Razones para amar la Unión Europea (2)

La Unión Europea tiene una legislación pionera en el mundo para la protección del medio ambiente, la única manera de garantizar la calidad de vida de los europeos.

 

Razones para amar la UE (1): libertad de circulación y residencia

9 de Abril.- En estos días, en Austria, estamos teniendo unas temperaturas que no se han visto nunca.

Por primera vez desde que hay registros se han alcanzado en Austria treinta grados en una fecha tan temprana del año y resulta poco menos que terrorífico que, a estas alturas de lo que debería ser la primavera, tengamos temperaturas propias de junio. Desde hace meses (!Meses!) encadenamos un récord detrás de otro.

Al enero más cálido de la historia le ha sucedido el febrero más cálido desde que hay registros, a febrero, le ha sucedido marzo y es probable que este abril, si todo sigue como vamos, rompa todos los récords siniestros.

Los ecosistemas y los habitantes de esos ecosistemas, entre ellos los hombres, están sometidos a un estrés que por momentos amenaza con volverse insoportable.

El calor intenso, como es sabido, mata todos los años a decenas de miles de personas en toda la Unión y causa enormes pérdidas económicas. Por ejemplo, en el sector del turismo (a nadie le gusta pasarse las vacaciones a cuarenta y cinco grados).

Naturalmente, la razón de esta locura suicida es el cambio climático. El cambio climático producido por la actividad de los seres humanos. La evidencia científica al respecto es absolutamente indiscutible. Y es imprescindible, vital, atajar esto cuanto, sino queremos que la vida en amplias zonas del planeta se vuelva absolutamente imposible.

Otra de las razones para amar a la Unión Europea es que es la unidad geopolítica que trabaja con objetivos más ambiciosos a largo plazo para intentar preservar los ecosistemas de Europa occidental y, con ellos, los ecosistemas del mundo, amortiguando así, aunque sea un poco, los efectos devastadores que el cambio climático ya está teniendo sobre la economía y sobre la calidad de vida de millones de personas.

Los objetivos de la Unión Europea con referencia al cambio climático son tres:

Primero, que no haya emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 (aunque hay un objetivo intermedio que es que las emisiones bajen un 55% de aquí a 2030).

Segunda, un crecimiento económico desvinculado del consumo de recursos.

Tercero, que la lucha y los beneficios de esa lucha contra el cambio climático lleguen a todos y cada uno de los rincones de la Unión Europea.

La Unión Europea ha lanzado un frente de iniciativas muy ambiciosas con respecto al medio ambiente. Algunas, ya son una realidad y han comenzado a mejorar la vida de todos nosotros.

Por ejemplo: los incentivos a la economía circular. O sea, que no se desperdicie ningún recurso y se reutilice y se repare todo lo reutilizable y todo lo reparable.

La estrategia de biodiversidad de aquí a 2030 que pasa, entre otras cosas, por la “renaturalización” de algunos ámbitos de los ecosistemas, eliminando por ejemplo presas y diques obsoletos para dejar que los ríos fluyan lo más libremente posible.

Algunas de estas estrategias, como la que se llama “de la granja a la mesa” y que persigue modernizar la ganadería y la agricultura europeas para que tenga un impacto neutro o positivo sobre el clima y sobre los ecosistemas, han causado tensiones que han sido muchas veces utilizadas desde la política con fines partidistas.

Lo cierto es que la Unión tiene una legislación pionera en lo que se refiere a la preservación del medio ambiente, como una manera de garantizar la sostenibilidad de nuestro nivel de vida (uno de los más altos del mundo) y, sobre todo, la salud y el bienestar de todas las personas que habitamos la UE.

Y esa salud no solo pasa por garantizar unas temperaturas en las que la vida sea posible, sino las condiciones necesarias para que todos podamos tener acceso a recursos vitales para la existencia, como un agua o un aire de calidad.

Por todo lo anterior, en las próximas elecciones al Parlamento Europeo es necesario (por nuestra supervivencia) votar a los partidos que no eludan la acción contra el cambio climático (ya no basta con que no lo nieguen), para que no se pierdan todos los esfuerzos que ya se han hecho en la dirección correcta.


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