Fue una carrera contra el infarto, una fuente inagotable de polémicas, pero ya se sabe el resultado: todas las claves, como siempre en Viena Directo.
9 de Marzo.- El viernes pasado, a última hora de la tarde, se hicieron públicos los resultados sobre la “consulta popular” (en Viena a veces les pega el punto maoísta) a propósito de la peatonalización de Mariahilferstrasse. Para que ninguno de mis lectores de más edad tenga necesidad de ponerle pilas nuevas al marcapasos, diré el resultado desde el principio: 52,9 por ciento a favor, 47,1 en contra.
El pelo de un calvo, o sea, a favor de Maria Vassilakou.
Este asunto de Mariahilferstrasse (MaHü) como la ha bautizado la cultura pop, ha sido bastante un duelo entre dos estilos de mujer. En un lado del ring, representando las posturas del partido verde (Die Grünen) Maria Vassilakou (por cierto, qué “infienno” de apellido), de ascendencia griega, mechón canoso cayéndole sobre la cara, defendiendo el estilo “voy arreglá pero informal” y, del otro, la Sra. Kaufmann, trajecito de chaqueta, peluquería cara, joyas discretas pero con poderío de kilates, defendiendo los postulados del Partido Popular Austriaco.
Tacones muy cercanos en Viena
Las dos se enfrentaron en una carrera de tacones, casi caricaturas de sí mismas, en un duelo frente al presentador de televisión Armin Wolf. Este que escribe, después de ver a la pobre de Vassilakou naufragando frente al discurso de Kaufmann, ordenado como un parterre del palacio de Versalles, pensó que la suerte estaba echada. Y también lo debieron de pensar las dos contendientes, porque desde el minuto siguiente a que Armin Wolf diera paso al tiempo, Vassilakou se puso al habla con casi cada uno de los vecinos de los distritos 6 y 7 con derecho a voto, en una campaña puerta a puerta que no conocía el descanso (con lo cual su aspecto de Anna Magnani sin tiempo de ir a la pelu se acentuó). La señora muy enseñoreada, vicepresidena de la cámara de comercio o así (Kaufmann es, como ese tipo que en España dice que dirige un periódico pero que no sale de los platós de televisión, una mujer dotada del don divino de la ubicuidad) pensando que la batalla estaba ganada, se durmió en los laureles y claro, al día siguiente ha dimitido (del cargo de representante del distrito que más afectaba a esta cuestión).
¿Qué va a pasar ahora?
La consulta no era solo sobre si “coches sí” o “coches no” sino que había más preguntas. Por ejemplo ¿Les apetecía a los señores vecinos de “MaHü” que la Zona Peatonal fuera un contínuo o que hubiera cruces que la interrumpieran? ¿Serían partidarios de que los vehículos de tracción animal –ciclistas- continuaran pudiendo transitar por la Zona Peatonal o en cambio preferirían que, como al autobús 13, se les desviara? De momento, el consistorio viení ha declarado “haber escuchado la voz del pueblo” y que se habilitarán más cruces, con lo cual la zona peatonal será menos peatonal (pero bueno) y los ciclistas, siempre que vayan a velocidad de paso, como ahora, podrán transitar por la Mariahilferstrasse.
Las obras de acondicionamiento del espacio urbano empezarán en mayo y, para otoño, se espera que estén terminadas en parte.
Nota a pie de página, el FPÖ vienés ya habla de que el resultado ha sido “un fraude contra la democracia directa” (aunque ya se sabe que al FPÖ la democracia directa solo le gusta cuando el resultado final está de acuerdo con lo que él propone) y denuncia también que el resultado ha sido conseguido “con trucos” (pucherazo, vaya). Bueno, ladran, luego cabalgamos, deben decir en casa de los verdes (bueno, cabalgamos cabalgamos, no, mejor “pedaleamos”).
Pedro y yo tocamos este tema en esta edición de Zona de Descarga, que pueden escuchar mis lectores para ilustrarse.
Asimismo, podrán escuchar la edición más frecuente de Zona de Descarga, pinchando aquí
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