Hoy es el último post de Viena Directo de 2023. Quisiera hablar sin tapujos con los lectores a propósito de un tema que me preocupa.
31 de Diciembre.- Este es el último artículo de 2023. En total, han sido poco más de trescientos este año.
A partir de mañana, con el concierto, como es tradicional, se pondrá el marcador a cero y Viena Directo emprenderá su decimo octavo año de existencia.
Tengo que confesar que empiezo este año nuevo con sentimientos encontrados. El mundo está cambiando muy deprisa, e internet con él.
Por un lado, asisto fascinado, ansioso, curioso y divertido a estos cambios. Por otro, la verdad es que representan para mí, lo mismo que para todos nosotros, un salto a lo desconocido.
Es probable que en los próximos 365 días, la inteligencia artificial o, más concretamente, los modelos de lenguaje generativo, tipo ChatGPT, vayan a cambiar el modo en el que nos relacionamos con las máquinas. Vamos a empezar a acostumbrarnos a hablar directamente con el ordenador (o, a no mucho tardar, a transmitirle nuestros pensamientos mediante comandos que no necesitarán ser pronunciados, esa revolución ya está ahí).
Si las redes sociales redujeron muchísimo las búsquedas libres y, con ellas, la posibilidad de que la gente pudiera toparse “por casualidad” con Viena Directo buscando datos sobre Austria, es probable que los “copilotos” digitales profundicen en ese proceso de eliminación del factor aleatorio. Todo se hará más preciso. Habrá alguien que recoja de la red la información y le dé la forma que nosotros queramos que tenga.
Si eso es así, no puedo dejar de preguntarme si en el mundo quedará sitio para una página como esta, que se basa, principalmente, en una voz (la mía) que cuenta las noticias.
Quiero creer que esa visión personal, que trata de ser amigable, es valor añadido suficiente para conservar la fidelidad de los lectores, pero la verdad es que no puedo estar completamente seguro.
¿Conseguirá Viena Directo (conseguiré yo) seguir siendo una atractiva costumbre? ¿Apreciará el lector el esfuerzo “humano”? Siempre dije que haría Viena Directo aunque solo hubiera un lector pero ¿Me seguirán leyendo los humanos o será Viena Directo solo una fuente de hechos que alimenten una inteligencia artificial intermediaria?
Por otro lado, quizá Viena Directo tenga que cambiar también. El otro día, en la ORF vi un documental sobre el emperador Francisco José y una frase se me quedó grabada. Decía una historiadora que el anciano Francisco José había sido en gran parte, en su largo reinado, de la quiebra del imperio, a base de “verwalten und nicht gestalten” (o sea, a base de administrar lo que había recibido pero no cambiarlo, un poco como también le sucedió a la Reina Isabel II de Inglaterra, canonizada por The Crown, con quien Francisco José tiene tantos puntos en común).
¿Sabré yo encontrar la manera de que Viena Directo se adapte a los nuevos tiempos? La verdad es que no lo sé. Ante mí, ante nosotros, ante todos los habitantes del planeta, se abre una revolución comparable a la que supuso la democratización de internet a principios de este siglo. Una aventura sin duda apasionante de la que solo estamos viendo el amanecer. Un tiempo nuevo que va a llevar a la Humanidad a cotas de progreso que no hemos visto antes. Tendremos acceso a conclusiones obtenidas a base de procesar ingentes cantidades de datos, podremos ver mundos que hasta ahora eran una utopía.
Espero que Viena Directo sea parte de ese proceso y que mis lectores, a quienes agradezco tanto su atención, me acompañen en este nuevo trecho del camino. Feliz 2024.
Deja una respuesta