Desde hace semanas hay menos casos de coronavirus. Los científicos no tienen demasiado claro por qué, pero aventuran algunas hipótesis.
27 de Mayo.- Desde hace unas semanas las cifras de nuevos casos de coronavirus se han ido desplazando de la primera fila de las noticias.
Por suerte, llevamos ya muchos días entre los cuatrocientos y los seiscientos casos diarios. De manera que la presión hospitalaria ha bajado.
-Eso demuestra que lo que dicen ustedes, los medios, es todo mentira !Anda ya! Que no me lo trago ¿Cómo van a bajar los casos tan deprisa? O eso, o los científicos se han equivocado.
-Bueno, lo cierto es que en marzo los científicos predecían que podíamos estar ante una primavera caliente.
La variante británica, mucho más contagiosa, se extendía por el mundo y nos pillaba con muy pocos vacunados.
-¿Y ahora? ¿Qué hacen esos científicos? Estarán emborrachándose para olvidar que sus predicciones han fallado estrepitosamente.
Pues no, la verdad es que no. Lo que están haciendo es buscar explicaciones de por qué la tercera ola está siendo, afortunadamente, mucho más inofensiva de lo esperado.
-Soy todo oídos.
-La verdad es que no parece haber una sola explicación. De hecho, después de leer mucho sobre el tema, yo he llegado a la conclusión de que no es que los científicos se hayan equivocado, sino que nosotros, con nuestras precauciones, aunadas a otros factores, es verdad, hemos hecho que se equivocaran.
La intensa campaña mediática advirtiendo de que, si la gente no tomaba precauciones las ucis podrían verse desbordadas hizo su efecto y la gente tomó precauciones para no contagiarse.
-Seguro, será por eso
-No, no, no sea excéptico. Que fue así.
Naturalmente, también otros factores desempeñaron un papel.
Por ejemplo, la estrategia austriaca de hacer muchos tests hizo que los casos crecieran más bien linealmente que exponencialmente, salvando muchísimas vidas.
-Y usted que quería que nos encerrasen a todos.
-En fin. También, naturalmente, otro factor a considerar es que el número de gente vacunada fue aumentando cada vez más.
Y luego, hay un tercer factor que, en realidad, es un arma de doble filo: la estacionalidad.
Como sucede también con la gripe, la CoVid parece tener un fuerte componente estacional.
Esa es la buena noticia.
La mala es que, de momento, no somos demasiado buenos prediciendo esa estacionalidad.
Como todos sabemos, el coronavirus se ha extendido por algunos países sin que, aparentemente, tenga nada que ver la temperatura o la estación del año.
-!Claro, porque a cualquier cosa le llaman coronavirus! Mire usted, yo tengo un primo que tiene un amigo, que conoce a un médico que le ha dicho que está prohibido hacer autopsias. Y si no hacen las autopsias ¿Cómo saben los médicos que la gente se muere de coronavirus? Una trola. Todo una trola.
-¿Quiere usted dejar de decir tonterías? ¿Puedo seguir? Pues eso: de la estacionalidad se deduce otra cosa: en primer lugar, que el virus volverá y en segundo lugar que parece haber otros factores que explican las subidas y las bajadas: como el aumento de horas de luz solar y, con ella, el aumento de la vitamina D en sangre de las personas.
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