Un paquetito azul con un mensajito dentro

Lenta pero segura, esta República se encamina al primer Gobierno tripartito de su historia. Aún así los ultras tendrán a mano los resortes del poder.

 

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21 de Octubre.- Después de las conversaciones (por llamarlas de alguna manera) que los jefes de los tres principales partidos han mantenido por mandato del Presidente de la República, hoy Alexander van der Bellen les ha convocado en la Ballhausplatz para preguntarles qué conclusiones habían obtenido. Ya lo sabía todo el mundo, claro, pero él quería saberlas de primera mano y oficialmente.

A la una y media, ha aparecido Kickl, hecho un figurín. Con un ordenador y un paquetito de color azul (por supuesto, se ha asegurado de que todo el mundo viera el paquetito). A preguntas de los periodistas, Kickl ha dicho que, siguiendo su proceder de estos días, solamente hablará después de que el Presidente van der Bellen se pronuncie oficialmente.

Una hora y media más tarde, a las tres, ha sido Karl Nehammer el que ha tenido un vis a vis con el presidente y, por último, a las cuatro y media ha sido el que se ha personado en el Hofburg para departir con el Jefe del Estado.

Se espera que Alexander van der Bellen se pronuncie mañana o, a más tardar, el miércoles. Los medios austriacos auguran que el Presidente encargará a Populares, Socialdemócratas y a los Neos que inicien las conversaciones para formar el primer ejecutivo tripartito de la Historia de Austria (los mandatos de Alexander van der Bellen están llenos de primeras veces, así que quizá por eso el Presidente se decida por romper el uso inveterado de encargarle formar Gobierno al partido más votado).

A partir de ahí se iniciará un tortuoso proceso en el que las respectivas comisiones negociadoras desplegarán toda su astucia. Las conversaciones, que no terminarían antes de enero próximo, serán una prueba más de que, al contrario de lo que sostienen los ultras, la democracia austriaca es madura y fuerte.

Si todo esto sucede, como una coreografía previamente ensayada, también es más que probable que Herbert Kickl deje de ser el personaje de engañosa dulzura y trajes slimfit que ha sido estos días, cuando todavía tenía alguna esperanza -aunque muy remota- de ser canciller.

Volverá a echar sapos y culebras por la boca, volverán las oscuras golondrinas de su incendiaria retórica cervecera en su balcón sus nidos a colgar. Se habrá conjurado el peligro -por esta vez- de tener en Austria un Gobierno como el que llevó a tener un Ministro del Interior que pretendía crear una policía paralela o una Ministra de Asuntos Exteriores que informaba a Vladímir Putin de todo lo que sucedía en las cancillerías europeas.

A pesar de todo, la astuta táctica del Presidente van der Bellen no podrá evitar del todo que los ultras estén peligrosamente de los resortes del poder.

En Estiria ultras y populares están en conversaciones para formar una coalición de Gobierno. Es previsible que en las próximas elecciones en Estiria, sean la fuerza más votada.

También es más que previsible que la segunda persona más poderosa de Austria -por lo menos nominalmente- sea un ultra.

Ayer, los órganos de Gobierno del FPÖ nominaron a Walter Rosenkranz como candidato ultra a primer presidente del Parlamento austriaco.

El Parlamento de Esta Pequeña República tiene tres. Socialdemócratas y Populares ya han anunciado que votará Rosenkranz si se presenta. Los verdes se han negado en redondo a hacerlo y los Neos dicen que se lo están pensando.

El nombramiento de Rosenkranz parece, de esta manera, bastante previsible. Varias organizaciones ya han hecho saber su oposicion o su malestar a propósito del nombramiento del político de extrema derecha. Él mismo ha augurado, con fastido, que ahora empezarán a salir historias antiguas “de las profundidades de internet”.

Rosenkranz, como todlos los demás políticos importantes de su partido, de Kickl para abajo, tiene contactos con el neonazismo en forma de personas u organizaciones xenófobas y ultranacionalistas.

Por cierto, dentro del paquetito azul que Kickl le ha regalado a van der Bellen había un búho de cristal de Swarovsky. El búho simboliza desde antiguo la sabiduría. Quien quiera entender que entienda.


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