Beber sin sed ¿Es bueno?

¿Hay que beber dos litros de agua al día? ¿Hay que beber sin sed? ¿Deshidrata el café? Ahora que los calores han llegado a Viena respondemos a estas preguntas.

27 de Junio.- Todos los fines de semana, las personas que queremos aprender entreteniéndonos, escuchamos No es un Día Cualquiera, en RNE, con el simpar Carles Mesa (cada noche, yo le rezo el cuatro esquinitas a mi Carles Mesa, a mi Armin Wolf, a mi Modesta Cruz y a mi Iñigo Alfonso, todos periodistas como yo quisiera ser).

Con los años, primero en Gente Despierta y ahora en No es Un día Cualquiera, Carles Mesa ha ido forjando un equipo de colaboradores pintiparado, que nos alegra a los oyentes. A los que viven en Celtiberia y a los que habitan también en el extranjero. Y no solo yo.

Uno de los colaboradores de Carles Mesa, algo cura párroco, pero se le perdona por lo serio que es, es Julio Basulto, conocido nutricionista y autor de Beber sin Sed.

A él me encomiendo, ahora que los calores han llegado a Austria, para hablar de un tema que no he tocado todavía aquí: el bebercio. Sobre todo el bebercio ahora que estamos en verano.

En primer lugar, un mito muy extendido y que Julio Basulto ha combatido con toda la fuerza de su sentido común, es ese de que hay que beber dos litros de agua al día.

Esto, como se le alcanza a cualquiera que tenga dos dedos de frente, es una tontería.

La cantidad de agua que hay que beber para estar hidratado depende mucho de la constitución física y del estilo de vida.

O sea, que no necesita beber lo mismo un cochero de Fiaker que está todo el santo día al sol, que una persona humana que, como le pasa a servidora, está todo el día sentado delante de un ordenador en una oficina climatizada.

Generalmente, sin mayores problemas, las personas sanas llevamos el control del agua incorporado y no hay que calentarse la cabeza.

La excepción de esto son los ancianos y las personas con demencia, a las que se les ha estropeado, a unos por edad y a otros por no tener uso de su razón, el mecanismo de saber que tienen sed.

Y aquí llegamos a lo siguiente: diga usted que está en el metro, en la línea U-6, rodeado de gentío. A la vista, la señora turca envuelta en sus tocas, el señor austriaco que cada verano desentierra de su fondo de armario su chandal de táctel de 1995, los adolescentes a los que les empieza a apuntar el bozo y las „adolescentas“ que miran vídeos los vídeos de TikTok de Viena Directo.

Y entonces le entra a usted sed y piensa „con este calor, seguro que ya me he deshidratado y por eso tengo sed“.

Pues no: precisamente, como decía más arriba y dice Basulto muy requetebien en su libro, la sed es el mejor indicativo de que uno necesita líquido (a mí, personalmente, el líquido que más me satisface es una sodazitron bien fresca, o sea, zumo de limón natural con gaseosa).

Otra creencia muy extendida (y falsa) es que el café deshidrata. El café no solo no deshidrata especialmente, sino que es muy sano en cantidades normales, claro. Dos o tres tazas diarias. El café es una bebida que, por ejemplo, protege el hígado.

Lo que sí que deshidrata es el alcohol.

Dos personas refrescándose con una manguera

Cuando usted se toma una cervezota, introduce en su cuerpo un tóxico: el alcohol. El cuerpo es consciente y trata de disolverlo y, una vez disuelto, expulsarlo ¿En qué lo disuelve? Bingo: en agua. El cuerpo acopia toda el agua disponible para librarse del tóxico, y por eso cuando un le da al pimpiribim pimpín de la bota empinar, luego tiene que ir al baño corriendo.

Otro mito en el que con frecuencia caemos los españoles es que el agua sola del grifo es mejor que el agua con gas (ya se sabe que si no aprendes a beber agua con gas no te dan la nacionalidad austriaca, si la pides). Y no. Da exactamente lo mismo. El gas carbónico no es menos sano que su ausencia. Es, simple y llanamente, una cuestión de gusto.

Por cierto, antes de terminar, quisiera, como todos los veranos, hacer un llamamiento a otro uso del agua. El calor hace que sudemos y el sudor le gusta a las bacterias. Y cuando el sudor se pone rancio por causa de esas bacterias, nos canta el alerón. Hay un remedio barato para esto, que es el agua y el jaboncito.

Y no: el desodorante se aplica después de esto. No suple el paso uno.

Gracias.

 


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