El Presidente Van der Bellen pide un poquito de por favor

Hoy es catorce de febrero, día de los enamorados y miércoles de ceniza. El Presidente de la República ha emitido un comunicado de advertencia.

14 de Febrero.- Hoy es el día de los enamorados y también miércoles de ceniza. Quien más quien menos, regala flores (aquel anuncio de mi infancia: “cuando un desconocido, de repente, te regala flores, eso es impulso” -o acoso-), bombones o promesas que no se piensan cumplir. Los políticos en Austria aprovechan el último día del carnaval para “echar mítines”.

La costumbre de reunir a los fieles para decirles que, cuando uno toque poltrona, va a venir Paco con la rebaja, se inauguró el siglo pasado en Baviera. A Austria la trajo Jörg Haider, el político que, como dice mi amigo Luis Tercero, hizo de nuevo a la extrema derecha “capaz de salón” (Salonsfähig). Luego, la continuaron sus sucesores (Herbert Kickl aprovecha todos los años para emitir las venenosas soflamas a las que nos tiene acostumbrados) y, visto el éxito, para no quedarse atrás hoy en día le imitan todos los demás políticos austriacos.

Este año es previsible que los fervorines y las soflamas sean más virulentos que de costumbre, dado que a más tardar en septiembre el país pasará por las urnas al objeto de decidir quién regirá los destinos de Austria en los próximos cuatro años. Así pues, muy en su función de árbitro, el Sr. Bundespresi, Alexander van der Bellen ha decidido advertir a los jefes de los grandes partidos que hoy convocan a sus adeptos, de que tengan “un poquito de por favor” y no hablen de la moral sexual de la madre de sus adversarios.

Escuchemos la voz de los supertacañones:

Todos tenemos en nuestras manos (decidir) cuán bueno es el ambiente que hay entre nosotros, cómo de confiable o como de envenenado”.

Cada vez más “se habla sobre otras personas – y no con ellas”, dice Van der Bellen. Quienes así hacen “deberían pensar ¿Hacen daño a otras personas? `Hieren con ello a otras personas? (usted que habla) Ha comprobado el rumor, ha chequeado su veracidad?” igual “si habla usted ante mil personas, propaga un rumor en su círculo de amigos o cuenta un chiste a costa de otros. Igual si la cosa pasa en las redes sociales u “offline”.

Estas han sido las palabras del Bundespresi, que también ha pedido cuidar a “los otros”, sean esos otros quienes sean.

Todos sabemos o podemos intuir las posibilidades que tienen estas cautas y sabias palabras de ser tenidas en cuenta por los políticos. Más que nada porque uno tiene la sensación de que el clima general tiene unas causas más profundas que el hambre de poder de este político o de aquel.

Cuando nos acercamos al final de un ciclo (y el mundo, nuestro mundo, se está acercando aceleradamente al final de un ciclo) se hace cada vez más probable que un sistema que antes era una balsa de aceite se vea sometido a tensión. La abolición de las más elementales reglas de convivencia es, sin duda, el reflejo de un malestar latente en la sociedad por dos factores a los que no se presta la atención necesaria: en primer lugar, la pérdida de poder adquisitivo real de los salarios de los trabajadores y el aumento obsceno y desproporcionado de las fortunas de los ricos. A esto se le añade la eliminación de las posibilidades de mejora y ascenso social, mediante el sabotaje por ejemplo de las medidas de redistribución de la renta a través de los impuestos y del sistema educativo público.

Sea como sea, los líderes de los tres grandes partidos hablarán hoy ante sus fieles en sendos actos en los que correrá la cerveza y la oratoria incendiaria. Que Dios nos coja confesados.


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