A sus órdenes, mi capitana

Hoy se cumple un cuarto de siglo de una novedad que, al principio, causó un cierto escepticismo. Uno no sabe bien por qué, la verdad.

1 de Abril.- Hoy hace exactamente veinticinco años de una primera vez. Tan increiblemente tarde como el primero de abril de 1998, se incorporaron al ejército austriaco las primeras nueve mujeres soldado. En España, por cierto, llevábamos diez años de ventaja. La ley que preveía la incorporación de las españolas a las tareas de las armas data de 1988 y la que consagró la igualdad efectiva (o sea, que el sexo no fuera un criterio a la hora de ocupar destinos) es de 1989.

Volviendo a Esta Pequeña República, cuando el primero de abril las primeras nueve pioneras (de las que hoy, en activo, solo queda una) iniciaron su entrenamiento militar, en el cuartel Archiduque Johann, en Strass, en Estiria, se formó una pequeña manifestación. No le pareció bien a todo el mundo que las mujeres colonizasen, aunque fuera tan tímidamente, un territorio tan tradicionalmente masculino y si en Austria, ya se sabe, llevan mal las novedades, imagínese el lector en un contexto como este.

Por cierto, hoy resulta ligeramente cómica la preparación que abordó el Ejército austriaco de cara a la incorporación de componentes femeninos.

La pregunta que se ventilaba era, atención, si había que tratar de manera diferente a las mujeres que a los hombres. Para dilucidarlo, se consultó a científicos (sociólogos, más concretamente) que (chorprechaaaa) dijeron que sí, que sin ninguna duda.

Se dijo que el significado y las razones de las órdenes tenían que articularse más claramente para las mujeres (se conoce que al objeto de que las entendieran bien, por la novedad).

Se recomendó también evitar todo paternalismo en forma de elogios injustificados (!) y también se reguló que debía de haber alojamientos separados para mujeres y para hombres y que, para evitar cualquier tentación, los hombres solo podrían entrar a los alojamientos para mujeres por parejas.

Un cuarto de siglo más tarde, a nadie le sorprende que haya mujeres soldado (vamos, antes tampoco debería haberle sorprendido a nadie) pero el caso es que tampoco hay tortazos por entrar. Aunque la proporción de mujeres se ha duplicado en la última década (ha pasado del 2,3% al 4,3%) solo hay unas 645 señoras austriacas que presten servicio militar.

Es verdad que, como pasa con todas las instituciones tradicionales (la Iglesia, por ejemplo) no está nada de moda ser militar, pero incluso comparando a nivel internacional, el número de mujeres soldado en Austria es una birria. En España, por ejemplo, las mujeres representan un dieciséis por ciento.

Tal y como están las cosas, en Austria, de momento, alcanzar estas cifras es una utopía.

Lo cierto es que, si Austria es un país muy muy pero que muy machista, se puede colegir que el Ejército lo es todavía más. Las mujeres austriacas que se dedican a las armas afirman que el día a día en los cuarteles está marcado por el sexismo y sigue habiendo agresiones físicas con cierta asiduidad.

Es cierto que el Ministerio de Defensa austriaco intenta contrarrestar esta situación poniendo las medidas a su alcance (que parecen ser pocas, las cosas como son). No parece servir de mucho que la Ministra de Defensa, Claudia Tanner, sea una mujer también.

Lo cierto es que hay una campaña contra el acoso sexual y también un programa de “mentoring” para las nuevas, en el curso del cual son guiadas por mujeres que llevan más tiempo en el ejército.

En casos de mala conducta, también se recurre regularmente a la Comisión Parlamentaria sobre las Fuerzas Armadas y, para que haya posibilidad de conciliación, se están ampliado gradualmente las guarderías en el Ejército.

En mayo también entrará en vigor un “servicio militar básico voluntario” para mujeres, o sea, una mili voluntaria para chicas. Tendrá el mismo contenido que el de la mili para los chicos y la idea es que las “jóvenas” puedan probar la carrera de las armas y luego decidir si se reenganchan o no.

Al principio todas las mujeres (lógicamente) eran soldadas rasas pero, con el tiempo, han surgido las mujeres que están al mando de varones. Incluso hay dos brigadieras (¿Se dirá así? El corrector del procesador de textos no me lo acepta)

 


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