¿Has visto el Concierto de Año nuevo? Aunque lo hayas visto, en este post de VD te contamos cosas de las que, a lo mejor, no te puedes enterar por otros medios.
1 de Enero.- Queridos lectores de Viena Directo: feliz año nuevo. A los que están en Europa, felicidades por partida doble: no sólo hemos dejado atrás este duro maratón de fiestas sino que, además, hemos dado por terminada la Operación “A la porra con la línea”. Ha llegado la hora de volver al gimnasio, ponerse a dietas y dejar de empinar el codo por lo menos hasta que nuestras tensas relaciones con la báscula se normalicen un poquito.
Alle Jahre wieder
Hoy, en Viena, como es tradición, entre las once y cuarto y la una y media sobre poco más o menos, ha tenido lugar en el Musikverein (la sala de conciertos más bonita del mundo) el Neujahrskonzert o Concierto de Año Nuevo, retransmitido por Eurovisión a todo el viejo continente y gran parte del extranjero.
Este año, el director ha sido el argentino Daniel Baremboim. Mi madre, que tiene ya unos cuantos conciertos de año nuevo vistos, ha valorado negativamente la elección de Herr Baremboim por parte del Musikverein como director del concierto. Le ha parecido que, en comparación con el director del año pasado, Franz Welser-Möst, a Herr Baremboim le faltaba tirón y “complicidad con el público” (textual). La verdad es que, dejando aparte las indudables cualidades musicales del profesor argentino, ha dado todo el rato la sensación de que entre la orquesta, el director y el público, no había la mejor química posible.
Se ha notado poco, sin embargo, y había que ser algo experto para darse cuenta de que, de vez en cuando, los profesores del Musikverein intercambiaban miradas tensas, de esas que intercambian los malos en los Krimis (cita requerida) antes de cepillarse a su víctima y que pueda tener lugar la famosa escena del detective que llega a la morgue y se encuentra al fiambre en una fría cama de acero inolvidable.
Una retransmisión modélica (como siempre)
Por lo demás: un recital de televisión (claro, que la ORF lleva ya unas décadas ensayando).
Las cámaras han estado todo el rato exquisitamente coreografiadas y la señora del kimono que sale todos los años al lado derecho del director, según se mira, ha estado este año también allí. Estos japoneses qué contumaces son, señora.
El realizador debe de ser un hombre no solo con conocimientos musicales fuera de lo común (por lo menos, se debe de saber las piezas de memoria) sino también con unos nervios de acero. Ni un titubeo. Nada. Cada corte medido al segundo (tiene que ser así cuando uno tiene que llegar a ese momento, de segundos en que, por ejemplo, un instrumento determinado hace una intervención estelar en una pieza determinada).
Este año, los vídeos que muestran las bellezas de Austria me han hecho especial ilusión. Señora ¿Mola o no mola que todo el planeta vea esos sitios en donde tú paseas cuando estás aburrido? Y que los vea tan hermosos como los han sacado en la ORF.
Además de imágenes de Viena, este año también ha habido imágenes de Kloster Neuburg (un reportaje), un lugar especialmente hermoso en los bosques de Viena (ha sido, claro, durante la interpretación de “Historias de los Bosques de Viena”, ocasión para la cual se ha contado con el concurso de un citarista que llevaba un anillo de plana básicamente cani, pero qué vamos a hacer; ha sido el único detalle que ha roto la nota de distinción absoluta del concierto). Bueno, no, ha habido otro: entre el público, he visto a un tío en chandal (o con una sudadera).
También ha molado mucho el intermedio en el que se ha explicado el “cómo se hizo” del interludio de ballet, con la participación de los solistas del ballet de la Ópera de Viena. La verdad es que la historia era un poquito como esos vídeos gilidoors que ponen en Eurovisión antes de las canciones. Unos vídeos hechos, por supuesto, para que sobre ellos haya una voz en off explicando la vida y milagros de los que salen en ellos. Aquí, como no hace falta mayor explicación, pues los vídeos han quedado un poco sosos. En el resto de Europa, como los locutores y las locutrices habrán ido explicando que la anciana pelirroja que iba vestida como si se hubiera echado encima la cortina de la ducha era Vivienne Westwood, pues los telespectadores habrán aumentado su cultura.
Por cierto, lo contar con el concurso de Doña Vivienne yo lo interpreto como un deseo de modernizar y rejuvenecer el concierto como programa de televisión, para que no le pase como al ABC, que no pierde lectores, se le mueren.
Trivia
Más detalles chulos: como todos los años, Julie Andrews ha estado sentada entre el público del Musikverein. Aunque solo fuera por el cerro de miles de millones en divisas que Austria le debe a la cantante inglesa desde su interpretación de Maria von Trapp en “The Sound of Music” (Sonrisas y Lágrimas) la cosa ya estaría justificada pero no es por esto: Dame Julie Andrews comenta todos los años para una televisión americana lo que sucede en el concierto. Otro detalle que a mis lectores que no vivan en Austria igual se les ha pasado: uno de los últimos números del concierto ha sido una pareja bailando vals. Pues bien, el bailarín de la pareja no era otro que Willi Gabalier, hermano de Andreas Gabalier. Más cosas: se habrán dado cuenta mis lectores de que las partes de ballet se graban en verano pero los interiores se graban de noche. La luz del día son unos grandes proyectores sujetos a las ventanas para que la luminosidad quede homogénea. Por último, otra cosa ¿Se han fijado mis lectores en la cantidad de espejos que hay en los salones de baile del Palais Liechtenstein? ¿Y en cómo todo estaba cuidadosamente estudiado para que NO se viera NI UNA cámara reflejada en ellos? A mí me ha parecido milagroso. A ver cón qué nos sorprenden el año que viene.
(Por cierto, las fotos que ilustran el artículo de hoy son de hoy mismo también, de la Palmenhaus de Schönbrunn)
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