente, el tema. Y de dinero vamos a hablar hoy.

Quizá recuerden mis lectores, un incidente que, cuando la ultraderecha austriaca bajaba embravecida, sucedió en un debate de la ORF. Uno de las últimas elecciones a la presidencia de EPR.

Se presentaban Hofer y Van der Bellen.

Al objeto de justificar la mala opinión que el candidato ultraderechista tenía (y es de temer que aún tenga) sobre los ciudadanos de piel canela y religión mahometana, había dicho por activa, por pasiva y por perifrástica que él sabía de lo que hablaba. Que había estado en Israel reuniéndose con el Gobierno israelí (una trola, por cierto) y que, en la explanada del Templo, había presenciado cómo la policía de ese país evitaba una masacre deteniendo a una terrorista que, presuntamente, había acudido a ese lugar cargado de Historia para cepillarse a mucha gente con metralletas y granadas.

Durante el debate, moderado a duras penas por Ingrid Turhner, si no recuerdo mal, la presentadora le recordó al político esta batallita que él había contado repetidas veces. El político se ratificó en sus palabras y, acto seguido, la presentadora dio paso a un video (cuya realización había coordinado Armin Wolf) en el cual la policía israelí desmentía punto por punto la supuesta aventura épica de Hofer, dejándole como dicen que Cagancho quedó en la muy noble y leal plaza de Almagro.

Naturalmente, el candidato ultraderechista se dolió del golpe y se lo tomó muy malamente (trah trah), y amenazó con demandar a la ORF por haberse atrevido a sostenr que, como hubiera dicho Belén Esteban, lo que había afirmado era „incierto“.

-!Infundios! !Calumnias izquierdosas para hundirme! -bueno, el numerito normal.

Pues bien: la ORF ha vuelto a hacer un Britney (ups! I did it again). Pero no con el FPÖ, sino con la competencia, la cual anda como profesional del sexo de pago por rastrojo.

Di que el otro día Pamela Rendi-Wagner, famosa doctora experta en enfermedades tropicales y, así como quien no quiere la cosa, jefa del Partido Socialista austriaco, estaba invitada en la segunda edición del Informativo de la ORF (el ZIB).

Y di que ella intentaba dar una imagen de que lo tiene todo bajo control (imagen a todas luces falsa, pero no por culpa de ella, sino porque es natural que, cuando en un partido las cosas van mal, broten como champiñones personas dispuestas a salvar ese partido).

A esto que, en mitad de la entrevista, le pusieron un audio grabado, por lo que se sabe, secretamente y filtrado a la ORF por no se sabe quién, en el cual un señor llamado Deutsch, que es parece ser el que lleva los asuntos económicos del Partido Socialista, decía que esperaba que Diosito y la Virhensita del Coromoto hicieran un milagro para que no hubiera pronto elecciones, porque si las negociaciones de formación de Gobierno fracasaran o fracasasen y el país se viera abocado a otra campaña electoral, el Partido Socialista tendría que hacerlas sin carteles porque ni para eso hay dinero.

Pamela Rendi-Wagner, igual que si hubiera estado inspeccionando desapasionadamente la picadura de un anofeles, le dijo a la locutora (o locutriz) que la afirmación de que iban a tener que pegar los carteles con saliva era un poco exagerada, pero que efectivamente la nueva normativa sobre las donaciones a partidos que las restringe a un máximo de 7500 Euros no mola.

El señor Deutsch no se ha tomado la cosa tan bien como a su jefa y ha amenazado con querellarse contra la ORF por publicar una grabación de una reunión cuyo contenido es confidencial. Dos derechos entran en conflicto, el de la privacidad y el derecho a la información ¿Cuál es más importante?


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