La tragedia de los españoles afectados por el SPH

bakala¿Cuándo llevas demasiado tiempo viviendo en Austria? La Organización Mundial de la Salud ha descubierto el SPH y lo está estudiando.

22 de Febrero.- Es un fenómeno común: después de llevar un tiempo suficiente viviendo en Austria, al emigrante español le pasa como a Supermán expuesto a la criptonita. La “españolidad” se le va disolviendo y, de pronto, un día, sin saber cómo ni por qué, se encuentra con que hay otro fluido que corre por sus venas. Un fluido desconocido llamado “austrianidad” que hace que, cuando va de vacaciones a España, se sienta como un extraterrestre.

Científicos de todo el mundo están estudiando este fenómeno. Mientras encuentran la causa, La Organización Mundial de la Salud ha editado un pequeño opúsculo en el que se muestran los síntomas de esta extraña afección. Son estos:

1.El español afectado por el SPH (Síndrome de Pérdida de la Hispanidad) empieza a decir “gracias” y “por favor” en los momentos más inhóspitos, provocando la mirada sorprendida de cajeras chonis del DIA (Autoservicio Descuento), revisores de trenes de cercanías y conductores de autobús.

2.También empieza a tener menos tolerancia al ruido. En cuanto en un grupo hay más de cuatro españoles que podrían decir aquello de “mamá, mamá, me he tragado el altavoz” el español afectado de SPH empieza a inquietarse ¿Vendrán los vecinos a quejarse? ¿Vendrá la policía? Y no para hasta que pide a sus compatriotas que, por favor, moderen el grado de contaminación acústica que están proyectando en el ambiente.

3.El español afectado de SPH cuando abre la ventana por la mañana y ve que está lloviendo, no piensa “Vaya porquería de tiempo, me voy a quedar en casa” sino que dice, ufano, “Qué día tan hermoso para hacer senderismo”.

4.En casos muy agudos, el español afectado de SPH empieza a sentir un interés desmedido por el esquí alpino o, simplemente, por el esquí en todas sus variedades (que, aunque parezca mentira, hay muchas). No solo la visualización de este que debe de ser uno de los deportes más aburridos inventados por el ser humano, sino también de su práctica, poniendo sus rótulas seriamente en riesgo.

5.El español afectado de SPH encuentra absolutamente normal que en ningún restaurante el pan venga con la comida por defecto y haya que pedirlo, y que se estropeen las viandas poniéndoles al lado arroz cocido y arroz, guarrerías que ningún español que se respete encuentra aceptables para guarnición o acompañamiento del plato principal. También encuentra totalmente normal (¡Y hasta sano!) enguachinar los zumos de frutas echándoles agua (del grifo o con gas).

6.El español afectado por SPH empieza a sentir cariño por las reglas y una desconfianza instintiva por la transgresión. Mientras sus compatriotas, de consuno, intentan tentarle diciéndole “si los políticos roban más, hombre, esto no lo va a notar nadie” él no se atreve a coger los periódicos gratuitos que hay puestos en bolsas por toda Viena sin depositar, por lo menos, un óbolo (aunque el periódico en cuestión sea una shit pinchada en un stick).

7. El español afectado de SPH pone la tele en España y piensa que la mitad de la gente que sale en la pantalla está vestida como para hacer la calle o, en cualquier caso, ejercer una profesión en la que sea necesario llevar la ropa interior muy límpia (en algunos casos, el español, claramente, no se equivoca). El español afectado de SPH no tiene esta impresión solamente con las tronistas o las concursantas de Quien Quiere Casarse con Mi Subnormal (también conocido entre los entendidos como QQCCMS).

8.El español afectado por SPH deja de decir los tacos que, como suaves tropezones, salpican la parla de sus compatriotas y se le ponen los pelos como escarpias cuando escucha “hostia”, “joder”, “cabrón” y oye calificar a alguien como “hijo/a de la gran puta”. Estos denuestos, que sus paisanos emplean como síntoma de camaradería, llaneza o cercanía al estrato más popular y sano de la población, empiezan a parecerle un lenguaje impropio y carcelario, propio del lúmpen. Derivado de lo anterior: el español afectado de SPH empieza a tener miedo de que le tomen por un “prolo” (incluso empieza a utilizar este concepto que no existe en español.

9.El español afectado por SPH deja de decir “Udós” y llama al grupo de Bono (el cantante, no el exministro) “iú tú”. Empieza a pronunciar los vocablos en inglés exageradamente, tendiendo a ese inglés ordinariote que aprenden las clases altas latinoamericanas en los peores mejores colegios.

10. El español afectado de SPH empieza a quejarse de que en su barrio viven “demasiados extranjeros” cuando él es, pongamos, de Tomelloso.

Estas son las señales más alarmantes. Si usted vive con un español y sospecha que podría estar afectado de SPH, procure conservar la calma y ponerle, en sesión intensiva todos los episodios de “Los Serrano”, “La casa de los líos” o “La que se avecina” al objeto de que recupere todas las cotas de…Bueno, de españolidad, necesarias.

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Comentarios

6 respuestas a «La tragedia de los españoles afectados por el SPH»

  1. Avatar de Carmen
    Carmen

    Hay otro síntoma más y es que algunos pensamos que algún día llevaremos a España lo bueno de aquí en cuanto a orden, trabajo y hasta política.
    Ahora en serio, ese mismo virus lo sufren los que se mudan de un pueblo a una ciudad. Yo nací en un pueblo de la.costa de Lugo y cuando me fui a vivir a Madrid por trabajo después de un tiempo me pasó eso.

  2. Avatar de silvia
    silvia

    Llevo doce años aqui y tengo todos los sintomas menos el del esqui. Otro sintoma es el de ir a casa de alguien de visita en España y empezar a quitarse los zapatos en cuanto pisas la entrada… La cara que pone la gente!

  3. Avatar de Pablo

    Oh, Dios mío, creo que tengo los primeros síntomas del SPH ¡Y lo peor es que no me quiero curar! ¡Y me gusta comer sándwiches y patatas fritas de bolsa! ¿Qué hago?

  4. Avatar de Alejandro Orellana
    Alejandro Orellana

    La disciplina y el respeto por las reglas do re todo las de tránsito cuando se conduce son realmente impresionantes.

  5. Avatar de Pedro
    Pedro

    Dependiendo de dónde haya vivido uno, Viena parece el súmmum de la educación, un sitio bastante maleducado y amargado o cualquiera de las cincuenta sombras de gris (perdón!) que hay entre los dos extremos. Para mí, extremeño criado en León y con un toque aragonés, Viena tiene la belleza de las plantas venenosas.

  6. […] Todo el mundo en su vagón lleva billete. El bloguero se sorprende a sí mismo alegrándose de que todo esté en orden. El bloguero piensa, acto seguido, que está afectadísimo del SPH. […]

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