La conquista del Estado

La fiscalía anticorrupción austriaca “estudia” en estos momentos conversaciones electrónicas que ponen al redactor jefe del Zeit Im Bild en serios aprietos.

7 de Noviembre.- El Diccionario de la Real Academia define “sistema” en su segunda acepción como “conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamente contribuyen a determinado objeto”.

Los chats que investiga en estos momentos la fiscalía austriaca anticorrupción marcan exactamente ese perfil: el de un sistema que pretendía, mediante un plan organizado, con sus pasos, cambiar la faz de Austria para convertirla en un estado parecido a la Hungría de Orban, por parte de las dos fuerzas que, en aquellos momentos, se encontraban en el poder: la derecha de Kurz y la extrema derecha de Strache.

LAMINACIÓN DE LA DEMOCRACIA, PERO CON MATICES

Si bien el objetivo de los poderes que, desde la sombra, manejaban a los dos mascarones de proa eran el mismo: o sea, asentar un sistema que terminase con lo que, hasta aquel momento, había sido el núcleo del poder austriaco, los matices eran diferentes.

Si bien la derecha del ÖVP iba más hacia la creación de un rodillo que permitiese eliminar cualquier resquicio para que gobernasen otras fuerzas políticas y ponerlo al servicio del gran capital austriaco (recordemos los donativos que, convenientemente fraccionados para que no pasaran por el radar de anticorrupción, dio la difunta millonaria Heni Horten, o los trabajos de a medio millón de euros al año que otro de los hombres más ricos de Austria, René Benko, ofreció presuntamente a altos cargos del Partido Popular) la extrema derecha servía, primariamente, a su propia supervivencia política y, de forma secundaria, a otros intereses más amplios, financiados y teledirigidos desde la Federación Rusa.

La extrema derecha austriaca era una pieza fundamental del entramado de partidos de extrema derecha europeos mediante el que Moscú pretendía (y pretende) fragmentar y, en último término, destruir la Unión Europea.

Este fin de semana ha salido a la luz otra de las piezas de ese entramado.

DUEÑOS DEL RELATO

El ataque de la extrema derecha contra la radiotelevisión pública austriaca: la ORF.

La fiscalía anticorrupción austriaca “estudia” conversaciones electrónicas entre el redactor jefe del ZIB, Matthias Schrom y el entonces vicecanciller Heinz Christian Strache.

En esta conversación electrónica, a la que ha tenido acceso la fiscalía austriaca, Strache se quejaba amargamente de un reportaje de la ORF que no le había gustado (primavera del 2019) y Matthias Schrom le daba la razón. “Naturalmente -decía, en referencia al reportaje- una cosa así no puede ser”.

A continuación Schrom le pedía veladamente a Schrache que tuviera paciencia, que la labor de desactivación de “elementos izquierdistas” en la ORF ya había empezado y que (textual) “los que pensaban que había que salvar al SPÖ” (a la socialdemocracia austriaca) “cada vez eran menos” (en la redacción, se entiende).

Por su parte, el hoy redactor jefe de Die Presse, el periódico conservador austriaco de mayor circulación, quiso ser director general de la ORF y ofreció “mitigar” los contenidos críticos con aquel Gobierno en el que cabía un ministro del interior (Kickl) que intentó construir una policía secreta paralela, una ministra de asuntos exteriores que le hacía reverencias a Putin (literalmente) o una ministra de sanidad, caso inédito en la Historia de la Humanidad, que defendía la libertad de los austriacos para causarse enfisemas pulmonares si así les petaba.

Como cantaban los Estopa “mala gente con muy mal semblante”.

Por suerte, el llamado escándalo de Ibiza hizo descarrilar aquel tren.

Volviendo a nuestro tema, tanto Nowak como Shrom se han marchado hoy “de vacaciones”. Oficialmente, para no obstaculizar la investigación de la fiscalía, pero uno sospecha que, principalmente, porque su mera presencia provocaba un daño reputacional de incalculables dimensiones en los medios para los que trabajan.

En la ORF que, al fin y al cabo, es un medio de comunicación público, la conmoción es enorme (además, porque la ORF es la cadena de televisión con más cuota de mercado del país y sus informativos son Los Informativos). Se han convocado diversos comités éticos y al consejo de redacción, que ya han pedido medidas para garantizar la independencia de la cadena pública austriaca.

Me gustaría terminar este artículo con el firme convencimiento de que es necesario, imprescindible para el mantenimiento de una democracia sana y robusta, que haya una televisión y una radio públicas, pagadas con dinero público y, sobre todo, al servicio de todos. Independiente en lo posible de las presiones de los Gobiernos de turno. En un momento en el que la información de calidad es un bien de primera necesidad y en el que unos y otros se agarran a bulos e historias falsas, es necesario que el ciudadano medio cuente con un organismo que filtre, ordene y produzca un relato lo más objetivo y coherente posible de lo que pasa.

Por eso que muchos piensan que es utópico, trabajo yo, todos los días.

 

Ayer por la tarde, en La Tarde en Directo, hablamos del mercado de trabajo austriaco, de dos sectores que están buscando gente. También, de una decisión que ha tomado el Gobierno austriaco y que nos afectará a todos.

Por supuesto, también contamos con la presencia de Matrona Project, artistas que actuarán el día 18 de Noviembre en Viena en el marco de las actividades del Círculo Flamenco.


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