un certificado nazi

Los crímenes del castillo de Hartheim (1)

un certificado nazi

El castillo de Hartheim, en Baja Austria, es un edificio neorrenacentista que oculta una tenebrosa historia.

7 de Abril.- Esta historia empieza con una noticia del periódico español ABC. En ella se da cuenta de la recuperación del único ensayo escrito por un oscuro filósofo catalanoparlante, Josep Torres Tribó, y se dice que fue asesinado en 1941 en el castillo de Hartheim.

Como no soy lector de pago del ABC -ni creo que llegue a serlo, porque la calidad del medio en cuestión no merece el precio del abono- me puse a investigar por mi cuenta y descubrí algunas cosas que me revolvieron el estómago.

EL OSCURO FILÓSOFO JOSEP TORRES TRIBÓ

Por lo que respecta a Tribó, su historia es intercambiable con la de tantos otros, existencias zarandeadas por una época convulsa.

Tribó nació en Mollerusa, una apacible localidad de la Cataluña interior que hoy es famosa principalmente por un concurso de vestidos de papel, en el que participan personas profesionales y aficionadas. Era hijo de una familia de campesinos y estudió magisterio en la Escuela Normal de Lleida (entonces Lérida). Obtuvo el título de maestro con diecisiete años y se puso a trabajar en su pueblo. Pronto, tuvo problemas con la iglesia católica. Se le acusaba de librepensador y de anticlerical -en aquel momento la Iglesia tenía el monopolio de la enseñanza-; entre otras cosas se negaba a que los críos del parvulario se confesasen. En 1928 publicó su único libro, un ensayo titulado Elogio de la Mentira.

Cuando estalló la guerra civil, Torres Tribó se alistó con la república, en posiciones anarquistas. La derrota le llevó, como a muchos, al campo (moridero) de Argelés, en el sur de Francia. De allí salió para trabajar en los Alpes en una compañía de trabajadores extranjeros. Pasó allí un año, hasta que los nazis ocuparon Francia y se pusieron a detener individuos a los que consideraban peligrosos. Es de suponer que Torres Tribó continuó predicando la religión anarquista, así que con él lo tuvieron fácil..

En Agosto de 1940, después de pasar diferentes campos de internamiento, le montaron en un tren y le llevaron al campo de concentración de Mauthausen-Gusen, en Baja Austria.

El 22 de Septiembre de 1941 -se sabe la fecha porque los nazis lo apuntaban todo- fue asesinado en la cámara de gas del castillo de Hartheim, un lugar tenebroso en donde treinta mil  vidas se internaron de la misma forma en el silencio de la eternidad.

EL CASTILLO DE HARTHEIM

El castillo de Hartheim es un edificio de arquitectura maciza y estilo tradicional austriaco, neorrenacentista, que está situado a pocos kilómetros de Linz.

Fue erigido en 1898 para albergar un asilo para personas discapacitadas, siguiendo los más avanzados estándares de su tiempo. Tenía entonces capacidad para 200 personas, y su cuidado fue encomendado a las Hermanas de la Misericordia. El castillo fue donado por Camillo Starhemberg, miembro de una familia de la nobleza local y fue inaugurado el 24 de Mayo de 1898. Los primeros internos fueron ocho niños.

En 1938 se disolvió la asociación que lo administraba y pasó a depender de la administración nazi (Austria había sido anexionada por la Alemania nazi en marzo de aquel año).

Los enfermos fueron enviados entonces a otros lugares. En 1940 las niñas y las mujeres terminaron en el convento de Baumgartenberg y los chicos y los hombres adultos en el sanatorio de Niedernhart.

En la primavera de 1940, antes de que el pobre Torres Tribó diera allí con sus huesos, Hartheim se transformó en la siniestra maquinaria que inscribió su nombre en las páginas del libro de la infamia. Se efectuaron algunas “reformas” en el edificio, que incluyeron la construcción de una cámara de gas y un crematorio.

Hasta 1941 se asesinó en Hartheim a los afectados por la llamada acciónT4. En el curso de este programa, los nazis asesinaron a enfermos, minusválidos y, en general, a todas las personas cuyas vidas “no tenían valor”. En Hartheim 18.000 personas.

Luego, hasta 1944, se asesinó siguiendo la acción 14f13 (Mandato Especial 14f13) por el cual se asesinó a todas las personas cuyas condiciones no les capacitaban para ser mano de obra esclava (como el pobre Torres Tribó), además de a individuos considerados políticamente peligrosos. 12.000 asesinatos más.

Todas las personas que participaron en estos programas de exterminio estaban obligadas bajo amenaza a guardar el secreto de su “trabajo”. Muchos de ellos, en particular los “fogoneros” (Brenner) que eran los encargados de llevar los cadáveres a los crematorios, se dieron a la bebida o se entregaron a la promiscuidad sexual. Se tiene constancia de que “celebraron” pasar la marca de los diez mil asesinados.


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