Desde ayer, los españoles tenemos la sensación de estar viviendo jornadas de importancia histórica ¿Cómo lo ven los medios austriacos?
3 de Junio.- En lugar prominente, en todos los periódicos austriacos, aparece hoy la noticia de la abdicación del Rey Don Juan Carlos y el traspaso de poderes a su hijo, el que será el Rey Felipe VI, desde mediados de mes.
Dependiendo de si el periódico es gratis o es de pago se pone el acento en cosas distintas.
Una cosa es pa una cosa y otra cosa es pa otra cosa
La prensa guarripé (gratuita) saca fotos glamurosas de Don Felipe y de la Princesa de Asturias, y el mensaje es “pareja joven y guapa al frente de los destinos de la católica España”.
Hay que aclarar que en Austria nos ven todavía como si Carlos primero de España y quinto del coñac, se acabase de retirar al bonito monasterio de Yuste. O sea que, en el imaginario colectivo austriaco, probablemente por culpa de siglos de machacona propaganda habsbúrgica, España es igual a catolicismo a la tibetana, nobles vestidos de negro más serios que un ajo y monarquía con estricto ceremonial. De lo primero, ya sabemos que queda lo justo y de lo segundo, probablemente, pasado el susto de estos primeros días, probablemente quede un poquito más.
En recuadritos, se habla de los motivos de la marcha del Rey Padre.
Que si sus “amistades especiales” (no ha habido nunca manera más cursi de decir que, presuntamente, el Rey Juan Carlos se refrescaba de la rutina matrimonial con otra señora), que si la manía del yerno de pasar la gorra y luego no declarar a Hacienda lo que sacaba, que si los estragos que Su Majestad hacía entre la población de proboscidios…En fin.
En la prensa seria, o sea de pago, aparecen las fotos de la Puerta del Sol de Madrid ayer hecha un clamor republicano, con sus banderas tricolores. Particularmente en Der Standard, que es el periódico de las izquierdas austriacas.
En Die Presse, que tira al lado conservador, sacan también lo de la Tercera –parece una tontá de estas del Real Madrid “!Vamos a por la Tercera!” ¿Verdad? En fin- pero encabezan con una foto en que Letizia parece más Barbie que ayer pero menos que mañana, y el príncipe tiene una expresión como de Carlos Sobera anunciando que el comodín del amigo ya te lo has gastado y no has conseguido responder que Colón se llamaba de nombre Cristóbal.
La calle austriaca y una reflexión muy años 30 (del siglo pasado)
¿Y qué piensa la tribu de comentaristas austriacos de esto?
Vaya por delante mi convencimiento de que, para muchas personas, internet ha venido a sustituir al saludable papel que, antaño, realizaban las puertas de los servicios de caballeros en la loable tarea de servir de altavoz al sentir del pueblo. Dicho esto: en el graderío de izquierdas, se abominaba de las testas coronadas casi tanto como algunas voces sensatas se preguntaban ¿Qué cambiaría en España si mañana se aboliera la Monarquía y se instaurase la República? Salvo el merchandising (bandera, himno y demás) la verdad es que pasaría como en 1931 y lo más probable es que, para el hombre de la calle, todo siguiera igual (de mal).
(¿O es que la República iba a nacionalizar los pisos de El Pocero, a perdonar las hipotecas y a crear puestos de trabajo de la nada?)
Por otro lado, hasta ahora, que se sepa, los Republicanos no han contestado esta pregunta fundamental que, a mi juicio, es the mother of the lamb ¿De dónde iban a salir los cuadros directores del nuevo estado en el caso de que aboliera la Monarquía y se implantara la República? Porque está claro que, los que piden la República, piden también la abolición de “la casta”. Para mí es obvio que, si España, la potencial República Española, aspirase desde su principio a ser un estado serio y gobernado con más sentido común que ahora –eso quisiéramos todos- esos cuadros directores, desde el nivel de subsecretario para abajo, tendrían que ser personas que ya tuvieran experiencia de Gobierno y conocieran las tripas de la Administración. Y eso no se improvisa.
Necesariamente, pues, esos cargos tendrían que salir de “la casta”, porque un país no se puede gobernar a golpe de “me gustas” de Facebook.
Y si se gobierna a golpe de “me gustas”, malo.
¿Necesitamos alforjas para ese viaje? Dígamelo usted.
Pero esto, sin duda, es tema para otro post.
Herr Manola da su parecer
Dejo para el final la opinión que dio en directo, en el informativo de máxima audiencia en Austria, el corresponsal Josef Manola desde la Plaza de Oriente (precioso nombre para una plaza).
Con del Palacio de ídem de fondo y la típica objetividad centroeuropea, Herr Manola redujo todo a sus (en mi opinión) justos términos. Por lo menos de momento.
No cargó las tintas con el sensacionalismo –a pesar de que tenía la Puerta del Sol cerca y llena de sensacionalistas, y hubiera podido perfectamente-. Dijo Manola que, de momento, la proclamación de Felipe VI no corre el más mínimo peligro –ha de hacerse por vía parlamentaria y, de momento, España es todavía una democracia parlamentaria que funciona dentro de la legalidad-, que Felipe y Letizia son, sin duda, los miembros más populares de la familia real (claro, que si echas a ver lo que ha pasado en esa familia últimamente, la verdad es que los príncipes no lo tienen difícil). Que el heredero es un hombre al que no se le conocen escándalos ni vicios y que la Princesa de Asturias y él llevan ya diez años de casados sin que haya habido que lamentar más víctimas que Jaime Peñafiel.
Mencionó Manola, cómo no, el éxito de Podemos y su tirón, poniendo el énfasis en todo lo que la nueva formación tiene de revulsivo para la vida pública española. Todo muy ponderado y agradablemente sensato.
En fin, todo muy Manola.
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