El mundo se asa a fuego lento

En Austria mueren ya más personas de calor que por los accidentes de tráfico y las muertes por calor se doblarán de aquí a 2050 si no hacemos nada.

11 de Julio.- Ayer por la noche, en directo, el presentador del Zeit Im Bild, el simpar Armin Wolf, antes de terminar el informativo, se echó por encima una botella de agua mineral.

De vez en cuando, Wolf, consciente de que es una persona con muchos seguidores, hace estas cosas.

MUERTES POR CALOR

Ayer, quería llamar la atención sobre un dato, un solo dato, que vale por sí mismo: en Austria muere ya más gente a causa del calor que debido a los accidentes de coche, y se espera que, debido al cambio climático causado por el hombre, a una velocidad vertiginosa (tan vertiginosa como para 2050) ese número de muertes se doble.

La cifra estará lejos aún de las oncemil (11.000, lo escribo también en número) de España o las 18.000 de Italia, o las 8.000 de Alemania, la mayoría personas mayores, pero debería hacer saltar todas las alarmas.

A pesar de lo que dicen los imbéciles (esa tontada de “es normal que haga calor en verano”) el cambio climático está aquí, de momento es imparable y solo podemos hacer dos cosas: a) tratar de no empeorarlo y b) adaptarnos lo mejor posible a él.

Tratar de no empeorarlo ya sabemos todos cómo se hace: descarbonizando la economía, invirtiendo (a toda leche) en calefacciones que funcionen sin gas natural y sin petróleo, privilegiando las energías renovables y haciendo lo posible para reducir el consumo innecesario. Eso incluye, por ejemplo, no comprarse ropa que no nos haga falta, porque la industria textil, sobre todo la moda rápida, es una devoradora insaciable de recursos.

En cuanto a la parte b) adaptarnos significa convertir nuestras ciudades en lugares habitables. O sea, hacer todo lo posible, pero todo todo todo, para no parecernos a mi Madrid natal. Hay que plantar árboles en todas las calles, hay que crear jardines verticales (que son reguladores naturales de la temperatura) hay que crear lugares frescos para que las personas se refresquen (sobre todo las personas mayores), hay que eliminar los coches siempre que se pueda, hay que fomentar el transporte público y las bicicletas.

La crisis climática tiene mucho en común con la del coronavirus, en el sentido de que son sobre todo las personas mayores y los de salud más delicada los que más la sufren.

El calor puede ser mortal (literalmente) para las personas con enfermedades crónicas, como el asma, para las personas que padecen diabetes, para los que no pueden hidratarse correctamente porque toman determinados medicamentos que influyen en la regulación térmica e hídrica del cuerpo, como los diuréticos o los depresivos.

No hacer nada contra el cambio climático o, como gobernante, no tomar medidas urgentes, significa colaborar activamente en el fallecimiento de personas ancianas y de niños. Fiarlo todo, como los cabestros de los negacionistas del coronavirus, a que “sobrevivan los más fuertes”, tiene un nombre solamente. Empieza por na y termina por zi.

Cada uno, que saque sus conclusiones.

Cuando se crea una plaza como la Puerta del Sol de Madrid sin un sólo árbol, sin una sola sombra, con el suelo empedrado, convirtiéndola en un horno que está a cuarenta y tantos grados en verano, sólo se puede hablar de una ayuda activa a la muerte.

En Austria, en lo que va de siglo, los días de más de treinta grados se han multiplicado por dos.

Los veranos se han hecho más largos y más secos. Los ecosistemas están en un estrés permanente entre abril y octubre. Los recursos hídricos escasean y ya se está pensando en prohibir las piscinas particulares en algunas regiones porque son, aparte de una horterada, un derroche insensato de agua que los austriacos, de acuerdo a las precipitaciones, no se pueden permitir.

Más datos: según la Organización Meteorológica Mundial, el día 3 de Julio pasado ha sido el día más cálido en el planeta Tierra desde que existen mediciones. 17,24 grados de media. Con esto se pulverizó el récord que se había alcanzado en Agosto de 2016, con 16,94 grados centígrados.

Se espera que, como ha ocurrido en otros años en los que ha reinado el fenómeno de El Niño, se rompan más récords de temperatura en las próximas semanas.

Hace falta actuar y está en nuestra mano. Con nuestro estilo de vida pero también eligiendo a responsables políticos que sean conscientes del riesgo que corre la Humanidad.

LA MUERTE DE ROCK HUDSON Y EL PRINCIPIO DE LA LUCHA CONTRA EL SIDA (1)

A principios de los años cincuenta del siglo veinte, un virus presente en los chimpancés que vivían en el territorio de lo que hoy es la República Democrática del Congo mutó y consiguió atacar infectar con éxito células humanas.

En 1959, un hombre bantú que vivía en Kinshasha, se hizo un análisis de sangre. En esa muestra se ha descubierto el vestigio más antiguo de la existencia del VIH, o virus de la inmunodeficiencia humana, la causa del SIDA.

Por caminos que permanecerán para siempre desconocidos, el HIV cruzó el océano, pasando de individuo a individuo, replicándose, hasta llegar a los Estados Unidos.

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