Hoy se ha aprobado en España la llamada “Ley Trans”, una excusa tan buena como otra para echar un vistazo al estado de la cuestión en Austria.

16 de Febrero.- Hoy se ha aprobado en las cortes españolas una de las leyes más controvertidas de los últimos años y que, sin duda, coloca a España a la vanguardia de las libertades y los derechos civiles: la llamada “Ley Trans”.

Sin lugar a dudas, esta ley ha sido a nuestra época lo que fueron las leyes del divorcio o del matrimonio igualitario en sus momentos respectivos.

No faltan los profetas de catástrofes entre sus detractores, lo mismo que tampoco faltan aquellos que se alegran, sobre todo los padres de menores trans, que ven con el lógico alivio cómo a sus descendientes se les evita lo que, en muchos casos, es un proceso que suma traumas al trauma que la transexualidad representa para muchas personas.

Como ya sucedió en su momento con otros textos legales que regulaban el divorcio, el matrimonio igualitario o el aborto, será el tiempo el que escriba el balance positivo o negativo de la norma.

En opinión de este que escribe aquí todos los días, lo más probable es que dentro de un par de años, cuando se disuelva la polvareda mediática y la ley se asiente y se compruebe (como se comprueba siempre) que no ha quebrado la institución familiar y que la gente no se ha lanzado a cambiar de género en masa y que las personas que así lo han deseado han podido hacerlo bien asesoradas, en paz y seguridad, la transexualidad será una cosa que se abordará sin tanto dramatismo como se aborda hoy en día en ciertos ambientes.

Hasta entonces, me ha parecido interesante explicar un poco cómo funciona el tema en Austria.

TRANSEXUALIDAD EN AUSTRIA

O sea, los trámites que debe abordar una persona que sienta que no vive de acuerdo con su sexo sentido (aclaro que, a pesar de que no es demasiado correcto, a lo largo de este texto voy a utilizar género y sexo como términos aproximadamente sinónimos, en bien de la comprensión).

Vamos allá.

Según la jurisprudencia vigente en Austria (VwGH 15.09.2009, 2008/06/0032, VwSlg 17746 A/2009), para cambiar de sexo se requiere un sentimiento irreversible de pertenencia al otro sexo y una clara aproximación a la apariencia externa del sexo sentido.

Por regla general, para acreditar estas dos circunstancias se necesita un dictamen pericial (o sea, la opinión de un experto autorizado).

Las personas que están autorizadas a emitir estos dictámenes son psiquiatras, psicoterapeutas o psicólogos clínicos. Y el documento que emitan debe contener lo siguiente:

Declaración de que existe en la persona un sentimiento sólido de pertenencia al sexo opuesto y de que es probable que este sentimiento sea, en gran medida irreversible.

Declaración de que existe una marcada aproximación en la apariencia externa al sexo opuesto.

Para llegar a este punto, sin embargo, la persona que quiera iniciar un proceso de reasignación de género tiene que pasar por una terapia psicológica, al objeto de descartar que la “disforia de género” (o sea, el sentimiento de malestar que nace de no vivir según el sexo sentido) tenga otros orígenes.

A partir de este momento, se inicia la prueba de la vida diaria. Dura un año completo. Durante ese tiempo, la persona transexual deberá vivir de acuerdo con su sexo sentido, para comprobar por sí misma cómo lleva esa vida. Durante este año de prueba, no puede cambiar nada en sus documentos. Si por sus genitales es un hombre, a pesar de su apariencia externa de mujer, deberá seguir llevando su nombre masculino y en sus documentos figurará el género “erróneo”. Y si es mujer, pues “a la viceversa”. También se admiten nombres neutros, de los que sirven para hombre y mujer.

Pasado este año, si todo es satisfactorio, la persona podrá por fin librarse de su antigua identidad y cambiar su nombre y su género en la documentación oficial. Por cierto, para poder realizar este cambio, no hace falta pasar por una cirugía que elimine los caracteres sexuales externos

Por otra parte, según las informaciones que he utilizado para escribir este artículo, llevar a cabo el proceso de reasignación de género no es gratis. Por lo menos, no totalmente. La seguridad social solo cubre las operaciones a partir del momento en el que un dictamen pericial declara transexual a una persona. El resto, terapias, etcétera, solo está cubierto parcialmente por la Krankenkassa.

INTERSEXUALIDAD

Siendo este, como lo es, un mundo complejo y que se adentra en una dimensión personalísima del ser humano (quizá no hay cosa más personal que el género al que uno pertenece, junto con el nombre y la apariencia) la ley austriaca regula también el caso de las personas intersexuales (La I de LGTBIQ).

Las personas intersexuales son aquellas de las que, por diversos factores, en el momento de su nacimiento, no se puede determinar el género al que pertenecen. Se calcula que todos los años nacen en Austria unas 25 personas que están en esta situación.

Lo que la ley dictamina en estos casos que las personas intersexuales tienen derecho a inscribirse como tales en el registro civil (desde hace relativamente poco, cada vez hay más documentos oficiales que permiten, junto con el sexo masculino y femenino, escribir “otro” o “diverso”).

Hasta hace poco, se solía recomendar a los padres de personas intersexuales que (un poco a ojo de buen cubero, las cosas como son) decidiesen el sexo de su hij@ en el momento del nacimiento y que abordasen las medidas quirúrgicas necesarias. Sin embargo, la opinión médica actual es que es mucho mejor esperar hasta que, en la primera juventud y con la madurez suficiente, las personas intersexuales aborden por sí mismas la decisión.

Para darles tiempo a tomarla, se suelen aplicar tratamientos de bloqueo hormonal, a fin de retrasar la adolescencia lo máximo posible. Se piensa que así las personas intersexuales tendrán tiempo para adoptar una decisión fundada sobre su género.

Todos los procesos legales están en la página correspondiente del Gobierno austriaco

Änderung der Geschlechtszugehörigkeit (oesterreich.gv.at)

En la página del Ministerio de Asuntos Sociales austriaco se aborda también el caso de las personas jóvenes y menores trans.

Transsexualismus/Geschlechtsdysphorie (sozialministerium.at)