Estado de emergencia en Austria

OjoEl bloguero se enfrenta a la enorme responsabilidad de hablar de todos los temas: hasta de los más ingratos.

14 de Mayo.- Muchas veces, antes de empezar el blog, me imagino a mí mismo, de viejecito (un viejecito guapo y en forma, que quede claro) leyendo las entradas viejas de Viena Directo para poder recuperar lo que fue mi vida durante estos años. También, por qué no, me imagino que alguien, en algún momento del futuro, pueda releer las entradas viejas de Viena Directo y, con ellas, hacerse una idea de cómo era esta Europa de principios del siglo XXI, antes de que la manipulación genética nos permitiera ponernos un ojo en el cogote como hoy va la gente y se pone un piercing en el pito (el otro día, por cierto, vi en el gimnasio a un tipo que llevaba un piercing, autenticamente, en el mismísimo pito, pero no una cosa discreta, aquello era una abrazadera para las tuberías del alcantarillado y señora, me dio mucha cosa).

Bueno: pues cuando me imagino viejecito o imagino a un hipotético habitante del futuro releyendo estas “tontás” que escribo todos los días, me entra una gran responsabilidad. Porque lo que no se queda escrito vuela y se pierde inevitablemente y los posts de Viena Directo, al objeto de no cansar innecesariamente a los lectores, solo tocan un tema ¿Cuál elegir? Si entre la responsabilidad de dar testimonio de la realidad de hoy y lo que le pide a uno el cuerpo, o sea, la ligereza y la frivolidad, hay incompatibilidad ¿Elige uno lo frívolo o elige uno lo que, en el futuro, tendrá un valor testimonial? Pues hoy es uno de esos días.

Avalancha de pobres gentes

El tema frívolo lo dejaré para terminar el artículo de hoy “con buen sabor de boca” como se suele decir. Pero no hay más remedio que tocar hoy una realidad dura y es la de las personas que, huyendo de los conflictos armados en Oriente Medio, guerras en las que la miseria, casi diríase que congénita, exacerba lo que algunas personas pueden encontrar de brutal en la religión, han llegado a Austria y han pedido asilo o refugio.

Las estructuras de acogida de las que dispone el Estado austriaco están absolutamente desbordadas por la avalancha de personas que huyen de aquellas guerras y de la mortandad y la pobreza que producen. El número de peticiones de asilo ha aumentado en un 150% desde el año pasado y ya se han agotado todos los improvisados techos que pueden ofrecerse a mujeres, niños, hombres y ancianos que buscan en nosotros lo que nosotros necesitamos hace setenta años.Ante la avalancha, que no se recuerda desde la guerra que partió en trozos la antigua Yugoslavia, el Gobierno austriaco ha hecho pública su intención de construir campamentos, en colaboración con el Ejército austriaco y el ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados) al objeto de paliar este drama terrible ante cuya acuciante actualidad muchos pretenden volver los ojos. Se trata de una solución, a nadie se le oculta, precaria y necesariamente transitoria que reclama que los países miembros de la Unión Europea se pongan de acuerdo para aliviar el sufrimiento de estas personas ¿Lo harán? Como siempre, mientras haya disputas, rencillas, mientras sigamos pensando desde la pequeñez de los antiguos estados nacionales, la solución será cada vez más difícil. La realidad pide atajar con valentía el problema, mirándole a la cara y llamándole a las cosas por su nombre.

Los semáforos

Y ahora la nota frívola: la ciudad de Viena ha puesto nuevos semáforos en los que las luces representan todo tipo de parejas: de dos hombres, de dos mujeres y de una mujer y un hombre –otro guiño más a la comunidad gay que se va a concentrar esta semana y la que viene en Austria, para dar testimonio de que la lucha contra el SIDA es una prioridad que debe ser mundial –Lifeball- y de la risa y el buen humor de Eurovisión.

Los de siempre (o sea, la ultraderecha) ya han puesto el grito en el cielo y, con la excusa del despilfarro y de proteger a las criaturas, denuncian la “locura” de los responsables políticos de Viena –particularmente de los verdes- y naturalmente, acusan a esos responsables de fomentar cosas que van en contra de la naturaleza y tralarí tralará. Salvo a ellos –unos pocos gritones- la verdad es que la mayoría de la población parece haber acogido lo de los semáforos con simpatía.

Bien está lo que bien acaba. A ver si podemos decir lo mismo del primer tema de este post.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

3 respuestas a «Estado de emergencia en Austria»

  1. Avatar de Amelche
    Amelche

    “Viejecito guapo y en forma”. 😀 ¿Eso no se decía “madurito interesante”?

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Jajaja Ana lo de madurito ya empiezo yo a serlo jajajaja yo me refería a lo que seré en treinta años jajajaja

  2. […] la crisis de los refugiados. Como mis lectores sabrán, durante estas dos últimas semanas, la Unión Europea, al objeto de rebajar un poco la tensión en los países mediterráneos, ha decidi…atendiendo a unas cuotas proporcionales a su población. Un par de miles le han sido asignados a […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.