Tener la piel marrón o tenerla más o menos rosita debería ser tema de conversación solo en un congreso de dermatólogos. En el planeta fútbol no es así.
10 de Julio.- Ayer por la noche se pusieron los cimientos de la reputación del que, si todo le sale bien, será un genio del fútbol que dará mucho que hablar en las próximas décadas: Lamine Yamal.
Gracias a Yamal, un chico de dieciséis años, es probable que la selección española vuelva a tocar la gloria este domingo.
Y salta a la vista una cosa: Yamal es el representante de una nueva España, que es todo lo que la extrema derecha odia y trata de destruir: una España multicultural, llena de personas de diferentes orígenes, con pieles de colores diferentes, que nos enriquecen a todos y nos hacen mejores. Los padres de Lamine Yamal son un hombre marroquí, nacido en Larache y una mujer de Guinea Ecuatorial. Ambos criaron a su hijo en un barrio obrero de Mataró.
Aunque no haga falta decirlo, Lamine Yamal es tan español como el Rey Felipe o sus hijas, o como Santiago Abascal.
El tono de piel de los jugadores de este mundial, una característica que solamente debería dar que hablar en el contexto de un congreso de dermatología, ha sido el tema de multitud de posts de internet confeccionados por personas que oscilan entre la asquerosidad y la indecencia. De entre todos los defectos posibles, es sin duda el racismo el más execrable.
La selección austriaca tampoco ha sido inmune a las opiniones mierdosas.
Los de la otra selección “rojiblianca” han llamado la atención de sus compatriotas, por haber llegado hasta cuartos de final. Cayeron, como es notorio, ante la selección turca.
A pesar de esto, en el marco de un fútbol modesto, como es el austriaco, todo el país vibró con su equipo.
Las juventudes del partido ultraderechista austriaco (FPÖ) un grupo con vínculos especialmente fuertes con la escena neonazi (no lo digo yo, lo dice el Ministerio del Interior austriaco y el Archivo de la Resistencia, DÖW) ha publicado en TikTok un video en el que un residuo tóxico con patas que se hace llamar Moritz Greiner decía lo siguiente:
“Du bist patriotisch während der EM. Ich auch. Aber wir von der Freiheitlichen Jugend, wir arbeiten das ganze Jahr für Österreich und nicht nur alle vier Jahre. Wir sorgen dafür, dass die österreichische Nationalmannschaft nicht aussieht wie die französische, in wenigen Jahren”
“Tú eres patriota durante la copa de Europa. Yo también. Pero nosotros, los de las juventudes “liberales” (las comillas son mías) trabajamos todo el aöo por Austria y no solo cada cuatro años. Nuestro propósito es que la selección nacional austriaca no tenga el aspecto de la francesa, en pocos años”.
En la selección nacional austriaca juegan tres personas racializadas, David Alaba, madridista, Kevin Danso (Fortuna Düsseldorf) y Phillipp Mwene (FSW Mainz 05), el resto tienen la piel rosa.
Entretanto, y ante el aluvión de reacciones adversas, el vídeo ha sido borrado (suele ser la táctica: publicar un contenido mierdoso de estos, dejar que lo vean los adeptos, para luego borrarlo). Tanto el alcalde de Viena, Herbert Ludwig, que ha calificado el vídeo de “racista” (o sea, de lo que es) como la Federación Austriaca de Fútbol, han criticado el video acerbamente.
El vídeo hay que interpretarlo en el contexto de uno de los mitos conspiranoicos favoritos de los ultras, el del “gran reemplazo” o sustitución de la población aria, caucásica, por personas procedentes del espacio fuera de Europa. En la misma línea, la campaöa sarnosa del FPÖ con la “Fortaleza Austria” (Festung Österreich),motivo tomado directamente de la propaganda hitleriana.
El secretario general de los ultras, Hafenecker, ha calificado la forma elegida para el vídeo como “desafortunada” pero ha encontrado que la preocupación de sus cachorros neonazis “está jusitificada”. Sus palabras le retratan en toda su abyección moral.
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