La viña del Señor

El año pasado se registró un récord de abandonos en la Iglesia Católica. Muchos son los factores que se unen para provocar este resultado.

14 de Septiembre.- El año pasado no fue bueno en las viñas del Señor. La Iglesia Católica perdió un cifra récord de “vendimiadores”. Casi noventa y una mil personas se dieron de baja en la iglesia en 2022. Todo un récord. Hay que aclarar que aquí, en Austria, uno se “apunta” a la religión que profese en el momento de empadronarse y que ese alistamiento implica también que uno tiene que soltar los cuartos.

El asunto nació, todo el mundo lo sabe, cuando Hitler intentó quitarle poder a la Iglesia obligando a los fieles a que pagaran, y lo único que consiguió (eso dice la leyenda, por lo menos) es que los austriacos pagaran en masa como gesto patriótico.

Hoy los tiempos han cambiado y la religión se bate en retirada de este mundo descreído (aunque, por otra parte, cuando uno lee lo que los cazurros antivacunas ponen por ahí, no deja de pensar que esa religión de “las fuerzas de la naturaleza me van a curar y mi cuerpo puede regenerarse si se integra en la Pachamama” no deja de ser un sustituto de las creencias de los abuelos). También, sucede que la gente anda mal de dinero y mira más los gastos, y entre comprarse unos zapatos y pagar a las huestes del Papa Francisco, para mucha gente la elección está clara.

A 31 de Diciembre del pasado había en Austria exactamente 4.733.085 católicos inscritos. Las retiradas suponen un retroceso del 1,96%.

En Austria, pues, un poquito más de la mitad de la población colabora con la Iglesia (en Espaöa, con las vocaciones por los suelos, las órdenes envejecidas y la asistencia a misa muy mermada, la Iglesia Católica es ya, hoy por hoy, una religión minoritaria y, en cualquier caso, sin ninguna o casi ninguna influencia a nivel moral).

Para no pintar un panorama tan negro, la Iglesia ha dicho que hubo un ligero aumento de los bautizos (45.706 criaturas) y un ligero aumento de las bodas (9.503 parejas escucharon la epístola de Pablo de Tarso). 4771 personas fueron acogidas en la Iglesia o volvieron al redil después de haberse distanciado.

A pesar de estas cifras la recaudación del impuesto se mantuvo más o menos como en 2021 en unos 500 millones de Euros.

La asistencia a misa, por cierto, ha aumentado con respecto al año veinte y al año veintiuno (366.000 personas) pero ha bajado muchísimo con respecto a los datos de 2019, en donde, en uno de los dos domingos de referencia, se registraron 533.000 visitas a misa.

Este cambio sociológico no es, de ninguna manera, banal. Por ejemplo, la democracia cristiana, el ÖVP tenía a la Iglesia Católica como clara referencia ideológica. Era, por así decirlo, “la percha” que sostenía al partido. Por otro lado, que la Iglesia Católica ya no sea tan influyente no quiere decir de ninguna manera que su hueco lo hayan ocupado alternativas más modernas. Por ejemplo, cobran cada vez más influencia cultos fundamentalistas y ultraconservadores, sobre todo derivados de las iglesias evangélicas. Del mismo modo, no hay que despreciar la extrema derecha atea que es mucho más radical que los sectores más cazurros de la Iglesia.


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