Categoría: Lo mejor de Viena Directo

  • Si me quieres curar, mírame

    (Publicada originalmente el 12 de Septiembre de 2011) Según informa el diario capitalino Joite, ayer, en la localidad de Vöslau, en la Baja Austria, se armó la marimorena. En un hotel de esta ciudad, famosa por la calidad de su agua mineral, se presentó Braco, el sanador croata, ante una estremecida muchedumbre ávida de milagros.…

  • Expatriados ligones: Antouniou somos todos

      Por razones que sería muy largo contar, ayer salió en la conversación la antigua evidencia: en el aspecto sexual, emigrar significa dos puntos más automáticamente (sobre diez). O sea que, si en España, eras de esas personas que pasan más o menos desapercibidas (un cinco, un seis) en Austria eres un jugoso siete. Dándole…

  • El desembarco de Normandía (y 3)

    BÚNKERES. Lo primero que llama la atención de los búnkeres alemanes que todavía quedan es que son indudablemente bonitos. Las formas del hormigón reforzado se integran admirablemente en las pequeñas lomas cubiertas de cesped que las cobijan. Se podría decir que son una especie de metáfora arquitectónica de lo que, para muchos, fue el nacionalsocialismo:…

  • El desembarco de Normandía (2)

      MONT St. MICHEL.- El turismo se cepilla los lugares más hermosos. Lugar tocado por la masa fotografiadora, es lugar que se abarata, se reduce al mínimo común múltiplo, se vuelve apto para todo tipo de públicos (lo cual suele significar que “los públicos” son a cual peor). El Mont St. Michel es, sin duda,…

  • El desembarco de Normandía (1)

      (Diario de unas vacaciones en Francia, publicado originalmente en Agosto de 2011) PARÍS. En el metro de París me doy cuenta de por qué la ciudad ofrece siempre esa impresión de elegancia. No es sólo por la indudable distinción de los parisinos que pueblan las zonas céntricas ( esos hombres con narices finas de…

  • Atentados y lecturas callejeras

      (Publicado originalmente el 12 de Enero de 2011) Querida Ainara: ayer, iba yo en el tranvía leyendo “El canalla sentimental” (vamos, leyéndolo no: devorándolo) cuando de pronto, mala pata, llegué a la estación en la que me tenía que bajar. Sin dejar el libro, recorrí hasta la puerta el camino que podría hacer con…