El Gobierno austriaco se aprieta el cinturón

Austria se prepara para una eventual escasez de gas ruso optimizando su red y sus sistemas de almacenamiento. El Gobierno tiene un plan.

18 de Enero.- Dentro de poco se cumplirán tres meses desde que la Federación Rusa invadió la República de Ucrania.

Tres meses en los que la guerra ha empezado a convertirse en una peligrosa costumbre y en donde se ha llegado a una especie de tablas. Los aliados (la Unión Europea, Estados Unidos) cuentan con fuerza suficiente para que la guerra de Ucrania y las sanciones, incluyendo las que Rusia nos inflige, no estén conllevando una catástrofe económica. Por lo menos no una comparable a la que supuso la crisis brutal desencadenada por la quiebra de Lehman Brothers y el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Sin embargo, hay un terreno, muy ligado al ADN de nuestra civilización, en el que la Unión Europea no puede protegerse: el terreno de la energía y más concretamente el gas.

Como todo el mundo sabe, una parte de las guerras se libran en las cabezas de los contendientes. Moscú sabe controlar muy bien los tiempos y sabe jugar con la guerra psicológica. Aparte de la amenaza nuclear que está ahí, constante, sobre nuestras cabezas, hay otra: la de cortar el suministro de gas a los europeos y producir así un cataclismo económico cuyas consecuencias será muy costoso amortiguar.

Hoy miércoles, el Gobierno Federal austriaco ha aprobado un amplio paquete de medidas para intentar reducir en lo posible la dependencia del gas ruso o, dada la dificultad de ese objetivo, darle por lo menos al Gobierno de Viena un margen de maniobra si la cosa se pone fea.

Veamos en qué consiste:

La medida principal es la de incrementar la reserva estratégica de gas en 7,4 Teravatios hora, hasta alcanzar los 20 Teravatios hora  lo cual viene a equivaler al consumo de dos meses de invierno.

El volumen de gas deberá venir de fuentes no rusas, teniendo en cuenta la disponibilidad de mercado. El consumo austriaco se cubre, en estos momentos, con un 80% de gas ruso. Esto reduciría la dependencia a un 70% (menos da una piedra).

Al objeto de maximizar las capacidades, todos los dispositivos de almacenamiento de gas en territorio austriaco deberán estar conectados a la red austriaca. Actualmente, la gran instalación de Haidach solo está conectada a la red alemana. Las instalaciones afectadas por esta medida tendrán cuatro meses par engancharse a la red austriaca.

En el futuro, y mediante una normativa que todavía está por desarrollar por parte del organismo regulador (e-control) todas las capacidades de almacenamiento deberán estar utilizadas al máximo y habrá un “mercado” de intercambio de espacios de reserva, al objeto de que no se queden instalaciones vacías. La participación en este mercado será obligatoria.

Esta estrategia se inscribe en lo dispuesto por el paquete “RePowerEU” presentado el lunes por Ursula von der Leyen. La Unión quiere, de aquí a 2030, dejar de depender del gas y del petróleo ruso (para evitarse estos sustos, se comprende). Se van a invertir de aquí a 2030 300.000 millones de euros en reformar el mix energético de la Unión. De esta gigantesca cantidad solo 12.000 millones se destinarán al carbón y al petróleo y el resto a anergías renovables.

Para 2030, el 45% de la energía usada por la Unión deberá venir de fuentes renovables. También se va a sancionar el despilfarro de energía, y se hará obligatorio el instalar sistemas fotovoltaicos en edificios comerciales y públicos de nueva construcción.

El dinero vendrá de los Fondos de Reconstrucción del Corona (los llamados fondos Next Generation) que ya preveían estos gastos. Algunas de estas cosas, como la obligación de utilizar la energía solar, ya se aplican en algunas partes de Alemania.


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