Un hotel de Viena ha cancelado las reservas de un grupo de extrema derecha (Aldania) que había invitado a un extremista alemán.
29 de Mayo.- El principio del retorno de la ultraderecha a Austria (y, a la luz de los acontecimientos recientes, a Europa) lo marca una persona: Jörg Haider. Y lo marca la ruptura de un tabú.
Jörg Haider es el primer político del ámbito de habla alemana, después de la posguerra mundial, que se atreve a decir que los soldados austriacos que combatieron en el bando nacionalsocialista durante la segunda guerra mundial fueron también dignos de respeto y que, incluso tuvieron su dosis de valentía y heroísmo. Por supuesto, Jörg Haider primero como político en campaña y después en el Gobierno, se dedicó sistemáticamente a hechar porquería sobre la reputación de los objetores de conciencia y de los desertores austriacos de las filas de la Wehrmacht.
En el centro de Europa está creciendo un tumor canceroso. Puede ser que ya sea tarde para detener su metástasis. Ese tumor, que amenaza con destruir las libertades necesarias para que yo pueda escribir este artículo se llama neonazismo y, en la actualidad, el partido que lo representa en el Parlamento alemán (en el Bundestag) se llama Alternativa por Alemania (AfD por sus siglas en la lengua de Romy Schneider). La AfD es muy fuerte sobre todo en la antigua Alemania del este (la parte más pobre del país) y ha sido engordada desde Rusia por el régimen del Kremlin, lo mismo que el FPÖ dentro de Austria.
Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con otros partidos de extrema derecha a lo largo y ancho del continente, que tratan primero de adoptar una actitud medianamente presentable para captar una base electoral más ancha, la AfD lleva cosa de año y medio o dos radicalizándose cada vez más y renunciando a cualquier tipo de careta medianamente democrática. Tanto es así que, recientemente, la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, que ya se ve sustituyendo a Macron en el Elíseo, ha renunciado a colaborar con AfD.
La razón ha sido descubierto que uno de sus políticos más prominentes, un tal Krah, dijo en una entrevista reciente que “no todos los SS eran automáticamente criminales”.
Las SS fueron un cuerpo formado solamente por nazis fanáticos, con una propensión, heredada de su jefe, Heinrich Himmler, por el ocultismo más mastuerzo, cuyas “proezas” están escritas en el libro de cieno de la infamia.
AfD está ya en el punto de mira de las instituciones democráticas alemanas y, solo debido a esto, Krah ha sido apartado del foco público. Pero otro tipo, tan radical como Krah, Matthiasl Helferich, al que se ha apodado “la sonrisa del Nacionalsocialismo” también ha hecho valoraciones positivas de Hitler que contrastan con su apariencia, solo apariencia, moderada y burguesa.
Este último político ha sido invitado a Viena para hablar en la fiesta de aniversario (130 años) del “Burschenschaft” Aldania. Los Burschenschaften tienen su origen en el siglo XIX, son fuertemente conservadores y nacionalistas (cercanos al FPÖ) y a este pertenece gente tan significada como Dominik Nepp, el jefe del grupo ultra en el ayuntamiento de Viena, Maximilian Krauss o el expolítico Johann Gudenus (el que estaba con Strache en la noche del escándalo de Ibiza).
Para la fiesta de aniversario, los ultras habían reservado un salón en un hotel vienés, uno de la cadena Arcotel. Concretamente el Wimberger. Arcotel tiene once hoteles repartidos entre Austria y Alemania.
Una organización de antifascistas vieneses, enterada del asunto, llamó al hotel y les envió mensajes para preguntarles por la cuestión. Inmediatamente, la cadena Arcotel ha reaccionado y ha cancelado las reservas de los presuntos neonazis de Aldania, que tendrán que buscarse otro lugar para celebrar su aquelarre pardo.
El hotel ha cancelado las reservas alegando que fueron “poco transparentes” y distanciándose toda forma de extremismo o de radicalismo de extrema derecha.
A ver si el día 9 de junio el resto del continente hace lo mismo.
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