Por qué los antivacunas se manifiestan ahora a favor de Rusia

En las manifestaciones antivacunas cada vez hay más banderas de la Federación Rusa. En Alemania pero en Austria también. Por qué pasa eso y qué consecuencias tiene.

12 de Marzo.- En los últimos quince días hay una conversación recurrente en Austria. Basta poner un poco la oreja.

¿Qué pasa, que ya se ha terminado la pandemia? Ahora todo es guerra.

Si uno rasca un poco, es fácil advertir que una parte de las gentes que así hablan eran antes antivacunas, de moderados a furibundos.

De hecho, en las manifestaciones antivacunas de los sábados (esas en las que se viene reuniendo lo mejor de cada casa) cada vez se ven más banderas rusas y, si la guerra dura un par de semanas más, es bastante probable que se consume el cambio y que empecemos a escuchar eslóganes que pidan que la comunidad internacional deje de tratar a la Federación Rusa “tan injustamente”.

Razones para un viraje

Según el politólogo alemán Jan Rathje, en declaraciones a “Deutschlandfunkkultur” el fenómeno tendría una explicación muy sencilla. Los antivacunas, los negacionistas, los conspiranoicos, están preparados para revolverse contra cualquier “narrativa dominante”.

Naturalmente, si la narrativa dominante (y, en este caso, la verdadera) es que la Federación Rusa ha invadido Ucrania sin ninguna provocación previa, poniendo en riesgo la seguridad europea y mundial y ejerciendo un chantaje inadmisible sobre la comunidad internacional, los antivacunas inmediatamente tratan de poner en negativo ese relato y, naturalmente, se adhieren como lapas a la propaganda de Moscú, esto es: la versión del supuesto gobierno “nazi” de Ucrania (un Gobierno “nazi” dirigido curiosamente por un judío, aunque este contorsionismo ideológico no les inquieta) y de las promesas incumplidas de la OTAN y un occidente “lacayo” de los Estados Unidos.

Como el lector habrá podido advertir, esta narrativa tiene puntos de anclaje con la narrativa antivacunas a la que estamos acostumbrados.

Principalmente que “el poder en la sombra”, ese que “utilizaba” el coronavirus para dominar el mundo, son los Estados Unidos, lo mismo que en la versión rusa de la guerra de Ucrania.

Según esta narrativa, difundida sobre todo en los famosos grupos de Telegram que antes decían estupideces sobre el virus, la guerra sería un intento más (otro intento después del virus) para cambiar el orden mundial y bloblobló.

Otra explicación que apuntan los expertos es que los antivacunas buscaron desde el principio canales de información sobre la pandemia distintos de los canales públicos más al uso en el continente Europeo y aquí dieron con Russia Today, por ejemplo, en su versión alemana.

Las medidas para la contención de la pandemia impuestas por los países de Europa occidental fueron utilizadas por las dos cadenas de financiación pública rusa (Russia Today y Sputnik) para difundir noticias falsas a propósito de la pandemia que ahora, mutatis mutandis, se están reciclando para difundir las teorías con las que Moscú intenta justificar la invasión de Ucrania y que principalmente vienen a resumirse en que, estando el mundo como está “Putin no ha tenido más remedio” que “pacificar” Ucrania y que las matanzas de civiles, los criminales bombardeos sobre hospitales y guarderías, no son más que “montajes” de un supuestamente despiadado Gobierno ucraniano.

Por supuesto, e irónicamente, Russia Today y Sputnik son vistas por estos grupos antivacunas como fuentes de información “respetables” y por supuesto todos los intentos de limitar su influencia son vistos como “censura” etcétera etcétera.

Y por supuesto, hay un tercer motivo para el viraje.

Durante dos años, el tema de la pandemia ha sido omnipresente en los círculos conspirativos. En Austria, incluso, ha nacido un partido al calor del movimiento antivacunas. MFG. Es un partido que compite por los votos del FPÖ, de la ultraderecha. Un partido protesta. Naturalmente, el intento de incorporar la guerra de Ucrania al mix es un intento también de permanecer presentes y relevantes. Asunto nada fácil, cuando la realidad te está comiendo la merienda, como es evidente.

Las redes de desinformación siguen abiertas y activas

Como epílogo a todo lo anterior, me gustaría decir algo más: como sostenía el informe del Parlamento Europeo publicado esta semana, las redes de intoxicación e influencia de la Federación Rusa en la Unión Europea y el Sahel continúan abiertas y funcionando. Sobre todo a través de las redes sociales.

Hay perfiles falsos (pero también, desgraciadamente, auténticos) sirviendo de replicadores de vídeos fabricados en Moscú en los que se denuncian supuestas atrocidades del Gobierno de Zelenski o supuestos montajes de Europa occidental.

De momento, las noticias falsas de Moscú no calan en la corriente popular de la opinión pública, pero el potencial desestabilizador de estos grupos antivacunas (las manifestaciones de los sábados) no es nada, nada despreciable.

Comprender cómo funcionan los malos es la mejor manera de neutralizarlos.

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