En tiempos de CoVid: ¿Fiesta no, o fiesta sí?

Hoy, tres Länder austriacos han decretado el toque de queda de la hostelería a partir del próximo 25. Hay opiniones encontradas ¿Tú, querido lector, después de leer este artículo, qué opinas?

22 de Septiembre.- Algunas veces, mientras escribo, sobre todo a la hora de seleccionar de qué temas hablo, pienso en una persona que, dentro de cien años, lea estos textos que escribo todos los días (lo sé: es improbable, pero tampoco es cosa de quitarme la ilusión). Aún así, trato de ponerme en el lugar de ese lector hipotético porque me ayuda a saber qué es lo que es importante y lo que no. Y ya saben mis lectores que el lema de este blog es „Las noticias que importan“.

Un lector de dentro de cien años podrá, sin duda, encontrar todos los datos que le hagan falta. Quizá, mucho más fácilmente que ahora mismo, porque habrá personas que se hayan encargado de compilarlos, resumirlos y remirarlos del derecho y del revés. Habrá personas, no me cabe ninguna duda, que encontrarán maneras de ver esos datos en constelaciones que a nosotros ni siquiera se nos ocurren en estos momentos.

¿Qué le interesará a ese lector de dentro de cien años? Pues probablemente lo que le podrá interesarle hoy en día a un lector que esté, por ejemplo, en Hermosillo, una bonita ciudad del Estado de Sonora, en México. O sea, que Viena Directo sea una pequeña mirilla por la que echarle un vistazo a las consecuencias que el coronavirus está produciendo en la vida austriaca, en la de la gente de todos los días.

A las diez en tu casa estés

Por ejemplo, hoy los responsables políticos de Tirol, de Salzburgo y de Vorarlberg, los tres Länder más occidentales de Austria, en coordinación la cancillería, han decidido implantar un toque de queda a partir de las diez de la noche en los restaurantes y bares.

A este respecto, hay varias cosas interesantes que señalar.

La primera curiosidad es que, por lo menos en Salzburgo, la decisión se produjo por causa de un reportaje de la ORF (!!!), ya lo saben mis lectores, la cadena pública austriaca, que mostraba a los salzburgueses, de ordinario tan comedidos, de farra por los bares y locales como si no sucediera nada.

El alcalde de la ciudad que Mozart no sintió ninguna pena por dejar, se echó las manos a la cabeza al ver a tanta gente tomando chupitos y cervezotas sin guardar la distancia de seguridad y decidió tomar cartas en el asunto para que la meca del turismo japonés no se convirtiera en un segundo Ischgl.

La segunda es que, casualmente (o no) los responsables políticos que han acordado este toque de queda en la parte occidental de Austria son todos del mismo partido que el canciller (Partido Popular). Recordarán mis lectores que por menos el alcalde de Linz, el socialista Klaus Luger, agarró un enorme enfado cuando el semáforo del corona (¿Qué pasará con él en los próximos quince días?) cambió del verde al amarillo.

Obviamente, el señor Luger temía por las consecuencias económicas del cambio de color. Pero también es probable que pensara, como piensan todos los políticos, en salvar su cara ante los votantes.

Viena, partidaria de la marcha

Otro alcalde socialista, el de Viena, Sr. Ludwig, se ha mostrado contrario a la medida de cerrar bares y restaurantes a las diez. Los vieneses, como hasta ahora, podrán darle al pimpirimbimpimpín de la bota empinar hasta la una de la noche.

El argumento de Ludwig resulta, cuanto menos, bastante curioso y es que en los restaurantes, por lo menos, la gente está a la luz de las candelas (bueno, de las bombillas de bajo consumo) y se les puede tener controlados (y sancionados en el caso de que la ingesta alcohólica les lleve a no respetar la distancia de seguridad). En cambio, piensa Ludwig que, como sucedió en Chicago en los años 30 del siglo pasado, con la llamada Ley Seca, el toque de queda a las diez de la noche lo único que va a propiciar es que la gente quede a emborracharse en domicilios particulares, lugares cuyo umbral las fuerzas de la ley no pueden atravesar a menos que uno se ponga a cantar por Rosalía (o por Las Grecas) despues de las diez de la noche.

La oposición en el consistorio vienés está, a este respecto, dividida, como supongo que lo estarán también los lectores de Viena Directo.

El debate viene a ser como uno que yo presencié en mi infancia entre mi madre y una vecina de mi bloque, la cual se echaba las manos a la cabeza porque su hija se iba a ir de vacaciones a Torrevieja (Alicante) con su novio.

Mi madre, realista, le decía:

-Pero Mari -nombre supuesto- ¿Tú te crees que tu hija, cuando queda con su novio, juega con él a la brisca?

O sea, la vieja pelea entre el deber ser y el ser.

Y mientras tanto ¿Qué dice la ciencia? Pues los médicos en general se muestran de acuerdo con el toque de queda. Si hay algo que viene quedando claro es que una de las vías de contagio ha sido precisamente esta: fiestas, bares, restaurantes, celebraciones en el ámbito privado. Si los restaurantes cierran, piensan los científicos (que no deben de salir mucho de fiesta por ahí, ocupados en sus pipetas, sus matraces y sus placas de Petri) se le darán menos oportunidades al virus malandrín.

Amén.

Por lo demás, querido lector de dentro de un siglo, te informo de que hoy ha habido en Austria más altas que nuevos contagios (645) por lo cual hoy la especie humana le ha ganado (un poquito) la batalla al virus malandrín.

Sin embargo, han crecido las hospitalizaciones y eso no resulta tan alentador. De una tacada, 26 personas han tenido que ingresar en centros hospitalarios para ser atendidos de CoVid-19. El número de las personas ingresadas en cuidados intensivos también ha subido bastante. Ocho en un día. Hoy, hay 75.


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