Hace treinta días que empecé con un proyecto nuevo y estas son las cosas que he aprendido. Lecciones muy útiles, también para la emigración.
21 de Julio.- En primavera empecé a darle vueltas a cómo poner en marcha una idea que me venía rondando desde hace tiempo.
En 2006, lentamente, levanté Viena Directo y, tras muchos avatares, hoy por hoy es, afortunadamente, una marca consolidada que tiene una comunidad de lectores muy fieles.
¿Cómo sería levantar una idea desde cero utilizando la experiencia aprendida en estos años? Como sabía que la cosa me iba a llevar mucho trabajo, decidí esperar al verano para empezar. Siempre es un trabajazo salir de la zona de confort de uno. Así pues, en junio, como todos los años, me despedí de los oyentes de La Tarde en Directo (necesitaba hacer un poco de hueco) y dije, en aquel momento, que dedicaría las energías que normalmente le dedico al programa, a un proyecto nuevo.
Como ya saben los lectores de Viena Directo, ese proyecto nuevo se llama Foto Bernal Vienna, como mi página de Instagram (aquellos lectores que todavía no la conozcan pueden pinchar aquí y abonarse, que me hará ilusión). De eso hace un mes.
La idea es unir mis dos pasiones: la fotografía y la escritura, en una especie de revista cultural. Cada día se publica una historia que se pretende que sea interesante o curiosa, dentro de mi amplia variedad de intereses que espero que también coincida, por lo menos en algunos puntos, con algunos de los intereses de los lectores. Todas las semanas cuento la historia de la escritura de un libro. Los sábados, un reportaje fotográfico dedicado al modelo que haya fotografiado durante la semana y cada dos viernes, de momento, un consultorio sentimental muy divertido que me escribe una persona que ha adoptado el seudónimo de Laika.
En preparación, para cuando vaya teniendo tiempo, hay otras secciones fijas. De momento, sin embargo y a falta de otros colaboradores (se aceptan ofertas), esto es Foto Bernal Viena y esto ha sido durante este último mes.
¿Qué he aprendido? Pues la primera lección es que el marco en el que me muevo tiene, en principio, poco que ver con lo que era cuando fundé Viena Directo. La audiencia está mucho más fragmentada y la competencia de productores de contenido que no son personas es mucho mayor.
También he recordado, esto ya lo sabía, que el trabajo en internet hay que planteárselo siempre a largo plazo. Esto es una carrera de fondo. Por eso es muy importante pasárselo bien haciendo lo que uno hace, porque ese “pasárselo bien” es lo que a uno le da fuerzas para seguir.
El principio de todo este tipo de proyectos es muy frustrante, porque uno tiene la sensación de que no avanza, de la misma manera que cuando uno tiene que plantar un árbol en el jardín. La parte más difícil es cavar el agujero, porque parece que no va a llegar uno nunca a abrir un hueco suficiente. Constantemente, está presente la tentación de abandonar pero claro, si uno abandona, nunca llega a saber si tendrá éxito o no. O sea, igual que con la inmigración.
En eso la vida e internet se parecen mucho.
También, como en la vida, esta frase de pruebas es un poco ensayo y error. Lo más difícil es encontrar el tono. O sea, yo tengo una zona de confort que es escribir sobre Austria y sobre Viena, y para eso tengo una voz, que no es la misma que para contar la historia de Las Grecas o para explicar los métodos que los soviéticos utilizaron para hacerse con los planos del Concorde.
De momento, estas son las diez historias que más éxito han tenido:
8. Real Fashion for real people (Bora)
7. Pregúntale a Laika, episodio 2: Making Spain big again
5.¿Preparado para el verano? Thomas y sus estilismos
4. Barbie: cuando el rosa era un color para chicos
3.¿Por qué Junio es el mes del orgullo?
Mañana, más.
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