
¿Te has preguntado alguna vez qué estudios tienen los políticos austriacos más conocidos? Pues Viena Directo te lo cuenta.
25 de Julio.- En su descacharrante libro, Vida y Milagros de Monseñor Escrivá de Balaguer, el insuperable Luis Carandell (q.e.p.d.) cuenta la historia de un cura aragonés al que enviaron a un convento de monjitas para verificar si el Señor estaba favoreciendo a una de las novicias con apariciones y arrobamientos. Asunto, sin duda, delicado.
Reunió el sacerdote a la congregación en el claustro y, con mucha retranca, preguntó:
-A ver, a ver, ¿Dónde está la santina?
De entre las filas de novicias, avanzó una y, con una humildad a todas luces falsa, dijo:
-Servidora.
En estos días, salta a los medios el caso de una diputada del Partido Popular español, Noelia Núñez, la cual presumía hasta antes de ayer de haber conquistado muchos títulos universitarios a su (relativamente) corta edad.
Cuando asistía a actos que se retransmitían por YouTube, la muy…Santina soportaba sin que se le cayera la cara de vergüenza primero, la enumeración de sus títulos falsos y después bajaba los ojitos, ponía carita de no haber matado una mosca y luego decía “bueno, profesora no soy…Pero me he esforzado mucho”.
Noelia ha dimitido pero, insumergible como el Titanic, y con una cara más dura que el cemento Portland, ya tiene un trabajo acorde a sus méritos: “tertuliana” a tanto la hora en un programa de televisión.
Esta anécdota, que dice tanto y tanto sobre el estado del mundo (¡Mis pobres padres trabajando para darnos a mi hermano y a mí una carrera!) me ha servido para hacerme la pregunta sobre qué formación tienen los actuales miembros del Gobierno austriaco.
Empecemos por el Bundespresidente, nuestro Alexander van der Bellen. Van der Bellen estudió Economía política y desde 1970 es doctor con una disertación que lleva por bonito título “Hogares colectivos y empresas económicas comunes: problemas con su coordinación”. No he podido verificar esta información, pero varias ovejas que asistieron a su lectura, según parece, terminaron derrotadas por el sueño en brazos de Morfeo.
Tras una etapa dedicado a la investigación -por ejemplo en la Universidad de Berlín, en donde trabó amistad con el ecónomo turco Murat R. Sertel, Van der Bellen fue profesor de la Universidad de Viena (al contrario de lo que sucedía con Noelia, que era “profesora” de una “Universidad” privada, para enseñar en la pública hay controles de calidad). Entre 1990 y 1994 fue decano en la Facultad de Estudios Sociales y Económicos de la Universidad de Viena, labor que más tarde compaginó con la política.
El Bundescanciller, Christian Stocker es doctor en derecho desde 1988 y desde 1994 ejerció como abogado.
El vicebundescanciller, Andreas Babler, viene de una familia trabajadora y parece que tampoco le tuvo demasiado amor a los libros en su juventud (desgraciadamente, se nota bastante). Su titulación más alta es un grado impartido por la Universidad de Krems sobre comunicación política (4 semestres). Su trabajo de final de grado se llamó “ Medios, Estrategias y Comunicación en la Lucha Laboral tomando como ejemplo Semperit Traiskirchen (ciudad de la que luego fue alcalde).
Beate Meinl-Reisinger, la mujer que mejor viste de la política austriaca (perdón por la frivolidad pero, como decía el castizo, lo que é, é). La vicebundescancillera estudió derecho en la Universidad de Viena, y luego un Máster en Estudios Europeos en la Universidad de Krems. A partir de ahí siguió una vinculación con la Cámara de Comercio de Austria, que la llevó a un programa de “trainees” en las Instituciones Europeas. En este marco, fue asistente del (plúmbeo) diputado popular Othmar Karas.
Al igual que Babler, el líder de la oposición, Herbert Kickl, no se distinguió nunca por su amor a los libros (en fin, sus seguidores tampoco). Empezó dos carreras y, como la rubia española, no terminó ninguna. Si fuera un ciudadano normal y corriente como usted y como yo, pondría en su perfil de las redes sociales que la responsable de su formación había sido “la universidad de la calle”.
Puede que esta falta de amor por la letra impresa sea la explicación de sus abracadabrantes afirmaciones sobre las vacunas, los desparasitadores caballares y demás.

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