¿Está usted seguro?

El líder de la ultraderecha austriaca compareció en el Zeit im Bild para decir unas cuantas „postverdades“. Armin Wolf le estaba esperando.

6 de Enero.- Una de las cabezas mejor amuebladas del panorama austriaco es la del jefe de los informativos de la ORF, Armin Wolf. O, como yo le llamo „Mr. Repregunta“.

Wolf representa, y creo que lo he escrito aquí más de una vez, lo que yo creo que debe ser el periodismo para la sociedad: o sea, el elemento incómodo que ponga difícil el abuso lo cual, en estos días inciertos, se traduce muchas veces en evitar la difusión de la „posverdad“.

Ocupado como estaba en otras cosas -el aterrizaje de las vacaciones- casi se me pasa por alto dar cuenta de una controversia que, una vez más, ha demostrado que Wolf es un tío que juega -por fortuna para la salud de la democracia austriaca- en otra liga.

El cuatro de enero, en declaraciones a la agencia APA, Harald Vilimsky, el que pasa por ser el cerebro de la estrategia de Heinz Christian Strache para llegar a ser canciller de EPR, expresaba su indignación por el contenido de la entrevista que Armin Wolf realizó al jefe de la ultraderecha austriaca en el telediario de máxima audiencia, Zeit im Bild, la noche del día tres.

En una casa tan amante de las tradiciones como es la ORF, hay dos citas en las que los políticos austriacos hacen balance. La segunda es en verano, en las llamadas „Conversaciones de verano“ (Sommergespräche) en las que los cabezas de los partidos austriacos con representación parlamentaria se someten a las preguntas de un periodista de la ORF. Hasta hace un par de años, estas conversaciones de verano las llevaba Armin Wolf y, desde que él ha dejado de llevarlas, tengo que decir que han perdido bastante mordiente y se han convertido -lamentablemente- en un gran inductor del sueño. La primera cita, sin embargo, es en estos días de enero -también días de relativo sopor informativo, y en ellas los políticos hacen balance del año recién terminado.

Por este motivo comparecía Strache frente a Armin Wolf.

Yo no vi la entrevista en directo, pero he leido la transcripción completa (en este link) y me he divertido tanto como si de verdad la hubiera visto.

Harald Vilimsky, en sus declaraciones a la APA se quejaba de que „teniendo en el estudio al que probablemente será el próximo canciller, Armin Wolf no le hizo ni una sola pregunta profesional (Sachlich, en este caso la traducción es difícil) y se dedicó a convertir el plató de la ORF en un altavoz propagandístico“ también, como de costumbre, se quejó de la falta de objetividad del presentador.

¿Qué hubo de eso? Yo diría que Wolf es un hombre progresista y no es ningún secreto que, ideológicamente, tiene muy pocos puntos en común con Strache. Sin embargo, está muy lejos de ser un lacayo del poder como le gustaría hacer creer a Vilimsky. En el mismo plató en el que tuvo lugar la entrevista a Strache, Armin Wolf le ha puesto los güevecillos de corbata a destacadas personalidades del progresismo austriaco. Sin ir más lejos, al anterior canciller, Werner Faymann, que pasó auténticos apuros a causa de las mentiras que decía la página web del Gobierno a propósito de su preparación académica (tan justa como la del Ministro de Exteriores, Sebastian Kurz, por cierto).

Durante los diez minutos que duró su charla, Wolf le preguntó a Strache por acontecimientos del 2016. Por tres, fundamentalmente: el primero, por la presunta lucha de egos dentro del FPÖ entre Strache y La Sonrisa del Régimen, Hofer, candidato perdedor a las elecciones de la presidencia. El FPÖ ha sido siempre, lo lleva en los genes, un partido de estructura piramidal poco propicia a las bicefalias. De este punto, Strache salió con arañazos en el ego pero con relativamente bien parado.

No así de los otros dos asuntos: desde el Brexit, la posición del FPÖ en cuanto a la Unión Europea ha parado en una suerte de esquizofrenia. Por un lado, la ultraderecha sabe que un sustrato nada despreciable de sus votantes, fuertemente nacionalista, es también „eurófobo“. Por eso, a lo largo de su historia, el FPÖ ha coqueteado con la idea de un Auxit en el tono en el que los cuñados de todas las partes del mundo coquetean con las barbaridades o nuestra madre, cuando éramos pequeños, decía aquello de „un día de estos cojo la puerta y no me véis más“.Sin embargo, el Brexit produjo en la opinión pública austriaca un fuerte rechazo a un posible abandono de la Unión, con lo cual el FPÖ, cuya tendencia al populismo vive alimentada por las encuestas, tuvo que recular. El problema es que los socios europeos del FPÖ, entre ellos el FN de Marine Le Pen mantienen su fuerte contestación a la Unión y han abocado al FPÖ a tener que decir una cosa de cara al mercando interior y otra de cara al exterior ¿Cuál es la buena? Preguntó Wolf. Y Strache se hizo la picha un lío.

El tercer punto de discordia fue la relación entre el FPÖ y el partido que sostiene a Vladimir Putin en el poder. Con su táctica de intentar hacer pasar por inofensivas cosas que no lo son, Strache habló de una especie de „acuerdo de colaboración“. Hasta tres veces le preguntó Wolf „¿Está seguro?“ y hasta tres veces contestó Strache que sí. Y ahí Wolf le pasó un trozo del canal de Youtube del FPÖ en el que el mismo Strache hablaba de un „acuerdo“.

Naturalmente, el ver pillado a su jefe de esta manera no le hizo ninguna gracia a Harald Vilimsky, de ahí sus declaraciones. La duda es si cosas como esta pueden frenar la carrera ascendente de la ultraderecha en Austria.


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