Planes para el 30 de enero en Viena

HofburgEl día 30, esto es, dentro de ocho, solo dos grupos de ciudadanos de Viena tendrán plan fijo ¿Quieres saber quiénes son?

22 de Enero.- Cuando yo era chaval, en los noventa, escuchaba, para desesperación de mis familiares, que querían dormir, el programa de radio que hacía, en Antena 3, Carlos Pumares. El señor Pumares, crítico de cine con el que aprendí lo que no está escrito, era entonces el mismo ser especial que es hoy en día (bueno, quizá ahora más, porque ha tenido tiempo de perfeccionarse con el uso). Sin embargo, como solo “echaban” su programa de madrugada, en aquella época no se notaba tanto.

Una de las maneras de ser especial de Pumares consistía en que llegaba un momento en que se aburría de que los oyentes, que le llamaban por teléfono, le preguntasen por un film cualquiera. Cuando alcanzaba este punto de tedio, Pumares nos avisaba a los oyentes fieles:

A partir de ahora, no contesto más a propósito de “Bailando con lobos” –un poner.

Y los oyentes fieles nos desencajábamos la quijada (yo mordía una almohada) cuando se producía la siguiente conversación:

PUMARES: ¿Sí, buenas noches, dígame?

OYENTE: Sí, hola Cal-lo. Mire, soy Maria del Mar, que le llamo de Vilanueva de la Geltrú.

PUMARES (mientras desenvolvía el papel de un bocadillo, sonido que salía a antena perfectamente audible): Sí, Maria del Mar,dígame.

OYENTE: Pues mire, Cal-lo, que yo le llamaba para preguntarle por la película esta que han estrenado el otro día, esta de “Bailando con Lobos”, del Kevin Conne.

PUMARES (poniendo un tono ostensiblemente inocente): ¿Sí? ¿Cual? No la conozco.

Entonces la pobre Marimar se ponía a contarle la trama, que si “Kevin Conne” con su perro, que si los paisajes de las praderas, que si tal y que si cual. Y Pumares, erre que erre, que no conocía la película. En casos extremos, si Maria del Mar no abandonaba antes, Pumares le colgaba sin avisar, fomentando la insana crueldad de su audiencia, ponía cero al cociente y pasaba al oyente siguiente.

A veces, uno haría lo mismo, francamente. Porque en una ciudad como Viena y en un pueblo como el austríaco, tan amante de lo repetitivo, hay cosas que de verdad, que ya, que vale, que un poquito de por favor. Pues nada: ellos, erre que erre.

El día 30 de este mes, como todos los santísimos años, los neonancis y los antineonancis tienen plan. Cada uno a un lado de la barricada, por supuesto. Pero hermanados por la acefalía común.

Ambos grupos de seres humanos comparten que sus lecturas más profundas son tan profundas como el libro de selfies (autorretratos) de su culo que va a publicar Kim Kardashian y ambos grupos de seres humanos comparten que tienen la misma capacidad de reflexión que dicha parte del cuerpo del ser humano más prescindible que ninguna madre haya puesto en este mundo.

Y es que, queridos lectores de Viena Directo, el penúltimo día de este mes tendrá lugar en Viena el famoso baile de los Burschenschaften. Es un baile que organiza el partido ultraderechista austriaco FPÖ al objeto de seguir puntuando en lo que sigue constituyendo el espinazo de su electorado, o sea: esa gente que piensa que con el tito Adolfo no se vivía tan mal como pintan las pelis.

Todos los años, por estas fechas, a una semana de la celebración del baile, ambas partes, los de un lado y los de otro de la barricada, al objeto de asegurarse la diversión (cargas policiales, mobiliario urbano hecho migas, huevos desperdiciados aterrizando en los trajes de los asistentes al baile –con el hambre que hay en el mundo-) se dedican a calentar el ambiente, jugando a provocarse de la manera más innecesaria.

A ratos, la provocación toma tintes esperpénticos. La de este año, ha sido un Twitter/Facebook del líder de la formación, Heinz Christian Strache, en el que decía que el día 30 “marcharán sobre Viena de nuevo las botas negras de las SA” (en el argot nazi, las tropas de asalto, en el argot “Strachiano” los Socialistas-Antifascistas). El post era consciente y gratuiamente faltón, por supuesto, y le ha valido a Strache no solo críticas de sus contrarios, que le han acusado de “mal gusto” y de “banalización del holocausto” sino también el poner de manifiesto el nivel de sus corresponsales en internet que se han lanzado a una batalla dialéctica parecida a la que yo tuve una vez con un célebre personaje televisivo (español) que me porfiaba que la expresión del c*ño de la Bernarda venía, según él, de la célebre obra “La casa de (la) Bernarda” (¡Ay, si Pepe el Romano se las hubiera visto con la Bernarda! Otro gallo les hubiera cantado a Angustias y a todas las demás).

En fin: lo dicho. El día 30 de Enero, el distrito 1 en general y la Heldenplatz en particular será uno de esos lugares que las personas amantes de la tranquilidad y la concordia no pisarán. El resto, aténgase a las consecuencias.


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