Austria tiene un problema, la solución está en los armarios

La Arbeiterkammer y Greenpeace han puesto hoy el dedo en un grave problema ambiental para el que todos tenemos remedio.

19 de Enero.- A pesar de que me gusta mucho la moda, la verdad es que me gusta como observador. Nunca he sido un seductor Mañana ni un Bradomín y mi aliño indumentario, sin ser torpe, tampoco es que sea una cosa que me quite el sueño, la verdad.

Procuro comprarme ropa siempre dentro de la misma gama de colores, para que sea todo fácil de combinar y de estilo intemporal para que me dure mucho. Tanto es así que, de una vez para otra, se me olvida qué talla de pantalones utilizo y, con más vergüenza que menos, tengo que preguntarle su opinión al respecto a las personas que me atienden en las tiendas de ropa.

Como es bien sabido, el sector textil es de los más contaminantes. Un auténtico cáncer para el medio ambiente y uno de los caballos de batalla de la crisis climática. Las insensatas cantidades de agua y de recursos que se utilizan para producir el algodón del que se hacen los vaqueros, por ejemplo. O el transporte marítimo de la ropa producida en los países pobres a sueldo de esclavitud y que luego nos ponemos dos días y abandonamos. La moda de uso rápido se está cargando el planeta. Vamos, nosotros nos lo estamos cargando. A dos manos.

Según una encuesta elaborada en colaboración por la Arbeiterkammer y por Greenpeace, la mitad de lo que tenemos en el armario no nos lo ponemos nunca o casi nunca. Esto viene a representar unos 185 millones de prendas de ropa. Por no hablar de que la ropa es un residuo muy contaminante. Solo un 3% de toda la ropa que se produce en el planeta se recicla. Y un 20% de la contaminación del agua mundial es achacable a la moda.

Para conocer los hábitos austriacos con respecto al tema, se entrevistó a 1506 personas.

Un cincuenta por ciento afirmó comprar en las grandes cadenas de moda -España, en esto de la moda de consumo rápido es una superpotencia-. La mayoría de las personas, a pesar de ser consciente de que el sistema de moda de consumo rápido es un crimen para con la madre tierra, compran impulsados sobre todo por los bajos precios.

Por cierto, les doy mi truco para evitar esto. Para averiguar el precio de venta al público, las grandes cadenas de ropa multiplican el precio de coste por un factor que va, de 1,5 al 2,5. Cuanto más barato es el producto en coste, más margen. O sea: un jersey de 12 euros le ha costado a H&M apenas 5. En esos cinco euros, por cierto, está el coste de los materiales, el coste del trabajo y el beneficio de la empresa que fabrica. Piense usted si eso que usted compra vale lo que al planeta le cuesta y luego hablamos. Y, por supuesto, si usted estaría cosiendo catorce horas diarias por esos sueldos.

Las empresas dicen que compramos entre 50 y 60 prendas por persona y año. Los jóvenes son los que más usan las tiendas de segunda mano pero también son los jóvenes los que más compran en cadenas de ropa baratuna como Primark o Shein, en donde se pueden encontrar camisetas a 0.50 (de nuevo, coste veinte céntimos la pieza).

Por regiones, los tiroleses son los que más se gastan en ir hechos un pincel. En Baja Austria tienen más fondo de armario y en Vorarlberg son los que tienen menos prendas. En 2018, último año del que se tienen estadísticas, se quemaron en Austria 170.000 toneladas de residuos textiles, y se exportaron 41.000 toneladas de ropa usada (con frecuencia a países en vías de desarrollo) solo 15.000 toneladas se reciclaron.

La AK y Greenpeace piden tomar medidas y a la voz de ya. Piden que se prohíba por ley tirar ropa nueva a la basura, que se favorezca la reparación y el arreglo de prendas mediante una subvención parecida al Reparaturbonus y que se favorezca también un diseño amigable con el medio ambiente.

También se pide que haya más transparencia para las condiciones de fabricación de las prendas y para las cadenas de aprovisionamiento de las grandes marcas, al objeto de hacerlas más decentes, por no hablar de que se produzca con materiales reciclables (que sí, que los hay).

 


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