2G en Viena: contentos unos, otros, no tanto

Ayer entraron en vigor en Viena nuevas medidas para contener al coronavirus. Los hosteleros, están contentos. Los antivacunas, lógicamente, no. Mañana, vuelve La Tarde en Directo.

2 de Octubre.- Ayer entraron en vigor en Viena nuevas medidas para afrontar un otoño más seguro (o, por lo menos, eso espera el consistorio vienés).

En este momento los contagios han entrado en una fase estable, pero los expertos que asesoran al Gobierno (a los Gobiernos, tanto al regional como al cuentan con que, cuando las temperaturas sean las esperables en esta época del año el virus malandrín volverá a propagarse. Principalmente, entre los no vacunados.

En la ciudad de Viena, aquellos que quieran acceder a conciertos y otros eventos nocturnos tendrán que tener uno de los dos „ados“. O sea, o estar vacunADOS o estar curADOS.

Es lo que, en lengua vernácula, se llama 2G.

De momento, este requisito estará en vigor hasta el primero de noviembre próximo y luego, Dios dirá.

Los no vacunados también tendrán que llevar mascarilla FFP2 en los lugares en donde los que estamos vacunados no tendremos que llevarla.

(Personalmente, estoy vacunado, pero voy a seguir llevándola por mi propia tranquilidad y la de los míos).

La regla de las 2G ha caido bastante bien entre los hosteleros vieneses ya que permite organizar el negocio con una cierta normalidad. Además, el público que sale de marcha se siente más seguro y, naturalmente, uno no va a un concierto, pongamos, de los Minisex, a estar sentado. Lo que mola es bailar (antes no se podía).

A los antivacunas residentes en Viena ha empezado a escocerles, como era de esperar, el no poder acceder a sitios a los que antes accedían, y han empezado a montar ruido por las redes.

Un ruido que, como es evidente, no va a conducir a nada, porque la suya es una batalla tan perdida como las de los niños que no se quieren lavar detrás de las orejas.

El otro día, por ejemplo, le dedicaron al cantante Reinhard Fendrich toda suerte de lindezas. Fendrich tiene programado en noviembre un concierto en la Stadthalle (para que se sitúen mis lectores, el sitio en donde se celebró Eurovisión).

En previsión de que las medidas que entraron en vigor ayer se prorroguen en el tiempo, la empresa organizadora del concierto ha indicado que, probablemente se aplicará la regla 2G (quien avisa, no es traidor).

Muchos antivacunas se han sentido ofendiditos en su orgullito y han acusado a Reinhard Fendrich de liberticida y de fascista (!Ya ves tú! A Reinhard Fendrich, lo que hay que oir). Fendrich, el hombre, ha intentado templar gaitas recordando lo evidente: a) que lo único que él quiere es que la gente vaya a sus conciertos y que no tengan que marcharse diez días más tarde a la UCI y b) que él no tiene potestad para cambiar unas normas que fijan las autoridades y que valen para Agamenón y su porquero.

Otro caballero que, a todas luces, tiene contratada muy poca potencia cerebral, ha interpuesto una queja en el tribunal constitucional austriaco, por medio de los abogados vieneses Florian Hölwarth y Alexander Scheer.

Nuestro hombre se siente discriminado y „sacado del armario“ como no vacunado, al tener que llevar en los comercios mascarilla FFP2 (yo estoy vacunado, repito, y la llevo, porque me parece más seguro). El quejica aduce que, de esta manera, la gente sabe que no está vacunado y aumenta la presión sobre él tendente a que se vacune.

(Dicha presión, añade este humilde escribidor, tiene más pinta de ser más mala conciencia que otra cosa y tiene muy fácil solución: vacúnese, caballero, vacúnese).

Nuestro genio argumenta que él se testea mucho y bloblobló.

Los abogados los cuales, naturalmente, están muy contentos ya que ven florecer su negocio (los niños de los abogados, señora, también comen tres veces al día) explican a los medios que ya se han puesto en contacto con ellos varios miles de personas buscando un hombro en el que llorar. Principalmente, personas que tienen miedo de perder su trabajo por no vacunarse o miembros del personal de la hostelería que no quieren hacerse tests (la negativa reiterada a testarse puede ser causa de despido procedente).

Los abogados, por cierto, dicen que ellos no están en contra de las vacunas, a pesar de no estar ellos mismos vacunados (cabe pensar que, como en el caso de Herbert Kickl, piensan que sería malo para su negocio).

Yo me testo cada vez que voy a ver a mis padres“, ha dicho uno de ellos.

Termino contando que mañana, a partir de las siete, La Tarde en Directo vuelve con más contenidos.

Mañana, vamos a hablar del Klimaticket, vamos a hablar de la regla 3G en el trabajo, que los agentes sociales están debatiendo, vamos a hablar de James Bond y la especial vinculación de null null sieben con Austria. Además, voy a tener el gusto de charlar con dos invitados muy especiales que nos van a contar cosas muy interesantes. Y muchas, muchas cosas más.

Mañana, a las siete de la tarde en www.facebook.com/vienadirecto. La Tarde en Directo, simplemente, MÁS.


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