Luziwuzi: el hermano gay de Francisco José (y 2)

Luziwuzi (archiduque Ludwig Viktor de Habsburgo)En donde se cuenta cómo el confundir a un oficial del Ejército con un virtuoso de la zambomba puede entrañar más peligro de lo que podría parecer

30 de Junio.- Como decíamos ayer, Luziwuzi no gozó de una gran reputación entre sus contemporáneos. Por lo que dejaron dicho de él, debió de ser ese tipo de hombre tirando a marujón que gozaba con pinchar a la gente con cotilleos (si era necesario,inventándolos) y luego iba con el cuento a terceros con las reacciones de sus víctimas.

A pesar de haber dicho de él lindezas como que tenía la misma lengua que una serpiente venenosa, en lo que coincide todo el mundo es en que Luziwuzi era un hombre leal a los pocos amigos que su carácter esquinado y poco diplomático le permitía conservar. En fin, algo es algo.

Matrimoniadas

A pesar de no haberle dotado Dios de una gran inteligencia y del defecto obvio que lastraba cualquier pretensión de que Luziwuzi tuviera descendencia, la mentalidad de la familia real austriaca era que “un archiduque, averiado o no, es un archiduque”. O sea, un activo que había que aprovechar para intentar  establecer alianzas dinásticas en las que el amor o las preferencias de los afectados, por supuesto, no desempeñaban ningún papel. Los jefes de la familia intentaron casar a Ludwig Viktor dos veces. La primera, a instancias de su hermano Maximiliano, emperador de México, con una princesa brasileña, con el objetivo evidente de repetir en América la operación que tan buen resultado había dado en Europa: integrar México y Brasil en el holding Habsburgo S.A.. Nuestro hombre, con un buen criterio, se negó en redondo y le dejó bien claro a su hermano que sólo un mandato formal del emperador Paco Pepe le llevaría a cometer desatino semejante. Y, de existir ese mandato, iría al ara “como un mártir”. El siguiente intento fue con una hermana de Sissi, por mor de fortalecer el entronque entre los Habsburgo y los Wittelbach. Sin embargo, esta vez la antipatía entre los dos afectados fue instantánea y no hubo posibilidad de que el intento pasara a mayores.banos

El archiduque de los líos

La vida de Ludwig Viktor fue un contínuo meterse en charcos de cuyas consecuencias solo le salvó el ser miembro de la familia imperial. Por ejemplo: el 9 de Mayo de 1873, la bolsa de Viena, en vísperas de la Exposición Universal, sufrió un crack. Luziwuzi perdió 200.000 Gulden. Por cantidades menores hubo muchos ricos de Viena que se colgaron en sus palacios. En otra ocasión, corrió de boca en boca su relación con un conductor de fiacres (Fiaker, en lengua vernácula). Otro día, hizo parar a su cochero en medio de la Praterhauptalee, porque vio a un joven muy atractivo al que, inmediatamente, le hizo proposiciones que no dejaban lugar a dudas. El hombre, ignorante de quien era el personaje que estaba intentando que se lo comiera el tigre, le asestó sendos guantazos a la remanguillé.

Sin embargo, el punto culminante se produjo en lo que hoy –paradojas de la vida, o quizá no- es la sauna gay Kaiserbrundl, a pocos pasos, por cierto, de donde vive la oronda soprano Ana Netrebko, en la Franziskanerplatz. En tiempos de Luziwuzi, la sauna Kaiserbrundl eran unos baños a los que acudía lo más granado del ejército imperial.  Había, por supuesto, masajistas y virtuosos músicos especializados en tocar la zambomba, que vendían discretamente su cuerpo a aquellos interesados en estas lides mercenarias.

Luziwuzi, sin embargo, creyó que todo el monte estaba sembrado de hierbas aromáticas y, en una de sus frecuentes visitas, le entró a cierto oficial de pelo en pecho al que la maniobra de aproximación no le hizo ninguna gracia y le arreó otro par de galletas. Toda Viena esta vez se indignó por el comportamiento tan poco viril del archiduque y el emperador, su hermano, más cabreado que una mona, le desterró de Viena y le mandó a Salzburgo. Concretamente al palacio de Klessheim, del cual Ludwig Viktor era dueño por parte de su madre, la archiduquesa Sofía.

Epílogo en Klessheim

Sospechamos que, por lo que sucedió después, Luziwuzi fue en Klessheim más feliz que una perdiz. Allí, pudo dedicarse a ir vestido de mujer todo el tiempo y pudo vivir felizmente con sus amantes. El general Edmund Glaise von Horstenau, que durante el periodo del austro-fascismo y antes de la entrada triunfal de Hitler en Viena en 1938 fue brevemente vicecanciller, contaba en sus memorias que el pillín de Ludwig Viktor aprovechaba su posición privilegiada para invitar a nadar a la piscina de su castillo a los soldados de un regimiento cercano y que, pretextando que no había vestuarios, les ponía a surcar las aguas tal como su madre los había puesto en el mundo.

En 1915, un año antes de que su hermano Francisco José muriese, Ludwig Viktor fue inhabilitado, al parecer aquejado de una enfermedad mental. Murió en 1919.


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