Las figuras neutras no representan hombres

La empresa pública de transportes ha hecho un pequeño cambio en su siñalética y, como suele pasar aquí con estas cosas, hay gente refunfuñando.

 

El Maestro Juan Martínez, que estaba allí- 2- Re Upload HD

23 de Noviembre.- De todos es sabido que a las personas que viven en Viena no les gustan los cambios. Los llevan mal. Cada vez que alguna instancia pública o privada trata de ir contra esta tendencia y, con el ánimo de mejorar, hace algún cambio, se monta la mundial. Las vienesas y los vieneses se pasan renegando una década, que si no hace falta, que si de toda la vida esto se ha hecho así o asá y aquí no ha pasado nada, hasta que pasan los años (sí, querido lector: los años) y lo que a la gente le parecía un despiporre se convierte en una costumbre aceptada (hasta el siguiente cambio, naturalmente).

Las Wiener Linien, o sea, los transportes públicos vieneses, utilizaban unos pictogramas para recordarle a aquellos de nuestros ciudadanos más egoístas que es bonito, cívico y de buena educación ceder el asiento a algunos grupos de personas que, sin duda, lo agradecen.

Los pictogramas representaban a un señor mayor con gafas, barbota y bastón, que parecía meditar sobre la fugacidad de la vida. También había un señor con gafas, también con bastón y el brazalete con los tres puntos que aquí llevan muchas personas con alguna disfuncionalidad en la visión. También había una señora con una media melena, que llevaba un niño en el regazo. Por último, una mujer embarazada.

Los antiguos pictogramas (Wiener Linien)

Muy neutral no era la cosa. Alguna persona podría ver a una mujer mayor y con bastón, comparar con el ideograma y decir “a ver, pues no es un señor, que se fastidie y viaje de pie”. Lo mismo con el señor invidente o con la señora con el niño.

Con el ánimo de mejorar, las Wiener linien han eliminado de los cuatro pictogramas aquellos rasgos que remitían a factores claramente discriminadores. O sea, edad y género. Así, en los nuevos pictogramas hay un símbolo que remite a una persona que lleva un niño pequeño. El segundo dibujo es una persona que lleva un bastón y de la que, por lo tanto, se presume que tiene ciertos problemas de movilidad. El tercer nuevo pictograma representa (obviamente) a una mujer embarazada, aunque no lleve una melena con corte tipo paje. El último representa una persona ciega.

Los nuevos pictogramas (Wiener Linien)

La intención es reforzar el mensaje de que si uno ve a una persona con dificultades para mantener el equilibrio (por ejemplo, si lleva una pierna escayolada) le ceda el asiento, independientemente de si esa persona tiene ochenta años o treinta o quince, e independientemente por supuesto de si hace pis sentada o de pie.

Lo mismo con las personas con problemas de visión o si lleva un niño pequeño en brazos.

Las críticas han sido curiosas porque, quizá por el machismo que todos tenemos interiorizado, que es estructural y que nos marca desde niños, muchas personas han visto en el cambio una nueva treta del patriarcado para “borrar” a las mujeres de la vida pública.

Al no tener los pictogramas ningún rasgo visual distintivo de género (salvo, naturalmente, la barriga de la figura embarazada, característica que en el 99,99% de los casos remite a las mujeres) todas estas personas que han puesto el grito en el cielo han supuesto que los pictogramas representan a hombres.

La crítica resulta un poco extraña y más si uno piensa que estamos en el país en donde se inventaron los pictogramas como una manera de reducir al máximo las posibilidades de que una imagen fuera malinterpretada.

 

 

Inventando el Isotype

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