P´Habernos matao (Con Chavela Vargas bajo la nieve)

NieveAyer cayó sobre Viena una tormenta de nieve durante la cual hubo momentos en que yo pensé que este artículo no llegaría a escribirse nunca.

10 de Febrero.- Como quizá alguno de mis lectores recuerden, no sé conducir. Sin embargo, ejerzo con placer el papel de copiloto.

Así sucedió ayer, por ejemplo.

La dirección de mi nueva empresa decidió que los miembros de mi departamento tomásemos parte en un seminario, el cual ha tenido lugar en un hotel situado en fuera de Viena.

Al entrar a trabajar (a las ocho y media de la mañana) ya parecía que nos habíamos colado en una de esas bolas de vidrio, rellenas de copitos blancos que, por cierto, inventó un vienés. Esperábamos que la nevada remitiese un poco a lo largo de la mañana pero no sucedió así, con lo cual, llegadas las dos y media de la tarde, mi compañera y yo nos pusimos en camino.

Tengo que decir que mi compañera es una chica muy simpática, rusa, de Moscú. Desde mi viaje a Ucrania, por cierto, yo confirmé lo que ya sabía y es que, pasando de Hungría, la gente tiene muchísimo en común con los que hemos nacido en los países mediterráneos. Y creo, además, que la afinidad es mútua. La misma cordialidad y la misma nostalgia de lo exótico que nos anima a muchos españoles con relación a las eternidades blancas de la estepa rusa, les anima a ellos con relación a España.

Así pues, mi compañera y yo, que empezamos, por cierto, el mismo día, nos hemos entendido fenomenal desde el principio (cosa a la que ha ayudado, por cierto, que tenemos un sentido del humor parecido y nos reimos hasta de nuestra sombra). Saliendo a la autopista (la A-1), me dice mi compañera:

-¿Te apetece oir música?

Y yo:

Lo que tú quieras, que eres la conductora.

-Creo que tengo en el coche un cd de canciones españolas –yo levanté las cejas-; la cosa es que solo lo pongo cuando voy sola, porque a mi marido no le gustan mucho las canciones, pero a mí me encantan.

A esto, que mi compañera se pone a buscar en la guantera –no había peligro, estábamos parados en un semáforo- y saca un cd de canciones de las películas de Pedro Almodóvar. Es chulo descubrir que tienes gustos comunes con una persona con la que trabajas, pero más chulo, lo puedo asegurar, fue que esta chica, fue empezar a cantar Luz Casal “Un año de Amor” y empezar ella también a cantarla ¡Sin tener ni idea de la letra! Había escuchado el disco tantas veces, que se había aprendido las canciones. Y además, con muy buen acento.

A todo esto, el tráfico en la A-1, con la nieve, se complicaba por momentos. A las dos y media de la tarde de ayer, sobre Viena y sus alrededores, estaba cayendo una tormenta de nieve que paralizó el tráfico. Los coches de la policía trataban de abrirse paso entre los coches prácticamente detenidos por la nieve. Los minutos se deslizaban lentamente mientras el tráfico, cuajado, ni avanzaba ni retrocedía, pero a mi compañera y a mí nos chupaba un pie, porque, con Chavela, estábamos pidiendo que se tomaran una botella con nosotros, que en el último trago nos íbamos a ir.

Avanzando hacia el lugar del seminario, las condiciones meteorológicas arreciaron. Yo pensaba, sinceramente, que nos íbamos a matar.

Mi compañera igual, por cierto.

El coche daba bandazos por la ventisca, el firme estaba resbaladizo, porque las máquinas quitanieves no habían podido llegar todavía a donde estábamos –o no daban abasto-. Mi compañera, la pobre, no quitaba los ojos de la carretera pero, de vez en cuando, me pedía que le contara historias de La Lupe, que cantaba que lo nuestro era puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro. Y yo:

-Sí, sí, teatro…

-¡Paco, tengo miedo!

-Y yo también, pero tenemos que mantener la calma. Tú, sobre todo, concéntrate y no quites los ojos de la carretera.

Al llegar a una curva, de verdad, nos vimos envueltos en un turbión de nieve que nos quitó completamente la visión. Ahí sí que yo pensé que el coche nos hacía un trompo y el que viniera detrás se nos llevaba por delante. Pero, por suerte, no fue así (mi compañera es una gran conductora) y a los sones heróicos de Resistiré, del Dúo Dinámico –lo juro- llegamos al lugar convenido.

Fue un viaje extraño, en el que el miedo, la risa, y la nostalgia (¡Cuántos sentimientos asociados a esas canciones! ¡Cuántos momentos del pasado!) se aliaron. Y el mensaje, queridos lectores, es este: nunca se sabe en qué recodo de la vida nos espera un momento de felicidad (extraña, pero felicidad). Como el que yo tuve ayer.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

2 respuestas a «P´Habernos matao (Con Chavela Vargas bajo la nieve)»

  1. Avatar de José Manuel
    José Manuel

    !Pa que veas!, en cualquier lugar y en cualquier momento cabe eso de !a mal tiempo buena cara!. La calma hay que mantenerla y como mejor se mantiene es con alegría y buena gente.
    Un abrazo.

  2. Avatar de Ana
    Ana

    ¡Madre mía! Llama YA a Almodóvar, que con eso hace una película seguro, aunque la realidad supera la fantasía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.