El odio en internet es un delito (y grave)

Durante treinta horas, una incitación al asesinato ha estado en línea en un medio cercano a la extrema derecha.

21 de Enero.- Desde hace más de diez años “solo, o en compañía de otros” modero el grupo de Facebook “Españoles en Viena”.

La labor de moderación no ha sido siempre fácil. Especialmente durante la crisis de los refugiados en 2015 y durante la pandemia. Durante esos dos momentos aprendí que si no hay alguien que modere los contenidos, el grupo se vuelve inútil, porque los contenidos tóxicos ahogan cualquier intento de hacer del grupo una herramienta medianamente útil.

La madre del cordero, por supuesto, es definir qué son “contenidos tóxicos”.

A veces, la línea no está tan clara como pudiera parecer a primera vista. Existe también el peligro de caer en la arbitrariedad. Antes de borrar algo, hay que meditarlo y andarse con pies de plomo con la libertad de expresión. Es necesario que las reglas estén claras para salvaguardar lo que podríamos llamar “la seguridad jurídica”. En mi caso, la línea roja por excelencia es la violencia. Por supuesto, en un grupo de Facebook no hay violencia física. Toda es verbal. Durante la crisis de los refugiados, esa violencia era básicamente racista. Bulos del tipo de que los refugiados robaban en los supermercados y acosaban sexualmente a las mujeres y la policía tenía orden de no hacer nada. Durante la pandemia, amenazas de todo tipo a las personas que hacíamos propaganda de los beneficios de la ciencia y, por lo tanto, de las vacunas.

LOS ASQUEROSITOS Y LA CENSURA

Cuando uno borra un contenido de estos tóxicos, los afectados no lo llevan bien. Es lógico. Los que ponen contenidos tóxicos suelen estar a la altura de sus publicaciones. O sea, que suelen ser gente bastante asquerosita. Las protestas suelen incluir la palabra “censura” a veces también acompañada con “dictadura”. A veces, los insultos se hacen personales.

En algunos casos, los prófugos han fundado sus propios grupos prometiendo “absoluta libertad” y ausencia de “censura”. Por lo general, o esos grupos han muerto al poco tiempo o han terminado ahogados por la publicidad indiscriminada o las peleas intestinas (la gente asquerosita tiende a pelearse).

En esta página, la moderación de los comentarios es bastante más fácil. Nada se publica sin que yo lo autorice. Cuando viene un comentario estúpido, no se publica y en paz. Así ha sido con la gente que me ha amenazado de muerte, o con la que me ha reprochado ser un “genocida”, o mil cosas que ahora, desde la distancia, hacen gracia, pero que en el momento no eran, ni mucho menos, graciosas.

LA ORF Y SU FINANCIACIÓN

La reforma del sistema de financiación de la radiotelevisión pública tiene a cierta gente muy soliviantada. De hecho, es uno de los caballos de batalla de la extrema derecha. Desde algunos reductos de internet se incita sin ningún tipo de pudor al hostigamiento de los profesionales que trabajan en la tele pública. Uno de esos sitios es lo que en España se llamaría un “confidencial”. O sea, uno de esos medios digitales que viven a medias de las subvenciones y a medias del “clickbait”. Se llama Exxpress. Y es una mierda pinchada en un palo. Y esto no es una crítica, porque en una crítica cabe la objetividad. No. Exxpress es una mierda pinchada en un palo objetivamente hablando, como cualquier persona medianamente culta e informada puede comprobar.

A pesar de preciarse de ser un “medio alternativo” y a pesar de criticar la “financiación forzada” de la ORF, Exxpress se guarda mucho de decir que se mantiene a flote con las subvenciones del Gobierno.

Debido a lo incendiario de sus titulares y de sus editoriales, los foros en donde los usuarios comentan las noticias son directamente hediondos (lo dicho: no es criticar, es referir objetivamente).

En una noticia ilustrada con una foto de Armin Wolf ha estado en línea, durante treinta horas y en un medio que, por lo menos oficialmente, modera los comentarios, una llamada al asesinato de Armin Wolf, como el mismo Wolf ha denunciado primero en Twitter y después en la comisaría de policía más próxima. Esas amenazas son un delito y, de ninguna manera, una bagatela jurídica. Le pueden costar caras en términos legales tanto al que las profiere como al medio que las publica.

DINERO PÚBLICO PARA UNA MIERDA PINCHADA EN UN PALO

El organismo corporativo de los periodistas austriacos, el Presseclub Concordia, ha condenado enérgicamente las amenazas y ha dicho que es totalmente irresponsable que un “medio” que permite que se publiquen reciba subvenciones públicas, como las recibe Exxpress.

El año pasado, el Exxpress recibió 1.100.000 Euros de dinero público en subvenciones y este año podría intentar recibir aún más dinero del fondo gubernamental que financia el “periodismo de calidad” (!).

La red se ha llenado de pantallazos de comentarios en la web del Exxpress, en donde se compara a la ORF con Goebbels, se llama a “exterminar a las ratas” y se hostiga y se ataca a personas prominentes por su progresismo.

Detrás de Exxpress está la abogada, cercana al Partido Popular austriaco, Eva Schütz. Del aspecto “periodístico” de la cuestión se encarga un veterano de la prensa basura, Richard Schmitt, que tiene en su currículum trabajos en el Kronen Zeitung, el Österreich y el Heute.

 


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