Hoy empieza el mes del orgullo

Hoy, primero de junio, empieza el mes del orgullo. Por cierto, la Regenbogenparade es el día 17, pueden ir cogiendo sitio.

1 de Junio.- Hoy es el primer día del mes de junio, el mes del orgullo. En realidad, esto del orgullo es un poco una traducción a „mocosuena“ porque ese Pride inglés, en castellano es más „dignidad“.

-Ya estamos otra vez con el tema del orgullito de las narices ¿Y a que no hay un mes del orgullo machote?

-No, no lo hay porque no hace falta.

Sigamos: durante treinta días al año, la bandera del arcoiris ondea en los tranvías vieneses y muchas empresas e instituciones públicas sacan también a pasear esta alegre simbología (aunque el resto de los once meses del año lleven aquello de la diversidad de aquella manera, las cosas como son).

-Pues yo no veo que a los maricas les peguen por la Ringstrasse ni les unten con brea y luego les echen plumas por encima.

-Hay muchas maneras de discriminar. Y más sofisticadas. Por ejemplo: en Austria, ya lo decíamos el otro día, hay un diez por ciento de personas que, abiertamente, reconocen que tener en su vecindario a una persona homosexual no les parece bien.

-Pero eso es porque van por ahí de “especiales” y no se esperan a llegar a casa para hacer sus cositas. Claro, van provocando y luego pasa lo que pasa.

-Son muchos los miembros del colectivo LGTB (abreviamos, no incluimos todas las siglas) que viven discriminados en su vida diaria. Si se dan la mano con sus parejas por la calle, las gente les mira raro o, directamente, les insulta.

-¿Ve lo que yo le estoy diciendo? Si hicieran sus cositas en su casit…

-!Cállese, leñe!

-Qué pasa ¿Me va a cancelar?

-Los políticos, particularmente los de extrema derecha, ponen a los miembros del colectivo en la diana, constantemente, acusándoles de todo tipo de atrocidades. Últimamente, por ejemplo, de corrupción de menores, debido a las lecturas de libros llevadas a cabo por Drag Queens.

-Es que dónde se ha visto, un tío vestido de mujer leyéndole cuentos a un niño.

-Pues más debería verse, y así los niños aprenderían que hay muchas realidades en el mundo y a no asustarse de cosas que no tendrían que dar miedo. Muchas personas LGTB están discriminadas también en su entorno laboral

-Claro, el peluquero de mi señora es mariquita y se lleva genial con las clientas, aunque yo le digo a mi señora que ahí hay gato encerrado, que un hombre de verdad, cuando le ponen una mujer por delante y….

-Joé con Bertín, no me va a dejar terminar con el artículo hoy. En fin: no menos importante, son condenadas a la invisibilidad por parte de unos medios de comunicación que no les muestran o bien muestran a personas que no tienen que ver con su realidad de personas comunes y corrientes (no todos los gays son maestros de baile o insuperables peluqueros ni todas las lesbianas le dan a la lucha libre).

-Ya, ya, dirá usted lo que quiera, pero los maricas y las bolleras se pueden casar ¿Qué más quieren?

Pues sí, los maricas y las bolleras quieren más.

Quieren, por ejemplo, que aunque se hayan regulado esos trámites administrativos y aunque la ley prohíba la discriminación en el ámbito público, se pueda penalizar la discriminación en el ámbito privado.

En Austria, con la ley en la mano, los miembros del colectivo LGTB viven en algunos ámbitos como se vivía en la España de Franco.

Por ejemplo, les pueden echar de un taxi si se besan con su marido o con su mujer (o con su novio, o con su novia, o con su amante, o con su polvo de una noche). Asimismo, se pueden negar a servirles en un restaurante y si les toca un casero facha, se pueden negar a alquilarles un piso y aquí no ha pasado nada y vaya usted a quejarse al maestro armero.

-Pues en Austria bastante propaganda de lo suyo hacen. A ver si son tan valientes y se van a protestar a Arabia Saudí. Anda, ahí no ¿Verdad? No hay huev…

-Austria debería convertirse en un lugar más seguro de lo que es para las personas de esos países que se refugian aquí, huyendo de estas circunstancias atroces. Debería ser evidente que el Gobierno, el que nos representa a todos, protestase siempre que hubiese discriminación, que la sospecha no recayese sobre las personas que piden refugio por eso y que se viera el peligro que corren estas personas a escasos doscientos kilómetros de Viena (en Budapest, verbigracia) perseguidos por gobiernos que no les dejan vivir.

Por eso, y por tantas otras cosas, es necesario el mes del orgullo.

-Pues no me convence, oiga.

-Porque es usted tonto del chilindrón.

-Será eso.

-No, no será. Es.

-Hala, venga, vaya cerrando el artículo de hoy.

-Cerrado queda.

 


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