Hoy, en Viena a las tres, inciamos una serie con los mercados navideños de Viena. Ya han empezado a abrir sus puertas (vamos, es una manera de hablar, quiero decir que los puestos ya están abiertos) y sin duda son la mejor manera de tomarle el pulso al ambiente navideño de esta ciudad en donde las navidades (igual que en toda Austria) son uno de los pasatiempos favoritos de la población.
El mercadillo de Rathausplatz es el que está frente al ayuntamiento. Es el más grande y, dada su localización, el preferido por los turistas. Este año, lo preside un abeto que ha venido desde Bruck An der Mur, en Estiria.
En él, se pueden comprar desde los tradicionales Lebkuchen, con canela, hasta juguetes de ingenio con los que entretener las largas tardes invernales. También se pueden disfrutar de los vinos calientes y los ponches que ayudan a ver la oscuridad de la estación más cruda del año con otros ojos.
Para quien no quiera maltratar su hígado, siempre se puede pedir una bebida caliente de fogueo, o sea, el Kinderpunsch. Si uno va a por todas (o sea, a por una buena cogorza) lo mejor es tirarse directamente al aborígen y probar los Jägertee (o té de cazador).
Cómo se llega: tranvías 1 y 2 y metro, línea 2 estación Rathausplatz.
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