¿Podría Grecia pedirle dinero a Austria?

GreciaLa pretensión griega de pedirle pasta a Alemania por los crímenes de la II Guerra Mundial ha despertado cierta inquietud más abajo de Baviera.

17 de Abril.- Los políticos, sobre todo aquellos que ocupan los puestos más vistosos desde el punto de vista mediático, trabajan siempre para dos tendidos: por un lado, los medios y los políticos de fuera y, por otro, la parroquia interior que les ha votado. Tomemos el caso del ministro de economía griego, este señor que acude ostensiblemente descorbatado a todos los sitios a los que va (quizá porque le recuerda la felicidad doméstica de su lujoso ático ateniense, con vistas a la Acrópolis, en donde se dejó fotografiar con su señora).

Por un lado, tiene una clientela exterior, que es la que esá aguantando a Grecia en su camino (que parece inexorable) hacia la bancarrota. Y para cumplir con ella, pues él va, y si ve a Angela Merkel, pues le da la mano y hablan los dos delante de los fotógrafos y hablan de la “Casa común europea” y él le dice a Angela que los visillos para las ventanas de dicha casa común, que ella ha elegido, son ideales y ella le dice a él que es un tontorrón y que, cuando está descansando de ser la mujer más poderosa de Europa, se pone discos de Nana Moscouri. Y todo son sonrisas. De conejo, pero sonrisas.

Por otro lado, sin embargo, el primer ministro griego tiene que puntuar en el mercado interior. Un mercado interior que considera que, reconocer su parte de culpa en la crisis, es como ser una profesional del sexo de pago y encima poner el lecho. Así pues, hace tiempo, casi nueve años, que los griegos encontraron unos culpables de su lastimosa situación y esos culpables, naturalmente, son los alemanes. En el imaginario colectivo de los países mediterráneos, la alemanidad está unida indivisiblemente con el nazismo y la pretensión de Atenas de pedirle a Berlín indemnizaciones por los crímenes de guerra de hace más de ochenta años no es más que una manera un poquito a la remanguillé de mentarle sus abuelos a los alemanes de ahora.

Naturalmente, en Berlín, en cuanto supieron de esta idea de fireman, se apresuraron a calificarla como una tontería sin sentido. Primero, porque a buenas horas mangas verdes y, después, porque debieron decir en Berlín que, como cundiese el ejemplo de ir pidiendo indemnizaciones, iban a tener que vender la Volkswagen.

En Austria, con esto, también ha cundido un poquito la intranquilidad. No olvidemos que, mientras se producía la invasión de Grecia por parte de los del paso de la oca, Austria era parte del “reich” y que algunos de sus ciudadanos más prominentes, por ejemplo el futuro presidente de Esta Pequeña República y futuro gran jefe de Naciones Unidas, Kurt Waldheim, “sirvieron” en el ejército.

Así pues ¿Podría Grecia pedirle indemnizaciones a Grecia por los crímenes de la segunda guerra mundial? Para tranquilidad del Gobierno austriaco, podría, pero es muy poco probable que tuviera algún tipo de éxito.

Los expertos aducen varias razones:

La primera que, en 1938, Austria fue ocupada por la Alemania nazi y que, por lo tanto, perdió su carácter de estado soberano. De este modo, las decisiones que tomaron los alemanes de entonces (y algunos austriacos también de entonces) no pueden achacarse al Estado austriaco. Por otro lado, el Estado austriaco actual no puede ser considerado como sucesor legal de la Alemania del tercer Reich.

¿Y por los crímenes cometidos por ciudadanos particulares? Tampoco, por lo mismo. En aquella época no existían “austriacos” porque, a estos efectos, Austria es un estado de nueva planta que tiene el mismo nombre y aproximadamente el mismo territorio que la primera república, pero no es el mismo país.


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