Hungría llama a consultas a su embajador en Austria

Lo mismo que hay personas trolls (en internet) hay países trolls (en el mundo). Hungría es el país-troll de la Unión Europea. Hoy, ha tenido una fricción con Austria.

2 de Junio.- Todos los que nos dedicamos a escribir para el público conocemos la figura. Es esa persona (de la que es fácil sospechar que padece un moslesto problema que requiera el concurso de un proctólogo o alguna inseguridad con relación al grado de amor que le tiene su familia) que se dedica a echar pestes de cualquier cosa que uno escriba.

Sistemáticamente.

Está claro que uno no le puede gustar a todo el mundo (ni quiere, tampoco, ni lo necesita y, además, es una vulgaridad gustarle a todo el mundo) pero ante esa gente a uno, francamente, le asalta la perplejidad.

Y es que, cuando a servidor no le gusta algo, y ese algo puede ser un periódico, una página web como esta o la compañía de una persona, uno trata de estar en sus cercanías lo menos posible y en ningún caso, en ninguno, se informa acerca de la dirección de esa persona que le cae fatal, toca el timbre de su casa y, cuando abre la puerta, le dice: “tío (o tía) me caes gordo, quiera Dios que te gastes el sueldo en medicamentos para la acidez de estómago”.

Y si eso, pregunto yo, no se hace en el mundo real ¿Por qué si se hace en internet? Despues de pensarlo, y aún considerando que son gajes del oficio, yo he llegado a la conclusión de que es por dos razones (no es descartable que haya más): en primer lugar, por la sensación de impunidad que da estar sentado en el wáter de tu casa con el móvil en la mano y redactando un comentario insultante, o chulesco, o llámalo X y ver que no pasa nada; y segundo porque, en este mundo regido por la economía de la atención, hay mucha gente (ver párrafos anteriores) a la que no le hacen casito.

Y si esto, queridos lectores, sucede con los llamados internautas, también pasa con los países en su conjunto.

Hungría: el país-troll

Lo mismo que hay trolls personas, hay países-trolls.

En la Unión Europea, el país-troll por excelencia es Hungría.

Hungría, vecina de Austria, ex compañera de monarquía, boicotea todas las cosas buenas que pasan en la Unión. Sistemáticaemnte.

hasta el punto de que uno piensa, como con los comentaristas inseguros del tamaño de su propio pene, por qué el Gobierno húngaro no hace un “Hungarexit” y deja de pertenecer a ese club que, al parecer, le gusta tan poco. Y tan tranquilos todos.

Bueno, está clarísimo que el Gobierno húngaro no quiere renunciar a las innegables ventajas que da pertenecer a la Unión Europea y que, en su conjunto, se traducen principalmente en pasta.

Fondos de infraestructuras, ayuda a la política agraria, solidaridad médica, un mercado enorme en el que vender los justamente famosos productos húngaros…

La pega, por desgracia, es que el Gobierno húngaro tampoco quiere renunciar a tratar a patadas a las mujeres y a los homosexuales y a un grado de autoritarismo que, poco a poco, va pasando de castaño oscuro (vamos, tirando al pardo).

En un país como es Hungría en el que la prensa está atada en corto, todo el mundo sabe que hay cosas que no se pueden decir. Porque el que las diga, no sale en la foto. En Austria, por suerte, es diferente.

Resulta que hoy, un trabajador de la ORF, llamado Karl Pachner, que es el jefe de la división de internet de la ORF, ha escrito un comentario bastante imbécil a propósito del presidente Viktor Orbán en su página personal de Facebook.

(El cómo ha llegado este comentario a ojos de Orbán es un misterio pero todo indica que los húngaros miran con cien ojos estas cosas).

El caso es que, criticando el constante troleo y el boycot al que el Gobierno húngaro somete a la Unión (la última vez, a cuenta del sexto paquete de sanciones al Gobierno de Moscú), el Sr. Pachner ha escrito que dado lo chinchoso que Orbán es, no sería extraño que un día de estos le diese un infarto e hiciera así del mundo un lugar mejor.

El Gobierno húngaro ha reaccionado indignado a este comentario (idiota, naturalmente) de Pachner y ha pedido explicaciones al Gobierno austriaco. El cual, naturalmente, podrá decirle que Pachner no es ni ministro ni nada del Gobierno y que ha escrito lo que ha escrito (y que, entretanto, ha borrado) en su página personal de Facebook.

El ejecutivo de Budapest ha llamado a consultas a su embajador.

(Por esto. Sí. Por esto).

Pachner se ha disculpado y ha resaltado lo evidente, o sea, que esto son cosas que se dicen y que él no le desea la muerte a nadie. Pero que levante la mano quien, al eclosionar lo de la pandemia, no haya suspirado y haya dicho con resignación:

-Con la cantidad de gente buena que está muriendo por esto y X -ponga aquí el nombre que más rabia le dé- no coge ni un mal catarro. Mala hierba…Y lo que sigue.

Naturalmente, es una “metáflora” y lo más que cualquier persona normal llega en esto del troleo.

Persona normal, digo. Los otros…Bueno, ya se sabe.


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