La tortura de la gota

Continúan sabiéndose detalles jugosos del fraude de las mascarillas – la economía austriaca se hundió en 2020, pero no tanto como se esperaba- manifestaciones negacionistas previstas para mañana

5 de Marzo.- Como observador atento de la realidad austriaca, tengo que confesar que andaba yo bastante intranquilo. Normalmente, los profesionales que asesoran al canciller más mozo de la Unión suelen reaccionar rápidamente cuando se declara un incendio. Sin embargo hace ya tres días que sabemos lo que sabemos de „la fraude“ de las mascarillas y, de momento, no se había producido una reacción expresa del canciller. Quizá haya sido porque, en la sala de máquinas de ese equipo de comunicación, confiaban en que el fuego no se extendería tanto como se ha extendido (luego entraremos en ello). O quizá fuera porque pensaban que la visita de Sebastian Kurz a Israel y la firma del que (se supone) será un importante acuerdo para producir conjuntamente vacunas (y la tecnología adyacente) con Israel y Dinamarca, distraería la atención pública del escándalo de Hygiene Austria.

O quizá haya sido el mismo Sebastian Kurz el que ha calibrado mal la situación.

El hecho es que la reacción, aunque tardía, ha sido bastante inteligente (a la altura del agudísimo equipo que fabrica lo que podríamos llamar „la narrativa“ del Gobierno).

CONTINÚAN SABIÉNDOSE DETALLES JUGOSOS SOBRE EL FRAUDE DE LAS MASCARILLAS

Hoy, Sebastian Kurz, preguntado por el asunto de las mascarillas y afectando un tono de cansancio, ha dicho que „si los de Hygiene Austria han cometido un fraude, todos hemos sido engañados“.

O sea, con este total, tan sabiamente construido, el canciller se colocaba como una víctima de su buena fe. Y sin embargo…

Y sin embargo, las noticias sobre el caso continúan sometiendo al Gobierno (y a su canciller) a la tortura de la gota.

Cada poco, saltan a los medios detalles jugosos.

Nos habíamos quedado en que, el miércoles por la tarde/noche, Hygiene Austria, después de negarlo mucho y muy rotundamente, había admitido por fin que había comprado mascarillas en China. Estas mascarillas se traían desde Extremo Oriente a Esta Pequeña República (probablemente por vía aérea) y aquí se empaquetaban de nuevo en cajas de veinte. De cada cupo de veinte, según se ha sabido, diecisiete eran chinas y tres estaban hechas en Wiener Neudorf.

Las mascarillas FFP2 son un producto sanitario y, por lo tanto, tienen que estar certificadas (con sus certificados CE que vienen impresos en ella). Si las mascarillas se hacían en China ¿Quién las certificaba? Se habló primero de un instituto húngaro aunque luego se ha sabido (habrá que ver si es verdad) que certificaba las mascarillas un instituto suizo.

Todo este lleva y trae tiene otra derivada: los costes.

Los competidores de Hygiene Austria (particularmente una empresa llamada Aventrium, que SÍ que fabrica sus mascarillas FFP2 aquí, más concretamente en Graz) se tiraban de los pelos mientras se preguntaban cómo podía ser que ellos tuvieran que vender cada mascarilla a más de tres euros mientras que Hygiene Austria las vendía a 0,6 Euros la unidad.

Recordará el lector probablemente que, en algún momento de finales del año pasado, el Gobierno de Esta Pequeña República anunció que todas las personas mayores de 65 primaveras recibirían un lote de cinco mascarillas FFP2.

¿Quién las suministró? !Bingo! Hygiene Austria. El competidor que era más barato y que, además, „fabricaba“ las mascarillas en Austria.

Los fabricantes „buenos“ de Aventrium, al no poder competir en costes, no tuvieron ningún (lucrativísimo) contrato público.

Un caso de libro de competencia desleal.

Naturalmente, víctima de su buena fe, el Gobierno hizo publicidad de „Hygiene Austria“ visitando la planta de producción de mascarillas y escuchando atentamente las explicaciones de los propietarios. Y no era para menos ¿No era un milagro de industriosidad centroeuropea que hubiera surgido en tan poco tiempo una fábrica del producto más demandado en tiempos de pandemia?

La oposición, naturalmente, pide explicaciones y hay muchos que encuentran curiosísimo que la jefa de la oficina de Sebastian Kurz (casualidades) esté emparentada por matrimonio con dos de los jefes de Hygiene Austria.

No cabe duda de que esta historia no ha hecho más que empezar.

Y por la cara que Sebastian Kurz tenía hoy en la rueda de prensa, él es tan consciente como lo somos nosotros.

No ha sido de la única cuestión de la que Sebastian Kurz ha hablado hoy, naturalmente. Tras su viaje a Israel, el Bundescanciller más mozo de la Unión se ha extendido algo sobre los detalles. Ha explicado, por ejemplo, que Austria aportará al acuerdo con Israel cincuenta millones de Euros. También ha explicado que Pfizer, gracias a una ampliación de capacidad cuya responsable es una fábrica en Austria, entregará cinco millones más dosis de las previstas. Este contingente se repartirá entre los estados miembros de la Unión y a Esta Pequeña República le tocarán cienmil (suficientes para vacunar a cincuentamil ciudadanos transalpinos).

Asimismo, el Bundescanciller ha reaccionado a las críticas a su salvoconducto para los vacunados. La Organización Mundial de la Salud ve la idea con gran escepticismo, pero Sebastian Kurz ha dicho que Austria necesita un instrumento semejante porque necesita turistas que turisteen y viajeros que viajen, porque Austria es un país chiquitillo que depende fuertemente de sus relaciones con el exterior.

LA ECONOMÍA SUFRE UNA CONTRACCIÓN RÉCORD DESDE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

No era nada lo del ojo y lo llevaba colgando.

Hoy, el Instituto austriaco de estadística (Statistik Austria) ha publicado el dato, bueno EL DATO. O sea: la caída que ha sufrido el Producto Interior Bruto austriaco en el infausto año de 2020.

Y el dato (EL DATO) es malo, pero no tanto como se esperaba (a mediados del mes pasado se barajaba una cifra de un 7,%). La economía austriaca se hundió un 6,6%. Para poner el dato en su contexto, cuando la ola de la Gran Recesión de 2008 rompió contra Austria (o sea, en 2009) la economía austriaca se contrajo un 2,9%.

Este 6,6% es el retroceso más grande desde el final de la segunda guerra mundial y se debe sobre todo al impacto que la crisis ha tenido sobre el sector turístico y el de la hostelería.

En términos relativos, ha explicado Statistik Austria, es tres veces más importante en la economía austriaca que en Alemania.

El consumo también se ha hundido casi un diez por ciento (-9,8%) aunque ha habido subidas en determinados sectores (adquisición de muebles y equipos informáticos, por ejemplo).

Las exportaciones bajaron moderadamente, un 2,1%

SCHWAZ Y WIENER NEUSTADT

El domingo, en la transmisión en directo, hablaremos con algo de extensión de dos temas que, por razones de espacio, no puedo tocar aquí. En primer lugar, del foco de la variante sudafricana que hay en Schwaz y hablaremos también de la acción de vacunación que el Gobierno quiere emprender, observaremos la evolución de la situación en Wiener Neustadt, en donde aumentan los nuevos casos vertiginosamente y los esfuerzos que está haciendo la ciudad por evitar lo que en principio parece inevitable: que se tomen medidas antes de que la cosa vaya a peor.

El caso de Wiener Neustadt es especialmente delicado porque se trata, no solo de una ciudad de un tamaño bastante respetable, sino también del lugar en donde viven muchas personas que trabajan en Viena, con todo lo que eso implica.

Pero de todo esto, naturalmente, hablaremos el domingo.

LA POLICÍA SE PREPARA PARA UN SÁBADO DE MANIFESTACIONES

Quisiera terminar hoy recordando a los lectores de Viena Directo, sobre todo a aquellos que vivan en Viena, que la policía espera nuevamente que haya tangana negacionista (y contra tangana, por cierto)

Han sido prohibidas varias manifestaciones, pero se espera que, a pesar de la prohibición, se personen en la almendra central de esta capital unas diezmil personas. No solo habrá cortes en el tráfico, sino que también es probable que los negacionistas ni lleven mascarilla ni respeten las mínimas medidas de sentido común.

Naturalmente, mañana contaremos lo que dé de sí esta cuestión.


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