Un día, Willy Elmayer sintió la necesidad de devolverle a la vida lo que la vida le había dado, así que escribió un libro.
13 de Abril.- 9 años antes de morir, o sea, en 1957, Willy Elmayer, patriarca de la familia dueña de la escuela vienesa de bailes de salón que existe aún hoy, sintió la misma necesidad que sintió Ortega (y Gasset) de “devolverle a la vida lo que la vida le había dado”.
Tras “más de cuatro décadas, según confesión propia, dedicadas a enseñarle a sus compatriotas la ciencia de los buenos modales” (al por menor, eso sí, de pocos en pocos), decidió Willy Elmayer escribir un libro. Lo llamó “Gutes Benehmen wieder gefragt” (algo así como “los buenos modales vuelven a estar de moda”). En la obra, utilizando un estilo tan elegante y aseado como él mismo, Herr Elmayer hace un completo compendio (delicioso,en mi opinión) de todo lo que debía saber el hombre y la mujer austriaca para mantenerse siempre a flote en el mar proceloso del trato en sociedad y, al mismo tiempo, separar al paisanaje del troglodita, también conocido como “cerdoperro interior” que todos llevamos dentro.
El volumen abarca desde cómo debe comportarse la mujer en el entorno laboral para que no la tomen por una pelandrusca, hasta la manera exacta en que un caballero debe quitarse el sombrero flexible para saludar en la calle a un conocido, o cómo debe uno dirigirse en campo abierto a un excursionista, un cazador o un pescador. También se dan unas nociones de etiqueta en otras naciones (Willy Elmayer era un hombre de mundo) y, como se nombra a España, contaré lo que dice al respecto Willy Elmayer.
Es una visión, por cierto, que sigue prácticamente intacta en el inconsciente colectivo austriaco. Traduzco:
“Dos características definen a los españoles: su orgullo y su buena educación. Hablamos con todas las mujeres llamándolas “señora”, no olvidaremos nunca dejar una tarjeta cuando estemos invitados de visita, o mandarle a la señora de la casa flores o cualquier otra atención y tendremos con ella un trato contenido (zurüchhaltend). Nos dirigiremos a los caballeros tratándoles de “señor”. En España prácticamente no se desayuna, solo una comida y cena abundantes.
Viajar en tren por España no es muy recomendable, el estado de las carreteras deja bastante que desear”.
Y en otro lugar, dice el inefable Elmayer:
“En los países del sur, sobre todo en España y en la Italia meridional, empieza el día tarde y termina también muy tarde. Esto también se aplica a los funcionarios. Naturalmente, tiene cada país derecho a organizarse de acuerdo a su clima, etcétera. Al contrario que en otros lugares internacionales, se juzga el comportamiento de la mujer de manera muy estricta, de manera que el traje de baño de dos piezas está prohibido en la mayoría de las playas de España e Italia y de la misma forma ninguna mujer debe mostrarse en público llevando pantalones y menos todavía en “shorts”. En los países del sur una mujer no puede jamás pisar la iglesia escotada, con un vestido sin mangas o con la cabeza descubierta”.
Palabra de Elmayer.
Por cierto: aprovechando el bonito motivo de que hoy es el día internacional del beso, he ilustrado este post con
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