El elefantito más famoso de Austria « es muerto ». Y el Ministro le ha dado el tiro de gracia (no nos ha hecho falta ningún monarca emérito).
30 de Julio.- Hay cosas que cuando las ves por primera vez no te las acabas de creer. La primera vez que yo oí lo del « bebé elefante » casi muero de vergüenza ajena. Fue en una campaña publicitaria de DM (famosa cadena de perfumerías de Esta Pequeña República). Moviendo la cabeza, pensé en si alguien habría cobrado por pensar en semejante cursilada. El caso es que la cosa, precisamente por mala, por fofa, por cursi, hizo fortuna y ya al final, cuando veíamos a dos personas humanas hablando a corta distancia y, por lo tanto, pasándose por el arc de triomphe lo de la seguridad, decíamos :
-Estos dos, lo del bebé de elefante no lo han entendido.
El caso es que esta distancia (más o menos un metro) venía de una de las ordenanzas para la contención del contagio del coronavirus. Fueron los creativos publicitarios los que, más tarde, tuvieron la idea de asociar esta distancia con el pequeño paquidermo.
La semana pasada, recordarán mis lectores que el Constitucional austriaco anuló algunas de estas leyes, por considerar que, desde el punto de vista jurídico, eran una chapuza. Todo el mundo esperaba que también se anulase lo del elefantito de marras, pero no fue así. Los juristas le veían a la ordenanza una pega gorda y es que la norma decía que en « los espacios públicos » había que guardar la distancia de seguridad. Era ese concepto, el de « espacio público », por demasiado general, era lo que no es parecía bien a los juristas.
Ya no tienen de qué preocuparse.
Hoy, sin embargo, y antes de llevarse otra colleja, ha sido el Gobierno, a través de su Ministro, Sr. « Anchoas » (Anschober) el que ha dado por muerto al elefantito (y sin rey emérito que le asestara el golpe de gracia, que por algo estamos en una república).
No sin antes apelar a la responsabilidad de los ciudadanos y pedirles por favor que aunque ya no haya ley, guarden las distancias, el Ministro ha anunciado la derogación de la norma cuya violación hizo que más de uno y más de dos se llevase una multaca.
Multaca que, si ya está pagada no tiene remedio, pero que si no, puede usted recurrir.
El elefantito ha muerto. A ver qué se nos ocurre ahora.
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