Hoy se ha presentado el nuevo modelo de financiación de la ORF. Parece que podemos estar contentos.

26 de Abril.- Los españoles tenemos un tesoro aunque, como suele suceder, lo despreciamos bastante. Ese tesoro se llama la corporación Radio Televisión Española. No solo guarda los mejores años de nuestra vida, en forma de un archivo accesible del que, cada día, se desentierran gratuitamente nuevas joyas -ver RTVEPlay- sino que la corporación produce contenidos que las radios y las teles “comerciales” no pueden o no quieren producir. Es la tiranía de la señora de Cuenca, como ya he explicado en alguna ocasión.

Para los nuevos: cuando yo trabajaba en al tele (una cadena privada) y algún redactor le venía al director con algún contenido para seres humanos adultos o, simplemente, alfabetizados, el director en cuestión miraba al redactor y le decía:

-Pero vamos a ver ¿A ti te parece que eso lo va a entender una señora de Cuenca? -con todo el respeto debido a las señoras de Cuenca, por supuesto.

La programación de las teles y las radios comerciales se confecciona de esta manera mastuerza, Por eso yo, cuando hago mi programa de los domingos, me tomo una sabrosa venganza y me gusta invitar a gente que tenga cosas que decir y, si es posible, gente que domine temas de los que yo no sepa nada, confiando en que, si mi curiosidad se estimula, se estimulará lo mismo la de mis oyentes, a los que supongo personas con ganas de aprender.

EL NUEVO MODELO DE FINANCIACIÓN DE LA ORF

Pero me estoy yendo un poco de mi tema de hoy: lo cierto es que, después de la reforma que el Gobierno austriaco ha presentado hoy, la ORF, la corporación pública de medios austriaca, va a parecerse un poquito más a nuestra TVE y eso, señoras y señores, “es bien”.

Por cierto, como a Lola Flores con su pendiente, nuestro dinerito nos va a costar, pero yo creo que al final merecerá la pena, aunque las opiniones están divididas, como es natural.

Empezando por “la dolorosa”, la ORF nos va a costar entre 15,30 Euros y 20,30 dependiendo del Land en que uno viva.

Este precio se congelará durante los próximos tres años y luego ya se verá.

A cambio:

-La oferta online de la corporación entrará en el siglo XXI (la web de la ORF debió de ser diseñada en 1998).

Desaparece la caducidad de una semana para los contenidos de audio y vídeo. Temas de actualidad como política, cultura y deportes, estarán disponibles en línea 30 días -se acabó correr a la Tvthek-. Las películas de producción propia y las series podrán estar en línea seis meses. Los (absolutamente maravillosos) documentales sobre historia y cultura, los programas infantiles y de deportes que no estén en el segmento premium podrán estar en línea sin fecha de caducidad -como a nosotros nos pasa con las series clásicas de TVE-.

-La ORF queda autorizada a producir contenidos de audio y vídeo exclusivamente para su oferta onláin (o sea, que no tendrá que tirar de refritos de lo que produzca la radio y la tele). La proporción será de 70% de video y 30% de audio.

-Los artículos solo de texto se reducirán a 350 por semana y no deberán ser exhaustivos.

-La corporación pública austriaca no se deshará de su orquesta, la cual se financiará con fondos de la ORF hasta 2026. No más tarde de 2025 la ORF deberá dilucidar una manera de garantizar su sostenibilidad.

-Hasta 2026, el canal deportivo de la ORF se mantendrá como tele tradicional y a partir de 2026 pasará a emitirse en línea.

-En el futuro, la ORF podrá tener programación infantil en streaming.

-La ORF podrá tener actividad en las redes sociales (como hasta ahora) pero no canales de YouTube -recomiendo a mis lectores que le echen un ojo al de TVE, que mola mil kilos.

-Se reducirá la publicidad en radio y televisión -con esto se pretende, por supuesto, contentar a las teles y las radios comerciales que podrán acceder así a este mercado- esto significará que la ORF perderá entre 25 y 30 millones de euros.

-La ORF tendrá que publicar cada año un informe de transparencia y deberá publicar los sueldos de aquellos empleados que ganen más de 170.000 Euros.

-Se recortarán determinados “privilegios” de los empleados, como ayudas para vivienda y pensiones adicionales.

NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS

Si bien los contribuyentes podemos estar contentos, la nueva financiación de la corporación pública no ha gustado nada, pero que nada de nada, a las teles y las radios comerciales, como es lógico y comprensible.

Los medios privados piensan que la ORF, que ya goza de una posición dominante en Austria en el sector online -en gran parte porque la oferta de los otros operadores es una birria, las cosas como son- amenaza su existencia y su viabilidad financiera.

Los periódicos también ven la nueva ley de la ORF como una amenaza, porque piensan que si los clientes tienen una opción gratuita -que no lo es- no querrán pagar las suscripciones a los medios que los periódicos necesitan para tener viabilidad económica debido a la bajada de las ventas de los diarios en papel.

Según cálculos que publica, por ejemplo, el Standard, la ORF recibirá entre los pagos del estado (700 millones de Euros) y la publi unos mil millones de euros anuales, en tanto que los conglomerados mediáticos más grandes en Austria recaudan unos 400 millones anuales.

La ORF es la empresa audiovisual más grande del país, con todo lo bueno y todo lo malo que eso tiene. La nueva financiación le garantiza una cosa: al ser independiente de las veleidades del Gobierno de turno y financiarse mediante impuestos, la ORF no está supeditada a los caprichos de los inquilinos de la Rathausplatz (¿Se imagina el lector lo que sería que una entidad de esa potencia cayese en manos de gente como, por ejemplo, Herbert Kickl?)