Nicht mehr zu retten: la muerte de los glaciares austriacos

Hoy se ha publicado el informe sobre el Estado del Clima en Austria. El cambio es ya innegable y los glaciares ya no se salvarán.

12 de Mayo.- Todos los días, los llamados „Klimakleber“ o sea, los activistas por el clima, se pegan (literalmente) a una vía pública austriaca y bloquean el tráfico hasta que la policía los despega.

Son tenaces y no se echan atrás a pesar de que, con sus protestas, no hacen amigos, precisamente.

Quieren llamar la atención sobre lo poco que estamos haciendo para detener una catástrofe que, si no hacemos nada, terminará por aplastarnos: la emergencia climática cuyos efectos ya estamos notando.

Todos los días sin falta, sobre todo desde los sectores más cenutrios de la sociedad, llegan voces diciendo que los activistas por el clima son unos „terroristas“ e incluso se han producido incidentes violentos en el curso de los cuales conductores cabreados querían romperles la cara a los pobres activistas.

El Gobierno de Esta Pequeña República incluso ha amagado con expulsar del país a una de estas activistas, una ciudadana alemana.

La extrema derecha pide mano dura y el que, si Dios no lo remedia, será el próximo canciller niega, como todos los de su cuerda, que esté pasando nada.

Hay negacionistas más blandos, en las formas, que no en el fondo. Son esos que dicen que el clima ha estado cambiando siempre y que la catástrofe climática está, si bien se mira, llena de oportunidades. Que los riesgos se pueden sortear con soluciones tecnológicas y blablablá.

Ante todo esto está la voz de los expertos.

Hoy se ha publicado el informe anual que los Länder confederados austriacos encargan a la BOKU para controlar el estado del clima en Austria.

Sus condiciones hacen que a uno le entre ganas de pegarse al asfalto de la calle más cercana, la verdad.

2022 fue el segundo año más cálido desde que se tienen medidas en Austria.

Herbert Formayer, el profesor que es el coordinador del informe, ha dicho bien claro que los glaciares austriacos no van a resistir, con todo lo que eso conlleva, por ejemplo, para las temperaturas, el régimen de lluvias en Austria, el caudal de los rios, la diversidad botánica y animal y la producción de alimentos.

Las temperaturas en 2022 estuvieron en Austria 2,4 grados por encima de la media y se registró, por primera vez en la Historia de las mediciones -y probablemente en la historia de Austria- una noche tropical en octubre (se llama noche tropical a aquellas en las que la temperatura no desciende de los veinte grados).

El cambio climático también está haciendo que el agua sea, en Austria, un factor a considerar. En 2022 llovió un doce por ciento menos de lo normal. El lago Neusiedl no tenía tan poca agua desde 1965 y el lago Ziecksee ha pasado a la historia.

En la alta montaña, un ecosistema que es vital para el clima austriaco, también reinan condiciones tropicales.

El de 2022 ha sido el cuarto verano más cálido desde que se tienen mediciones, ha caido muy poca nieve (en general ha nevado muy poco este invierno) y ha llegado polvo en suspensión procedente del Sáhara.

El nivel de hielo ha descendido en tres metros, lo cual representa el doble de la media de los últimos treinta años.

El descenso del hielo y la desaparición del permafrost, aparte de ser una catástrofe para la naturaleza, es también peligroso para la vida de las personas, porque son más frecuentes los desprendimientos de rocas y las avalanchas de barro que se comen pueblos enteros.

Los austriacos no se han enterado todavía de lo que se les viene encima y, entre otras cosas, siguen consumiendo agua en estupideces. Por ejemplo en piscinas para casas unifamiliares que se llenan con agua potable y ponen en peligro el suministro de agua de las poblaciones.

 


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.