De cómo se fundó Viena (Directo), segunda parte

hohemarkt
El Höhemarkt de Viena, tan solo una semana después de que naciera Viena Directo (archivo del autor)

A tumba abierta. Sin secretos. Viena Directo lleva diez años contigo y en estos posts estoy contando lo que no he contado nunca.

25 de Septiembre.- Un par de miles de años más tarde y, me atrevería a asegurarlo, unos dos metros de sedimentos por encima del suelo que pisaron los soldados romanos, el destino quiso que yo empezara a trabajar en una empresa situada exactamente en el mismo sitio en donde se produjo este encuentro durante el imperio romano (cien metros arriba o abajo).

Se trataba de una empresa (que hoy no existe) situada en el Höhemarkt, no lejos del museo en donde se guardan los restos del puesto fronterizo romano (Vindobona, Vin, Wien, Viena) el cual, por cierto, no era, en modo alguno, el más importante de la región, sino que actuaba, en aquellos tiempos, como avanzadilla fronteriza de la ciudad grande de verdad, que era Carnuntum (ciudad que, por cierto, solo está hoy en día excavada en una pequeña parte: el resto duerme la pereza de sus siglos bajo los viñedos del este de Austria).

Este trabajo mío en el Höhemarkt era en una empresa de apuestas deportivas (qué ajena estaba la cabra) y yo me encargaba de asesorar a los clientes de habla española los cuales, dada la novedad de la empresa y, sospecho, lo bien que lo hacía la competencia, acudían con sus dudas de manera más que moderada, garantizándonos a mi compañero P. (brasileiro, más majo que las pesetas) y a mí mismo, unas jornadas de trabajo de ningún modo estresantes.

Yo, la verdad, didsfrutaba mucho de esto de no tener estrés. El de la empresa de apuestas era mi segundo trabajo en Austria y el primero que se correspondía, si bien de manera parcial, con mi cualificación (aunque claro, yo entonces hablaba alemán tirando a poco, y tampoco podía aspirar a que me dieran el puesto de director de la ÖBB). En cualquier caso, después del trabajo de fregoteo y hostelería que había tenido antes, lo de poder estar de nuevo sentado, en una oficina, era un cambio estupendo.

De todas maneras, llegados que fuimos al otoño de aquel año, la dirección de la casa de apuestas nos reunió y no dijo que el capital no estaba obteniendo la rentabilidad esperada y que a finales de aquel ejercicio la empresa haría chimpún, momento en el que todos nos quedaríamos sin trabajo.

Naturalmente, tanto mis compañeros como yo seguimos haciendo nuestro trabajo como el primer día (había muy buen rollo en aquella empresa, y eso ayuda) pero si antes los mails de clientes eran tirando a pocos, cuando la cosa emprendió el enjabonado camino de la cuesta abajo, la verdad es que fueron todavía menos, con lo cual P. y yo, para nuestra desgracia, teníamos mucho tiempo libre.

Una buena mañana de octubre de 2006, concretamente la del día 4, a eso de las once de la mañana, estábamos los dos preguntándonos cómo íbamos a aguantar hasta las cinco de la tarde, frontera de nuestra jornada laboral, cuando yo le dije a Periqué:

-¿Sabes qué? Creo que me voy a abrir un blog.

En aquellos momentos, por cierto, lo de abrirse un blog era una cosa todavía medio „moelna“ un poco como ahora quien se hace una cuenta de snapchat.

La verdad es que, si tengo que serle sincero a mis lectores, cuando yo dije aquello yo no tenía ni idea de lo que era un blog. Además, no seguía ninguno, así que no podía copiar. Creo incluso que busqué en Google cómo se hacía aquello (lo dicho: qué ajena estaba la cabra).

Lo que sí que recuerdo fue que el nombre se me ocurrió muy deprisa. Dado mi desconocimiento de lo que estaba haciendo (lo de Viena Directo, en este, como en otros muchos aspectos, ha sido learning by doing) no estaba en mi mente que el nombre de mi blog „le gustara“ a los buscadores (al BUSCADOR, que es el que dirige nuestra vida enseñándonos lo que su algoritmo cree que queremos ver) pero claro, había un programa en Telemadrid (todavía se podía ver por satélite) „Madrid Directo“ y la broma me pareció graciosa. ¿Madrid Directo? !Viena Directo!

Nada más abrir el editor en el que escribí mi primer post, me entró una responsabilidad tremenda. Otro (bueno, la mayoría de los que abrieron blogs entonces) hubiera pensado: „bueno, pues escribo lo que sea y cuando me canse -la mayoría se han cansado- pues lo dejo“. Pero yo tenía el presentimiento de que estaba haciendo algo por lo que me comprometía. O sea, que estaba firmando un compromiso y que, de alguna manera, Viena Directo (como así ha sido) cambiaría mi vida. El primer texto que se pudo leer en este blog (mis lectores lo buscarán en vano en esta página, porque está en otro sitio), decía así:

Aysss…Supongo que empezar es lo más difícil.

Este blog se llama Viena Directo y la idea es que toda la gente que estáis ahí, al sur, tengáis noticias de mí que estoy aquí, al norte (aunque haya gente que diga que Viena no es el norte, que es el centro).

Supongo que, dadas mis nuevas ocupaciones, podré actualizarlo con bastante asiduidad. Espero que lo visitéis muchas veces y que me dejéis comentarios, sugerencias y todo lo que se os ocurra.

En fin…¡¡¡ Allá vamos mis valientes!!!

¡¡¡ Bienvenidos a la Bloggosfera!!!

Y esto solo fue el principio…

(Continuará)


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