El hombre sin pantalones

Un ciudadano griego sin pantalones ha protagonizado hoy un curioso incidente en Florisdorf.

 

9 de Julio.- En estos momentos, como todos los años, hemos entrado en la fase de “Juliembre” que tienen todos los meses de julio en Esta Pequeña República.

Esto es, en medio del calor, viene una fase durante la cual se duerme con mantita, tan ricamente. Esto no es óbice ni circunstancia atenuante para que echemos la vista atrás y respaldemos con datos el cambio climático. Este mes de junio ha sido el más cálido desde que se tienen registros y, no solo esto, hemos tenido el doble de días de calor de la media, siendo la referencia el periodo 1991-2020.

El protagonista de nuestra noticia de hoy hubiera podido alegar hace un par de días que el sol le había recalentado la sesera y que, con las neuronas echando humo, había empezado a hacer majaradas. Pero con lo que ha refrescado el tiempo no podrá alegarlo.

Vamos, no podrá alegarlo él ni podrá alegarlo la mujer que le acompañaba.

Situémonos: mañana del día 9 de julio en Floridsdorf, distrito de esta bonita capital. Frente a la oficina del distrito reina la tranquilidad. El trajín normal de una mañana de julio cualquiera. Corre un fresquito agradable.

La vida está en calma en este pequeño trocito de una de las ciudades con mayor calidad de vida del planeta.

A esto que un ciudadano griego de cuarenta y seis años se sitúa frente a dicho establecimiento público. Una mujer de 38 primaveras (¿Su santa?) le acompaña y le graba. Hasta ahí todo normal, en estos tiempos en los que la gente se graba con el telefonino haciendo de todo, para luego colgarlo en las redes sociales, al objeto de deleitar a los seguidores (pocos o muchos) que atesoran.

Pronto, sin embargo, empieza la anormalidad.

El caballero griego, una vez alcanzada unas coordenadas de su agrado, se baja los pantacas. Otrosí, se despoja de los gayumbos y empieza a masturbarse con una mano (detalle importante, como ahora se verá). La mano que tiene libre el angelito la emplea para levantar el brazo en un ángulo de cuarenta y cinco grados, haciendo el saludo nazi.

Los pasantes, ojipláticos, alertan a las fuerzas del orden, las cuales fuerzas del orden no tardan en personarse desde una comisaría cercana y detener al masturbador y a la persona humana, la mujer de 38 años, que le estaba filmando.

Mientras están procediendo a la detención la mujer les pide que no interrumpan al hombre mientras tiene las manos en la masa (es una manera de hablar, porque no se sabe si la naturaleza le dotó generosamente o no), argumentando que el tipo con los pantalones por los tobillos está “inspirado” (in the flow) y que a un artista, cuando esta´”in the flow” está feo interrumpirle.

(Se comprende, porque cuando uno está “in the flow” le da mucho coraje que le corten el rollo).

Los policías no salen de su asombro cuando, preguntadas las dos personas por las razones de esta conducta suya tan extraña, los dos declaran que el que estaba dándole al molinillo estaba creando “la obra artística de su vida” y que la mujer estaba documentando esta acción artística, motivada en origen por el deseo de la pareja de llamar la atención sobre todas las cosas malas que pasan en el mundo (que si la guerra de Gaza, que si la de Ucrania, que si pitos -con perdón- que si flautas).

Los policías, para sorpresa de nadie, no se dejan convencer y presentan acusación contra la pareja.

Se acusa al griego de dos delitos.

Uno, de apología del nazismo –wiederbetätigung, en lenguaje técnico- y el otro de haber realizado actos sexuales en la vía pública.

Asimismo, la policía ha alertado a la oficina estatal de lucha contra el extremismo.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.