Nuevas normas en Viena a partir del 1 de octubre

El número de personas en UCI lleva a normas más estrictas en Viena a partir del 1 de octubre. La regla de las 3G en el trabajo, cada vez más cerca.

21 de Septiembre.- La ocupación de las UCIs por parte de enfermos de CoVid está en la ciudad de Viena muy por encima de la media nacional. Si en el resto de los Bundesländer andamos más o menos por el diez por ciento, en esta capital, que el Danubio riega con sus azules linfas, andamos por el 17% (y subiendo).

Esto ha movido al alcalde (y presidente) de Viena a prevenir antes de que sea necesario reparar.

Por este motivo, ha estado hoy todo el día conferenciando con expertos y a media tarde ha dado una rueda de prensa en la que ha anunciado que, a partir del primero de octubre, en Viena se intensificarán las medidas para rebajar la tasa de contagios y, de este modo, Dios mediante, hacer que baje también el número de pachuchos en las UCIS.

Así pues, sin más dilación, he aquí lo que ha anunciado Herr Ludwig.

A partir del 1 de octubre y, en principio, hasta el día de todos los santos, se implantará la regla 2G en la gastronomía nocturna (o la regla de los dos „ados“, como dice con mucha gracia mi amigo Jesús Carrete).

Esto es: solo podrán ir a cenar a los restaurantes y a bailar ritmos de actualidad a las discotecas aquellas personas que estén o bien vacunadas o bien curadas.

Esto también rige para el personal, con el requisito adicional de que los trabajadores del sector tendrán que adjuntar a la evidencia del pinchazo o de la curación una PCR negativa.

El alcalde Ludwig ha llamado a este sistema el 2,5G.

La misma regla regirá también para los establecimientos que sirvan comidas y bebidas de día.

El objetivo es desterrar los tests de antígenos que, como todo el mundo sabe, son menos precisos que las PCRs.

Para reuniones de personas de más de 500 participantes, rige la regla de las 2G, independientemente de si hay sitios asignados o no. Eventos con más de 25 asistentes (también reuniones de otro tipo) estarán bajo la regla del 2,5 G (testados con PCR, vacunados y curados).

Se tendrán que testar todos los mayores de 12 primaveras.

Entre el 1 de octubre y el 1 de noviembre (prorrogable) todas las personas que vayan a comprar, ya sea un satisfayer o kilo y cuarto de patatas, deberán llevar puesta en la tienda una mscarilla FFP2. Los empleados del comercio solo estarán obligados a llevar cubierta la boca y la nariz.

El alcalde Ludwig también se ha comprometido a desasnar a la población vienesa para intentar elevar la tasa de vacunación. Especialmente entre los jóvenes la situación es calamitosa, como lo demuestran los números que maneja el consistorio vienés. El 90% de los ingresados en las unidades de críticos están sin vacunar y cada vez hay más personas -Ludwig no ha dado la cantidad exacta- que rondan los veinticinco abriles.

El alcalde ha resaltado que estas tasas de ocupación ya están empujando a los hospitales vieneses en dirección al límite de su capacidad. De hecho, ya se están posponiendo todas las operaciones programables (por ejemplo, las de cadera) al objeto de liberar espacio en las UCIs.

Más o menos al mismo tiempo en que Herbert Ludwig comparecía ante la prensa para dar todas estas noticias, la agencia de noticias APA informaba de que los agentes sociales (sindicatos y patronal) están valorando implantar la regla de las 3G en el ámbito laboral. O sea, como sucede en Italia, que solo puedan ir a trabajar aquellas personas que estén curadas, testadas o vacunadas.

El Gobierno, de momento, se felicita por la disposición de los agentes sociales pero prefiere que aumente la tasa de vacunación (según parece, entre los altos cargos del FPÖ ha tenido mucho éxito en esta loable misión, ejem).

La líder de los socialdemócratas, la Sra. Pamela Rendi-Wagner, ha reiterado sus llamamientos a que la regla de las 3G se implante también en el mundo del trabajo, y ha dicho que lo que vale en un restaurante, debería valer también para el sitio en donde uno deposita el sudor de su frente.


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