En algunas zonas de Austria, la sobrecarga hospitalaria ya es una realidad

En algunos lugares de Austria la sobrecarga del sistema sanitario ha dejado de ser una hipótesis.

30 de Octubre.- Uno de los argumentos favoritos de los que acusan a los medios serios de alarmismo es la baja mortalidad del coronavirus.

Naturalmente, todo depende del punto de comparación.

Ayer, por ejemplo, en Austria murieron 13 personas („nada más“, según nuestros amigos los „no-es-para-tantistas“) lo cual para ellos es una cantidad irrisoria, si se tiene en cuenta que Esta Pequeña República tiene alrededor de otros ocho millones novecientos ochenta y sietemil habitantes y que todos, como se sabe, somos intercambiables (modo ironía off).

Con ese „nada más“ y ese „solamente“ podrían estar de acuerdo los bizarros espartanos, que abandonaban a los bebés flojillos en las cumbres, al objeto de el león Zimba se pusiera las botas y mantener „the circle of life“.

Sin embargo, estas pobres personas fallecidas son solo la punta del iceberg de la pandemia.

Aquellos que piensan que trece fallecidos al día son pocos, son como aquellos que, en 2004, antes del tsunami, vieron retirarse el mar e, ingénuos, encontraron el fenómeno muy divertido.

Para dar idea del tsunami que presagia el altísimo número de contagios que se está produciendo en Austria, baste decir que en este momento hay alrededor de 30.000 infecciones (en números redondos). De esas 30.000 personas hay 1400 pongamos también en números redondos, que están hospitalizadas por el coronavirus. No parecen muchos ¿Verdad?

Según los porcentajes que nos dicta la experiencia, de esas 1400 personas, una quinta parte, o sea un veinte por ciento, punto arriba o punto abajo, se pondrán tan enfermos que necesitarán asistencia en unidades de cuidados intensivos. Y una asistencia muy larga. Cada enfermo de coronavirus está en UCI alrededor de doce días de media. Con buena suerte. Naturalmente, los habrá que estén una semana, y los habrá que estén veinte días o más. Eso significa que las camas UCI no solo están bloqueadas para esos pacientes sino que además, sobra decirlo, no están disponibles para pacientes de otras dolencias que también necesitan atención urgente.

Aunque el porcentaje de los que cogen la infección que necesita hospitalización sea pequeño y los que necesitan de cuidados intensivos sean solo una fracción de estos últimos, si la primera cantidad es muy grande (y YA es muy grande) eso significa que las fichas de dominó seguirán cayendo y que, por lo menos de aquí a quince días y si no se hace algo INMEDIATAMENTE, la presión sobre los hospitales seguirá aumentando y, con mala suerte, puede hacerse insostenible.

Como ya ha sucedido en España durante la primera ola y sucedió también en Italia.

EL FALSO DILEMA ENTRE LA SALUD Y LA ECONOMÍA

Nuestros amigos del gorro de papel de plata presentan, además, un falso dilema entre la salud y la economía. Porque solo se fijan en las cifras de los muertos por coronavirus (en Austria ya no son tan pocas, hay que tener el corazón muy duro para decir que 1000 muertos son pocos muertos).

Sin embargo, la pandemia causa (o puede causar) otras muertes indirectas y son aquellas que se producen porque hay gente que enferma, que necesita atención urgente y que no puede ser tratada porque los recursos necesarios faltan. Mientras el número de pacientes de coronavirus en UCI sigue aumentando, no dejan de pasar cosas. Hay gente que tiene cáncer y necesita que la operen, hay pacientes con ictus, habrá pacientes con insuficiencia respiratoria a causa de la gripe que todos conocemos, seguirá habiendo accidentes de coche y accidentes domésticos.

Nuestros amigos, los „no-es-para-tantistas“ o, directamente, los que consideran que todo lo que yo llevo dicho son cuentos de viejas, los que nos acusan a todos los que tenemos la cabeza sobre los hombros de ser ovejas, tontos útiles al servicio de quién sabe qué intereses turbios, miembros de la cofradía del chip, aceptan sin duda que todas estas personas morirán porque „tenían que morir de todas formas“ (en el mejor de los casos) y en el peor „porque algo habrán hecho“ (o sea: ser viejos, ser pobres, haberse puesto malos en el momento más inoportuno), pero los que pensamos que cada vida cuenta y que cada persona, por muy mayor que sea, debería tener derecho, por lo menos, a ahorrarse la muerte horrible que el coronavirus proporciona, pensamos que la prioridad es una: bajar el número de infecciones nuevas como sea. Y ese como sea es evitar las aglomeraciones y reducir los contactos sociales.

LA SOBRECARGA HA DEJADO DE SER UNA HIPÓTESIS

He escrito todo lo anterior, aún a riesgo de que se me cansen los lectores que quieren estar entretenidos en vez de informados, para decir que esta falta de capacidad de los hospitales ha dejado ya de ser una hipótesis y que ya hay regiones en Austria, como Alta ídem, que ya están al límite.

Según ha declarado Jutta Oberwerger, la portavoz de las autoridades sanitarias de Alta Austria, al Oberösterreichsen Nachrichten, en Alta Austria se ha alcanzado hoy un máximo histórico de ingresos hospitalarios, con cuatrocientos pacientes (recordemos, de estos, 80 van a terminar en UCI en siete u ocho días). En estos momentos, según ha explicado Jutta Oberwerger, las UCIs de Alta Austria están al 70%. Según ha explicado esta señora, cuando se alcance el 80 por ciento se está ya en sobrecarga. Por lo que yo explicaba más arriba pero la dejo hablar a ella:

La razón es que siempre tenemos que dejar camas libres para eventos no planeados como accidentes graves, derrames cerebrales o ataques cardiacos“.

En la zona de Linz, ese punto de sobrecarga, según Oberwerger, ya se ha alcanzado.

En otras zonas de Austria, la situación es bastante mejor, pero corre peligro de ser seria. Como explicaba el portavoz de los intensivistas austriacos ayer el problema no son ni las camas, ni los respiradores, sino que una UCI necesita el doble de personal que una unidad médica normal, y que los recursos humanos son limitados y no se pueden improvisar en dos días.

En Baja Austria también se ha superado el número de pacientes en cuidados intensivos de la primera ola (217 eran entonces, 266 son hoy) y las autoridades sanitarias de Baja Austria también explican que cuentan con el mismo factor limitador: los recursos humanos.

En toda Austria el sistema hospitalario se está preparando para una situación mucho más seria que la actual y los responsables sanitarios advierten de que es imprescindible evitar la transmisión incontrolada del virus al objeto de no llevar al sistema hospitalario, y cito textualmente, „al límite de lo realizable“

Mañana el Gobierno anunciará nuevas medidas para intentar frenar el coronavirus (naturalmente, las contaré aquí, en cuanto se sepan) pero hay algo que ningún Gobierno puede sustituir: el sentido común, la responsabilidad de la población, los dos dedos de frente, la inteligencia y, como decía el presidente Van der Bellen el otro día, nuestra humanidad.

Demostremósla todos. Para protegernos y proteger a los demás.


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